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Reutilización 2.0

Las dos primeras R de las que nos habla la ecología -reducir y reutilizar- agarran más cuerpo que nunca a través del Freecycle. Una plataforma/movimiento global y online, gratis y simple, que pretende entregar una segunda vida a cosas que tú y yo, también él, ya no queremos, pero que otros sí.

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Es difícil especular hoy con algo, cosa, producto u objeto, sin fecha de caducidad. Piense por ejemplo en su colchón, en qué hará con él cuando esté viejo y llegue la hora de cambiarlo porque simplemente ya no cumple su función. Unos quizás se darán el tiempo de llamar a alguna institución benéfica que lo quiera. Otros seguramente lo dejarán en la vereda, a la espera de que el camión recolector pase y se lo lleve a algún vertedero. Los menos, lo conservarán apilado en una bodega hasta que ¡va!, recuerden que aún está ahí y probablemente también irá a parar a la basura. La crónica de una muerte anunciada que ya no va más, eso porque hoy hay una solución más fácil, gratis y para quien se anime. Se trata del Freecycle, un trueque 2.0; un grupo que ha logrado repercusión mundial y que aprovechando internet y las redes sociales, ha convocado a más de 8 millones de miembros divididos en cerca de 5 mil grupos con un objetivo común: dar… una cama, una silla, una mesa y sí, también puede ser ese colchón que ya no querías.


Simple, altruista y supersustentable

Aquí el motor no es el negocio. No hay dinero de por medio, solamente el afán de que otro, que quiere algo que tú ya no necesitas o quieras, lo tenga. Una nueva mirada al consumo que de paso reduce los niveles de desperdicio que generas al donar, para su reutilización. Algo así como poner énfasis en la dos primeras R de las cuales nos habla la ecología: reducir y reutilizar. ¿Cómo? La cosa es simple, solo tienes que registrarte en la página web de Freecycle, en el grupo de tu ciudad o región y si no hay, puedes crear uno nuevo. Una vez hecho, se puede enviar a los miembros un mensaje ofreciendo o solicitando algo y, a su vez, cada vez que alguien ofrezca algo, se recibirá un mensaje de aviso. "Hazlo gratuito, legal y apto para todas las edades", resumen en su carta de navegación.

En Chile hay solo dos grupos creados. Uno en Santiago y otro en Viña del Mar. Una realidad completamente alejada de lo que pasa en países como Reino Unido, España o Estados Unidos, donde las prácticas del dumpster diving o recolección urbana, es algo común. Es más, es en Estados Unidos desde donde todo nace y donde los organizadores de Freecycle estiman que reutilizan 700 toneladas de materiales diarios. "Mediante la utilización de las cosas ya existentes en nuestro mundo, reducimos el consumismo, se fabrican menos artículos y minimizamos el impacto de los vertederos sobre la tierra. Además con el Freecycle nos animamos a deshacernos de cosas que ya no necesitamos y ayudamos a la comunidad local", aseguran.

Una idea, múltiples formas

2003.

Tucson, Arizona. Un hombre, Deron Beal. Una cama de soltero poco deseada y cerca de 30 amigos a quien se la ofreció vía correo electrónico. La respuesta, el nacimiento de Freecycle, hoy convertido en el movimiento de reutilización de mayor envergadura y la confirmación de que existe una conciencia cabal por aplacar la intensidad del consumo desbordado heredado de los años 90. Es más, desde su creación una serie de ideas han comenzado a emplear caminos similares, aunque con otras razones de ser, como el intercambio de ropa como thredup.com o swapstyle.com, las empresas de coches compartidos, zipcar, redes de viajeros o grupos más radicales, pertenecientes a los anticonsumistas, también llamados "freegans", como los Food Not Bombs, que recuperan alimentos desperdiciados usándolos para preparar comidas que comparten en lugares públicos.

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