Pensando ciudades
Las urbes del siglo XXI son ruidosas, hacinadas, contaminadas y neuróticas; es el daño colateral del desarrollo, producción y globalización. Sí, es un hecho que hoy el mundo se piensa y se vive de otra forma, pero debemos encontrar la manera correcta y más sostenible para configurar las ciudades que habitarán las próximas generaciones. Hablamos con Alejandro Gutiérrez, arquitecto y urbanista chileno que trabaja en la consultora británica Arup, y esto fue lo que nos dijo.


8.00 a. m., el metro lleno, el calor y la humedad de los andenes saturan el aire, no hay espacio ni para sacarse la chaqueta. Mientras, arriba, los que se mueven en auto llevan 30 minutos parados. No avanzan. Es la hora del taco. Por su parte, las micros humean con cada frenada. Así es justamente como comienza el día en Santiago, entre bocinazos y ese malestar que nos hace pensar que en cualquier momento esta ciudad colapsará. Y es que Santiago nunca se pensó para seis millones de personas.
El cómo se piensan las ciudades hoy es una problemática que hay que enfrentar considerando el dato no menor de que el 50% de la población mundial habita en ellas, y que la cifra aumentará en las próximas décadas. Estamos saturados, nuestras urbes aun más y, lo que es peor, el costo de esta saturación y sobreproducción desmedida nos está llevando a la destrucción del planeta y a un agotamiento de los recursos. En este contexto, y entendiendo sobre cómo se debe o debería enfrentarse la construcción y reacondicionamiento de las ciudades, hablamos con Alejandro Gutiérrez, arquitecto de la Universidad Católica y magíster en Urbanismo del London School of Economics. Hoy está radicado en Italia y es director asociado de Arup, empresa británica dedicada a la realización de proyectos de ingeniería, diseño y planificación con una metodología de trabajo fundada en proyectos sustentables para el entorno urbano, como son la Opera House en Sídney, el Aeropuerto, el Estadio y el Centro Acuático para las Olimpiadas de Beijing, la infraestructura de la bahía de Hong Kong, así como el plan maestro de Stratford City -hoy parte integrante del parque y villa olímpica para las olimpiadas de Londres 2012, entre otros-, además de proyectos de desarrollo urbano sostenible en China, Finlandia, Dinamarca, Inglaterra, Italia y Emiratos Árabes en los cuales Alejando actúa como director de proyecto.
¿Cuáles son los tópicos más importantes que hoy deben considerarse a la hora de pensar y construir una ciudad?
Los problemas que hoy afrontamos son de una complejidad que sobrepasa al edificio aislado. Las ciudades sostenibles del mañana y las que hay que reconvertir no solo requieren una mejora en el stock físico con edificaciones sostenibles, sino que también incluyan a las personas y sus decisiones de consumo como variable clave en el funcionamiento de las ciudades. Si analizas el impacto de la huella de carbono de un barrio de uso mixto, donde hay vivienda, comercio, oficinas,y lo proyectas en el período de vida de un edificio, 70 años por ejemplo, considerando todas las variables de impacto sobre las emisiones de gas invernadero -energía incorporada en los materiales, energía operacional del edificio, consumo de bienes, servicios y movilidad- se concluye que la energía operacional del edificio y sus materiales son responsables solo del 10% de los gases invernadero. Inversamente, la movilidad (transporte de personas y bienes), así como el consumo de bienes y servicios (alimentos, ropa, etc.), son responsables del 40% y 50%, respectivamente. Esto nos entrega una perspectiva más amplia y efectiva, y un mensaje claro: cuando hacemos ciudad tenemos que pensar de manera integrada en todas las variables, no solo en aquellas asociadas con la energía operacional del edificio o barrio.
Aun más importante es entender la efectividad o costo beneficio de las estrategias de diseño. Por ejemplo, si yo logro reducir el consumo energético de un edificio al 50% invirtiendo en aislación y tecnologías inteligentes, en la realidad reduje solo en un 5% la huella total de gases invernadero. Sin embargo, quizás hay oportunidades de reducciones mayores y de menor costo de capital en el 90% restante que está relacionado con cómo nos movemos y qué bienes y servicios consumimos. El urbanismo de hoy debe considerar estrategias de comunicación, educación incentivos para usar un determinado sistema de transporte en vez de otro influenciando los procesos decisionales de las personas.

