MasDeco

Espacio: Dos apegos

Arte y cocina. El empresario Matías Kappes ha sabido conjugar estos gustos en el lugar donde vive, un departamento en Providencia que remodeló por completo pensando en exhibir sus más preciadas obras de arte y reunir a sus invitados en torno a la cocina.

1818659
1818659

Se declara un comprador compulsivo, pero de aquellas cosas que no se deprecian en el tiempo, como el arte; una satisfacción que hoy lo tiene concentrado en armar su propia colección.

Desde hace algún tiempo Matías Kappes viene observando a distintos autores, tanto nacionales como extranjeros, artistas que admira y cuyas obras hoy decoran las paredes de su departamento en Providencia. Aquí los muros han sido dispuestos e iluminados especialmente para exhibir cuadros de Francisco Smythe, Gracia Barrios, Víctor Mahana, Gonzalo Cienfuegos, Hugo Lugo, Martínez Bonatti, Norton Maza, Malú Stewart, José Balmes, entre otros nombres.

“El arte es inspirador por sí solo, es tan especial como ecléctico, puedes mezclar obras de diferentes estilos, colores y formatos. Basta que los vayas colgando y va funcionando perfecto”, dice Matías.

La espacialidad de este piso 13 lo permite todo, fueron nueve meses los que tomó remodelar sus 170 m² junto a la ayuda del arquitecto Gonzalo Ramírez, de Daco, para darle un nuevo matiz. Aquí las obras de arte se lucen por sí solas y se van entremezclando con mobiliario y piezas de diseño que fueron elegidas en base a estilos opuestos.

Esta contemporaneidad que prima se fusiona con algunos detalles vintage que rompen el esquema general, como cristales de Murano y ciertos muebles de estilo setentero, la mayoría colecciones que Matías ha conservado de su antiguo departamento o ha traído de sus viajes por el mundo.

Así como el arte marca la personalidad de este hombre de 48 años, la gastronomía también se encarga de describir su perfil, razón por la que uno de los lugares más importantes es la cocina, diseñada abierta e integrada al comedor.

Un mesón fabricado en granito negro de tres metros de largo es el encargado de recibir a los invitados, permite sentarse en altura y se convierte en un espacio común más de la casa. La gracia está en que este mueble se enfrenta al cocinero que se instala por detrás a preparar las recetas, junto a una vitrina transparente donde se guardan ordenadamente todos los artefactos y alimentos culinarios.

“Sin duda el lugar que tiene mayor protagonismo es donde cocino, es tan amplio como mi dormitorio, tiene un gran mesón que me permite cocinar con mis ingredientes a la vista y ser parte al mismo tiempo de todos los encuentros que aquí se generan”, relata.

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

¿Vas a seguir leyendo a medias?

NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE