PH Cargado
Ana Bonamico y Tom Ghiorzo se declaran establecidos en Chile. Sin embargo viajan constantemente, aunque sea por un par de días, para estar en su casa de Buenos Aires. Dicen que mientras puedan la conservarán, que les parece imposible desprenderse de ella. Aquí quedan clarísimas las razones.


Ana Bonamico y Tom Ghiorzo no exageraban cuando decían que su casa de Buenos Aires estaba extremadamente cargada de información, que era interactiva, que la atención de los visitantes era permanentemente estimulada por objetos en todas partes, colgando en las paredes, apilados sobre los muebles, hasta en el suelo.
La mayoría de los bonaerenses entiende inmediatamente cuando le hablan de un PH. A nosotros nos tienen que explicar que se trata de una propiedad horizontal: generalmente dos casas de un piso compartiendo un terreno, aunque pueden llegar a ser cinco. Ana y Tom acceden a la suya atravesando un pasillo por el costado de la frontal. Cuentan que la compraron hace cinco años y que tuvieron que remodelarla en profundidad. “Era un PH muy cerrado y totalmente oscuro. Botamos paredes, dejamos muy pocas, e hicimos que todo fuera ventanal. Cuando estuvo lista nos pusimos a recolectar cosas antiguas: la mesa de mi abuela, los ventanales de una casa de campo de mi familia de más de 200 años, la mesa de la infancia de Ana en el sur, un reloj de sus abuelos. Todo tiene un valor y una historia particular. Creo que nunca hemos comprado ni siquiera un sillón nuevo”, explica Tom. “Sí hemos invertido en algunos artistas que nos gustan. De a poco hemos ido formando una colección de arte argentino, junto a algunas piezas del peruano Eliot Tupac”, completa Ana.

Tanto ventanal permite que la luz entre en abundancia. Ellos han aprovechado para llenar de plantas la casa. Eso de que el interior se confunda con el exterior es algo que les encanta y, en la medida de lo posible, es lo que han tratado de lograr.
“¿Conocés Buenos Aires?”, pregunta Ana antes de explicar que su PH -unos ‘200 y pico metros maximizados, con su patio muy verde, su parrilla y su pileta’- se encuentra en el bajo Belgrano, entre los bosques de Palermo y la cancha del River Plate. “Es un barrio chiquito, no más de 15 manzanas, con tres pisos como altura máxima. Era un sector bajo en el que gente rica comenzó a comprar terrenos para construir sus mansiones. De alguna manera nosotros logramos entrar con nuestra casita. En los últimos años se ha vuelto lindísimo. Se han puesto barcitos y pequeños restaurantes, pero conserva esa onda barrial genial, muy tranquila”.

Ahora establecidos en Santiago, prometen que en unos años lograrán algo similar en su departamento de Providencia, que los visitantes tendrán que moverse dentro esquivando cosas. Así se nota el amor que le tienen a su casa de bajo Belgrano y a la manera en que la viven. También en el hecho de que aunque sea por un par de días, con la excusa del trabajo, continúan viajando constantemente hasta allá y no tienen ganas de ponerla en arriendo. “Nos cuesta muchísimo desprendernos de ella”, dicen ellos.tomasghiorzo.com anabonamico.com d
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