El fallo unánime de la Corte Suprema argentina que ratificó la condena contra Cristina Kirchner, con seis años de prisión e inhabilitación política perpetua, marca un punto de quiebre político y judicial en el país. Es la primera vez que una fórmula presidencial completa es condenada por corrupción, y eso pone a Argentina por delante incluso de Perú en ese aspecto, indica el diario Clarín. Amado Boudou, su compañero de fórmula de entre 2011 y 2015, ya había sido condenado en 2018 a cinco años y 10 meses de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos por los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública, en el sonado caso Ciccone.

Este martes, el abogado de Cristina, Carlos Beraldi, pidió al juez Jorge Gorini que la exvicepresidenta (2019-2023) cumpliera su condena de seis años de prisión por administración fraudulenta en arresto domiciliario, alegando su edad (72 años), el intento de asesinato que sufrió en 2022 y que posee secretos de Estado. Propuso que no se le coloque la tobillera electrónica y que mantenga su custodia actual.

El fallo refuerza la autoridad de la justicia en Argentina, y deja en evidencia tanto el impacto para el peronismo como para el gobierno de Javier Milei, destaca la prensa local.

El poder menguante de Cristina

Cristina pasó ocho años gobernando desde la Casa Rosada (2007-2015), otros cuatro presidiendo el Senado de la República y los últimos 20, en definitiva, siendo la dirigente política más relevante del país, atravesando otros liderazgos emergentes que la desafiaron, y sobreviviendo a constantes intentos de desplazarla del centro de gravedad del peronismo. Hasta a un intento de homicidio sobrevivió en 2022, cuando un individuo gatilló sin éxito un arma de fuego contra su cabeza.

Y aunque surgió políticamente con Néstor Kirchner desde Santa Cruz, Cristina consolidó su liderazgo en el peronismo al vencer a Chiche Duhalde en 2005 en las elecciones por la provincia de Buenos Aires, barriendo con la influencia duhaldista. Desde entonces, fue la jefa indiscutida del movimiento. Nadie, hasta el momento, lo ha conseguido en forma permanente, y la pregunta que se dispara en el Partido Justicialista (PJ) es si el fallo definitivo de la Corte abrirá las puertas a una nueva conducción política.

Pero Cristina Kirchner no tendría la menor intención de ceder el lugar de privilegio, aun estando presa, dice el diario argentino La Nación. En esta línea, el periodista y politólogo argentino de la Universidad de Buenos Aires, Robertino Sánchez, comenta a La Tercera que “en el corto plazo”, es decir, considerando que las elecciones legislativas son el próximo mes de octubre, “la figura de Cristina se fortalecerá”. “Como la herida está abierta recién, ella está fortalecida y va a participar desde la cárcel a través de sus emisarios”, prevé.

Eso, “porque ella se encargó desde días antes de recibir la condena, incluso hasta ahora, de generar como una épica en torno a que es una perseguida política, a que es una proscripción y no una condena justa, a que el Poder Judicial y económico de Argentina tiene un problema con el peronismo por las ideas que defiende, y que el foco no está en los hechos de corrupción, sino en ella como dirigente política”, explica.

Tal es así, que, según comentaron a La Nación varios dirigentes con llegada directa a la expresidenta, su llamado a movilizar al peronismo —hecho desde la sede del PJ— debe leerse como una respuesta anticipada a lo que creía era un fallo inminente de la Corte Suprema. Partes de su discurso, como “esto termina en una gran crisis”, fueron elocuentes.

“Lo que todos sospechamos es que ciertas divisiones y fragmentaciones que había en el peronismo alrededor de la disputa por el liderazgo, en estos momentos se vean mitigadas o reducidas, y se produzca un alineamiento alrededor de su figura”, proyecta Facundo Nejamkis, director de la consultora Opina Argentina, a este medio.

Consultado por cómo ve que pueda afectar el fallo a la Unión por la Patria (la coalición política de tendencia peronista), el senador justicialista y disidente del kirchnerismo por la provincia de Salta, Juan Carlos Romero, dice a La Tercera que cree que “al principio van a mostrar una dureza, una queja (contra el fallo). Porque el kirchnerismo es un grupo que jamás hizo autocrítica ni de su gestión de gobierno”.

“Pero después que termine el duelo por la condena a Cristina -en que judicialmente se demostraron los delitos, no es una cuestión política-, yo creo que se va a disipar, se va a disipar con el tiempo y que el kirchnerismo va a ir desapareciendo de la gravitación”, prevé.

Y agrega que “algún día tal vez los peronistas, los gobernadores, los que tienen peso, puedan rediseñar un partido. Rediseñar una visión más moderna, menos populista, no tan anticapitalista, porque eso fue uno de los peores errores de ellos, no tener esa visión tan anticapitalista”, apunta el senador por Salta.

