"Ha realizado más de 91 viajes fuera del territorio con un costo que supera los 310 millones de bolívares -unos 94.000 dólares-, sin justificar la fuente de ingreso". La voz de Elvis Amoroso narraba la justificación para la medida más dura que ha adoptado el régimen de Nicolás Maduro contra Juan Guaidó desde que éste se proclamara como presidente encargado en su rol de titular de la Asamblea Nacional.

Como contralor general de Venezuela, Amoroso resolvió emitir una sanción política por lo que, según aseguró, son inconsistencias en el patrimonio del líder opositor: 15 años sin poder ejercer cargos públicos, una medida similar a las que el régimen chavista, a través de diversas instituciones, ha impuesto a lo largo de su gobierno contra otros dirigentes adversos a su línea de pensamiento y con un alto perfil público.

Pero el mismo cargo de Amoroso es controvertido en su origen. Uno de los parlamentarios emblemáticos del chavismo, fue designado en 2018 en el puesto por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), el órgano legislativo paralelo a la Asamblea Nacional instalado por Maduro y cuya génesis no es reconocida por la oposición venezolana.

A su posición actual llegó luego de ejercer la vicepresidencia de la ANC, coronando una carrera que tiene además a miembros de su familia en otras posiciones estratégicas del régimen.

En 2016, su hijo Elvis Junior pasó a ocupar el puesto de secretario permanente del Consejo de Ministros de Maduro, ubicándose en el corazón de las principales decisiones del gobierno.

Otro de sus hijos también tiene un alto perfil público: Jesús Amoroso, "El Duke", quien ha lanzado una carrera de cantante, pero cuya vida de celebridad ha sido cuestionada en medio de la dura situación que sufre su país.

Sin embargo, hasta hoy, el contralor Amoroso permanecía como casi un desconocido a nivel internacional. Su actuación contra Guaidó lo pone en primera plana del conflicto político que sacude a la nación sudamericana.