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Espacio: Roommates

Isabel Germain y Mathias Klotz apostaron por compartir un departamento en Viña del Mar. Él dijo: Tírate mamá, te apoyo y seamos socios. Así empezó esta aventura en cerro Castillo.

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Es un departamento que quita el aliento con su vista. El hotel Sheraton Miramar, justo al frente, complementa el escenario, y la terraza de grandes proporciones invita a quedarse ahí a contemplar el horizonte e imaginar qué pasa en los barcos que se ven en tránsito.

La conversación con la pintora Isabel Germain se realiza en esa terraza, donde ella se explaya sobre su vida y su relación con Viña del Mar. Ella nació y se crió en esta ciudad y según ella está de paso por Santiago, un paso un poco extenso de más de 50 años. Es enfática en señalar que pertenece a este departamento: “Mi casa es ésta y a la de Santiago solo me refiero por el nombre de la calle”.

Ella se enamoró a primera vista de este departamento del cerro Castillo. Junto a su hijo, el arquitecto Mathias Klotz, vio el cartel de venta, y él la alentó A entrar y saber en qué estado se encontraba. Abrieron la puerta y quedaron maravillados con la vista, los espacios y luminosidad. Pasaron por alto el piso alfombrado y el color de sus paredes. Conversó con su hijo, y con su apoyo y convencimiento se embarcó en este maravilloso departamento que cuida, quiere y siente como primer hogar.

No lo transformaron tanto, solo reemplazaron la alfombra por un piso flotante de madera, pintaron las murallas de color blanco y le hicieron un par de arreglos a la cocina, en especial al mobiliario. Aquí la las decisiones decorativas se tomaron por partida doble y como una verdadera sociedad armaron el departamento con los intereses de los dos. Por un lado, Isabel aportó el mobiliario y los objetos decorativos con historia familiar, y el diseño y mano arquitectónica vinieron, por supuesto, de  Mathias. Fiel a su estilo, el arquitecto optó por las líneas simples de la mesa de centro y comedor, las lámparas de diseñadores consagrados y las repisas metálicas tipo industrial. Solo hubo una imposición de parte de él, colgar una marina que perteneció a su padre, el resto de los muros albos están vestidos con obras de Isabel Germain en su etapa de mucho color (como dice ella) y las pinturas de su hija Isabel Klotz cuyo tema es la maternidad. Aquí se comparte todo: desde los gustos por la lectura y el cine hasta los utensilios de la cocina. Cada uno tiene su dormitorio con su propio estilo, pero que no se aleja el uno del otro. Al contrario, son muy parecidos. La única diferencia está en que Mathias tiene un televisor mientras que Isabel, un antiguo escritorio con sus objetos más preciados y una pequeña virgen que la acompaña a todas partes.

Algunas veces coinciden en la estadía, aprovechando la oportunidad de compartir con su hijo y sus nietas. Otras veces está reservado solo para uno de los roommates.

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