"Chile podría ser una plataforma de energías limpias y de bajas emisiones de gas invernadero que atraería fuertemente a empresas extranjeras, generando un valor agregado a la economía exportando productos, bienes y servicios".
¿Cómo crees que se están proyectando las ciudades en Chile. Más hoy, con la reconstrucción posterremoto? Yo creo que Chile está en una etapa de maduración del tema, vamos por buen camino pero creo que el problema es la velocidad del cambio en particular en el ámbito energético. Nuestro liderazgo en la incorporación de energías renovables y eficiencia energética a nuestras ciudades va a definir en gran medida nuestra expansión y competitividad a nivel latinoamericano; si nos quedamos esperando perderemos una oportunidad única para Chile. Hoy tenemos una excelente oportunidad para explorar y materializar una gran ventaja competitiva que Chile tiene: variedad y abundancia de fuentes de energías renovables no convencionales.
Hay un potencial gigantesco en energía eólica, geotérmica y en particular solar; contamos por ejemplo con 4 mil km² de territorio en óptimas condiciones para instalar plantas solares técnicas concentradas. Pero ésta no es solo una oportunidad para resolver un problema de dependencia interna, Chile podría ser una plataforma de energías limpias y de bajas emisiones de gas invernadero que atraería fuertemente a empresas extranjeras, generando un valor agregado en la economía exportando productos, bienes y servicios. Al mismo tiempo, existen buenas iniciativas, como lo que está haciendo el Ministerio de Transportes al tratar de armar entidades locales a nivel municipal para asistir el proceso de planificación, que tiene que ver con que los usos de suelos y los sistemas de transporte estén coordinados, de modo que donde haya transporte público haya desarrollo inmobiliario y no al revés. O lo que están haciendo el Ministerio de Energía, la Conama y la Corfo con relación a incentivos específicos de eficiencia energética y generación de energías renovables y de innovación tecnológica que son fundamentales.
Creo, sin embargo, que se debe iniciar un debate y acción concreta en relación a los estándares de construcción y movilidad eléctrica, necesarios por las razones antes descritas y porque en Chile el problema energético está definido por la falta de combustibles fósiles imponiendo riesgos y costos altos desde el punto de vista macroeconómico y ambiental. El caso del subsidio a los colectores solares térmicos me parece una muy buena medida, pero es como un testeo; está bien que se vaya avanzando y ahí es donde tiene que haber una tarea del Gobierno central, de definir políticas en relación a los temas energéticos y urbanos de forma más integrada, con una propuesta transversal y sobre todo estable en el tiempo, de manera de generar un marco regulatorio claro para la inversión.
¿Cuáles han sido los errores que se han cometido y qué deberíamos mejorar? Yo creo que lo que ha pasado es que se ha mirado solo a las tecnologías que ya conocíamos, en particular la hidroeléctrica a gran escala y el gas, entonces cuando tenemos un problema nos vamos a refugiar donde sabemos que podemos resolverlo; ya hemos producido energía hidroeléctrica y gas, entonces hacemos otro puerto de gas y más centrales hidroeléctricas, pero no exploramos otras oportunidades. Chile tiene grandes ventajas competitivas, pero ante la emergencia recurrimos siempre a lo mismo. Además es superimportante empezar a pensar a nivel urbano y en el sistema de una red descentralizada en vez de centralizada; hay elementos de la matriz que tienen que ver con el calor y con el enfriamiento, que dan mejores resultados a escalas menores. Por otra parte, es fundamental desmitificar que las energías renovables son solo un componente marginal de la matriz energética. Existen estudios y análisis económicos y técnicos a corto, mediano y largo plazo que así lo demuestran, como el que hace regularmente Greenpeace '100% Renovable'. Es cosa de ver a Indonesia, que tiene casi el 30% de su demanda de electricidad proveniente de energía geotérmica, o Dinamarca, donde el 20% de su energía también es renovable.
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