No se les escapó ni un solo detalle. Accesos, recorridos, jardines, largo y ancho de los pasillos, galerías exteriores, salones especiales. Todo, pero absolutamente todo ha estado dentro del plan que los arquitectos Elodie Fulton y Gerardo Díaz Mery diseñaron para la versión Bicentenario de la feria Ch.ACO. Una segunda edición que da cabida a más de 40 expositores del arte contemporáneo –tanto nacionales como internacionales– y donde la premisa fue hacer, en sus seis días de permanencia, un espacio urbano socialmente activo.

En el contexto de los 200 años de Chile eligieron Casas de Lo Matta para instalarse, un lugar que los atrajo por su alto valor patrimonial (Monumento Nacional desde 1984 y recientemente restaurada) y por los increíbles jardines que la rodean, cuestión que no es menor “porque Ch.ACO tiene una postura frente a los espacios exteriores y también porque el arte chileno siempre ha estado muy relacionado con el paisaje”, cuenta Elodie, quien asegura que será una postal entretenida ver una antigua casona colonial integrada a un sinnúmero de proyectos de índole contemporánea.

Básicamente lo que Elodie y Gerardo pensaron fue darle un nuevo uso a este histórico recinto de Vitacura. No quisieron tener “la típica relación” de patrimonio versus modernidad, sino al contrario. Taparon la casa en el sector donde se emplazan las galerías para que allí la gente estuviera ciento por ciento conectada con el arte; así, de paso, potenciaron el ala norte del terreno, donde están el jardín y las áreas de esparcimiento. Un recorrido a partir de una arquitectura simple, pero que invita a los visitantes a descubrir e investigar, a ritmo personal, los rincones que albergan los 4 mil m2 con que cuenta el programa de Ch.ACO 2010. Al mismo tiempo, el desafío es intentar crear relaciones y que se compartan experiencias entre los profesionales que allí se encuentren durante las 12 horas que estará abierta la feria. “Estamos creando un barrio en el que la idea es que confluyan una serie de actores que normalmente están desligados del arte. En esta ‘ciudad’ en algún minuto convergen y, para eso, esta especie de ágora artística se traduce en actividades bien organizadas, como exponer, divertirse, concentrarse y observar en torno al arte, integrarse al mundo editorial, por ejemplo, estar cerca de críticos. Algo así como una convivencia ‘forzada’ que debería generar consecuencias”, sostienen Elodie y Gerardo.

El circuito entonces queda así. El acceso, por avenida Kennedy, tendrá una propuesta artística de envergadura urbana. A pocos metros se encuentra la carpa en la que estarán divididas las 27 galerías chilenas y las 10 internacionales en módulos blancos de entre 25 y 40 m2 que se distribuyen en un laberíntico y homogéneo ambiente; espacios separados tendrán dos actividades que en esta ocasión se incorporan: los ganadores del concurso de arte joven hecho entre Chile y Finlandia, y el espacio Project Rooms, que convoca a ocho galerías latinoamericanas con trabajos elaborados especialmente para Ch.ACO.

La casona en sí misma operará, en su primer nivel, como lugar de encuentro de las tres universidades –Finis Terrae, Andrés Bello y UNIACC–, además del Museo 8, que incluye obras de artistas de Concepción. En el segundo nivel estará el salón VIP, con espacios como la Viña Undurraga y el restaurante Matsuri. Sin embargo, el rol de esta casona es también actuar como filtro del sector recreacional en el que, además de las áreas verdes, hay una zona donde estarán el Café del Museo y una zona de picnic a cargo del restaurante Santa Pizza. A un costado, además, una carpa hará las veces de auditorio multimedia.

Es que otro de los objetivos de la feria es mostrar que sí se pueden vivir diversas situaciones en torno al arte. Mañanas educativas, tardes familiares o noches más jóvenes, por ejemplo, ya que si bien los recintos interiores estarán abiertos hasta las 21 horas, los exteriores cerrarán a la medianoche. Y ahí está lo entretenido, dice Elodie: “Tener la posibilidad de invadir un lugar neutro que no es reconocido por la ciudadanía como un sitio artístico. Eso es esto. La intervención de un espacio colonial al que quisimos darle un toque contemporáneo”.

• "La mejora que estamos haciendo dentro del terreno va a permanecer, por lo tanto hay un tema sustentable importante. Vamos a construir instalaciones efímeras, pero reciclaremos materiales y las zonas que han sido pavimentadas, por ejemplo, más las mejoras técnicas que hayamos hecho, son un regalo nuestro a Casas de Lo Matta", cuenta Elodie Fulton.