Así que, con Cristina eventualmente presa, el kirchnerismo enfrenta la incertidumbre de cómo continuar sin ella al volante. Un posible escenario que se configura a partir de la condena es, para el kirchnerismo, equiparable al que padecieron el propio Juan Domingo Perón, en 1945, cuando fue detenido en la isla Martín García, y más recientemente Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil. Ambos consiguieron reponerse y hacerse con el poder.

No obstante, en el seno del kirchnerismo sobrevuela un fantasma que provoca temor: el del expresidente Carlos Menem. La carrera política del político riojano, que como Cristina supo tener el poder en un puño, se eclipsó cuando la justicia lo detuvo por la venta ilegal de armas a Croacia y a Ecuador, y lo confinó a una prisión domiciliaria en la que languideció su estrella política. El paralelismo con el ocaso menemista asoma al kirchnerismo a una “cornisa inquietante”, como destaca el diario La Nación.

Nombres que suenan en el peronismo

Ante “el fin de una era” o el “cambio de ciclo político” como lo calificó el periódico argentino, ya hay que empezar a pensar en quién va a tomar el timón del barco peronista para hacerle frente a los libertarios de Milei. Consultado por La Tercera sobre si ya se pueden dilucidar perfiles claros para asumir el liderazgo después de Cristina, el senador Romero indica a este medio que aún “no se ven” figuras líderes en la coalición.

Aunque, la prensa argentina, por otro lado, ya olfatea que podrían ser dos los liderazgos que emerjan en el peronismo tras la caída de Cristina: uno es el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; y el otro es el excandidato presidencial Sergio Massa. “Son las dos personas que hoy tienen mayor poder”, concuerda el politólogo Sánchez.

Asegura que lo ve posible, ya que son quienes tienen “mayor influencia para conducir este proceso electoral del peronismo conversando con Cristina desde su prisión, que probablemente va a ser una prisión desde su casa. Pero en cualquier caso, como esto es tan reciente y las elecciones son ahora, ella va a tener incidencia porque está todo muy fresco. Si las elecciones fueran en seis meses, te digo, no, la veo muy desgastada”.

Y añade que “la épica de Cristina va a durar tres meses. Porque después, por una cuestión de deseo y voluntad de poder del gobernador Kicillof, de Massa y el resto de los dirigentes del peronismo, van a entender que es el momento ideal. Aunque nunca lo van a confesar en público, con la líder presa. Es el famoso refrán de ‘muerto el rey, viva el rey’. O sea, ‘todo muy triste, vamos a visitar a Cristina, pero llegó nuestro momento’”.

Silencio estratégico de los libertarios

El presidente Milei sostuvo con una moderación inédita el fallo de la Corte que confirmó la condena contra Cristina y le impidió ser candidata en las elecciones legislativas de Buenos Aires. “Justicia. Fin”, fue su escueto mensaje publicado en X, donde acostumbra a explayarse mucho más con los temas que prefiere instalar.

Tampoco actuaron con la virulencia habitual los trolls libertarios ni los funcionarios que suelen hacer chicanas en las redes. Manuel Adorni, el portavoz de Milei, se limitó a negar un pacto de impunidad entre el gobierno y el kirchnerismo. La verdad es que no se esperaban el fallo de la Suprema, afirma la prensa transandina.

En el gobierno reinaba una sensación agridulce por el fallo que semanas atrás no aparecía en sus cálculos, al menos por las especulaciones que se filtraban desde la Casa Rosada para competir contra Cristina en la Tercera Sección Electoral (sur y parte del oeste del Conurbano bonaerense) con candidatos como el Gordo Dan y Sebastián Pareja, en las elecciones que tendrán lugar el 7 de septiembre. A Milei, la condena ahora le complica el relato electoral, porque ya no podrá usar la figura de Kirchner como enemigo movilizador.

“Nadie operó esto, quedamos medio pintados”, dijeron a La Política Online en el mundo libertario. Así que, aunque les sorprendió, aquel mutismo se trata de un “silencio estratégico”, según Sánchez.

“Es una decisión bien pensada, no es que surgió que se callen. Es una decisión estratégica y que tiene que ver sobre todo con esta idea del gobierno de despegarse o desmarcarse de algunas acusaciones que la oposición le ha hecho de que el presidente Milei estaba impulsando una especie de pacto de impunidad para evitar que Cristina fuera condenada”, explica.

Dentro del oficialismo libertario reconocen que la polarización con el kirchnerismo podría escalar a niveles extremos y abrir un panorama de incertidumbre hacia adelante. Hasta hace poco, el gobierno se sentía confiado en su control de la calle y en la reconfiguración del escenario político.

Además, crecen las sospechas sobre un posible pacto con el kirchnerismo, mientras se asoman cuestionamientos judiciales por el escándalo de las criptomonedas $LIBRA que ha salpicado a Milei.