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Una gran C

El estudio RUIZSOLAR tiene experiencia creando ?respiros? alejados de las ciudades para algunos afortunados clientes. Esta vez el terreno no era un campo abierto como en otras ocasiones. La Casa C es parte de un condominio y por eso, en una búsqueda de privacidad, se repliega hacia su interior.

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Está un poco a la vista, pero tomando un lápiz Matías Ruiz dice “lo atractivo de esta casa es…” y traza líneas que parecen una C en una tipografía muy cuadrada. Es como la veríamos desde el aire.

“El emplazamiento es bastante acotado”, continua Ruiz. “Primero que nada pensamos en dos volúmenes, uno privado y uno público, como criterio. En el público se encuentran la cocina, el comedor y el estar. En el privado hay una serie de dormitorios y baños. Ambos están unidos por un pasillo”. Así es como se cierra la C.

Entre los dos volúmenes apareció un deck que actúa como patio interior, y otro al costado del volumen público. “Lo entretenido es que al abrir los ventanales del volumen público se libera espacio y se crea una continuidad con ambos decks. Es lo que hacen los dueños de la casa cada que vez que reciben amigos”, cuenta Matías. Algo que, dando uso a la casa cada fin de semana, ocurre frecuentemente.

El dormitorio principal también tiene anexado un pequeño deck para que la pareja de propietarios tome desayuno con la mejor vista.

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La casa es parte de un condominio. De alguna manera se vuelca hacia el centro para ganar privacidad. Aunque ahora la vegetación está crecida por todo el rededor, cuando se presentó el proyecto, hasta que se terminó, en marzo del año pasado, era una necesidad. Esa condición también entrega cobijo del viento de Papudo, donde se encuentra la casa.

“El listón de madera (presente en la facha posterior) lo he usado otras veces. Funciona bien. Se ve bonito. Suele pasar que los arquitectos se obsesionan con soluciones, no porque sean simples, sino porque gustan. Estructuralmente tiene todos los materiales, pero cuando el encargo tiene una connotación de calidez es cuando aparece la madera, y en una medida justa. Va en respuesta al cliente”, dice Matías. Ellos, los clientes, son una pareja joven con dos niños. Conocieron el trabajo de RUIZSOLAR a través de una publicación en una revista. Estudiaron bien el sitio web de la oficina y la comunicación para llegar a esta idea fue fluida. Dentro de la decoración quisieron tener la silla M100 y la lámpara Stick L120, diseños reconocidos de Matías. Para que el espacio funcione, para que se pueda explotar todo el potencial de apertura que tiene, se requiere una cierta austeridad de mobiliario; de manera que al abrir los ventanales nada obstruya el tránsito entre los decks. w ruizsolar.cl

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