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“Hay muerte en cada hogar”: terremoto en Afganistán deja más de 800 fallecidos y pone a prueba al régimen talibán

Con una magnitud de 6, el sismo es el más fuerte que sufre el país desde 2023. Ya en ese entonces las autoridades en Kabul habían mostrado poca capacidad para reaccionar a la catástrofe.

Residentes de Mazur Dara caminando en escombros. Foto: Archivo.

Ya van más de 800 muertos y cerca de 3.000 heridos, luego de un terremoto de magnitud 6 que golpeó el este de Afganistán en la medianoche de este domingo, devastando aldeas y alertando al mundo. La mayoría de los decesos, indicó un portavoz del gobierno talibán, ocurrió en la provincia de Kunar, al noreste del país y fronteriza con Pakistán.

El epicentro del sismo, ocurrido a solo ocho kilómetros de profundidad, se ubicó a 27 km de Jalalabad, la capital de la provincia de Nangarhar, fronteriza con la provincia de Kunar, indicó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

Distintos reportes estatales dan cuenta de decenas de casas que están enterradas bajo escombros, y el gobierno ha estado pidiendo ayuda a las organizaciones internacionales para enfrentar la tragedia. En los lugares más remotos las carreteras están bloqueadas, y de acuerdo a Salam Al Janabi, de la Unicef, habría ya cientos de casas destruidas.

El terremoto vino a empeorar una situación que ya era difícil, luego de las inundaciones repentinas del fin de semana, que dejaron al menos cinco muertos, según medios locales. La inundación, que provocó deslizamientos de tierra y daños en la infraestructura, también interrumpió temporalmente el tráfico entre Pakistán y Afganistán.

Daño causado por el terremoto en Afganistán. Foto: Archivo

Los datos recabados por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) apuntan a que unas 12.000 personas se han visto directamente afectadas por este terremoto en las provincias de Kunar, Lagmán, Nangarhar y Nurestán, en un país que ya contaba con una de las peores crisis humanitaria del mundo.

Alrededor de 22,9 millones de personas necesitarán asistencia humanitaria en 2025 y 3,5 millones de niños y niñas padecerán malnutrición aguda, tal y como indican estos datos. Por ello, el Plan de Respuesta Humanitaria para 2025 requiere 2.420 millones de dólares, aunque hasta el momento solo se ha cubierto el 25,9% de las necesidades de financiamiento.

Esta foto, tomada el 1 de septiembre de 2025, muestra la zona afectada por el terremoto en el distrito de Nurgal, provincia de Kunar, Afganistán. Foto: Qazafi/Xinhua Qazafi

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), esta tragedia se ha producido en un momento en que el país “ya se enfrenta a inmensas presiones”. “Más de 1,7 millones de afganos han regresado desde Irán y Pakistán solo en 2025, muchos de ellos a comunidades que tienen problemas para gestionar recursos que se encuentran limitados”, aseveró la OIM en un breve comunicado.

“La gente pobre lo ha perdido todo”

Citado por The Guardian, un obrero de Nur Gul, en la provincia de Kunar, contó que había perdido 10 familiares, entre ellos cinco hijos, muertos en el terremoto. Mucha de la gente de su pueblo estaría atrapada bajo escombros. “La gente pobre de esta zona lo ha perdido todo. Hay muerte en cada casa, y bajo los escombros de cada techo hay cadáveres. Las casas de adobe han sido arrasadas y la destrucción está por todas partes. La gente busca ayuda desesperadamente”, declaró Muhammad Aziz.

Según el Ministerio de Salud de Afganistán, en la provincia de Kunar tres aldeas han quedado devastadas, junto con otras muchas que han sufrido daños importantes. Desde Nangarhar, uno de los aeropuertos más cercanos, ya han partido 40 vuelos que trasladan heridos.

La UNAMA, la misión de asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán, empezó a desplegar ya personal para “asistencia de emergencia y apoyo vital”. Lo mismo ha hecho la Media Luna Roja afgana, con equipos médicos enviados al epicentro de la destrucción. Los esfuerzos se concentran principalmente en Kunar, una zona enclavada en los valles de la cordillera del Hindu Kush, particularmente sísmica.

Personal civil y militar preparando evacuaciones desde Mazur Dara. Foto: Archivo

Ya antes del terremoto distintas agencias humanitarias venían enfrentando la crisis en un país que, según las Naciones Unidas, se estima que más de la mitad de la población necesita ayuda humanitaria. Desde la comunidad internacional, sin embargo, la respuesta pareciera tardía: “Hasta el momento ningún gobierno extranjero se ha acercado para brindar apoyo para las labores de rescate o socorro”, dijo el lunes por la mañana un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Afganistán.

Posteriormente, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China declaró que estaba listo para brindar asistencia humanitaria en caso de desastre “según las necesidades de Afganistán y dentro de su capacidad”.

Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, indicó que había entregado mil tiendas de campaña familiares a Kabul y que estaba trasladando 15 toneladas de alimentos a Kunar, y que se enviaría más material de socorro desde India a partir del martes.

Personal militar trasladando heridos a Jalalabad. Foto: Archivo

El terremoto tuvo lugar la medianoche del domingo, y cerca de 1,2 millones de personas lo sintieron con fuerza, según el USGS. El organismo registró al menos cinco réplicas a lo largo de la noche. El terremoto en sí fue grado 6 en la escala de Richter, golpeando cuatro provincias afganas.

Esta zona es particularmente sísmica, ya que se encuentra en las fallas donde las placas de India y Eurasia se encuentran. Los terremotos suelen ocurrir en las capas más altas, y no tanto en la profundidad de la tierra, por lo que las ondas sísmicas toman menos tiempo para llegar a la superficie, reteniendo gran parte de su poder.

Los edificios en Afganistán también suelen estar construidos con madera, adobe u hormigón frágil, que no son resistentes a los terremotos, y por lo tanto aumentan los damnificados. El principal hospital de Jalalabad, el mayor centro médico cerca del epicentro, ya está desbordado, también por estar cerca del principal cruce a Pakistán.

Este no es el primer terremoto que ocurre durante el gobierno talibán, que llegó por segunda vez al poder tras la toma de Kabul en agosto de 2021. Ese mismo año la provincia de Paktika sufrió un sismo que mató a más de mil personas, y en 2023 la provincia de Herat sufrió una serie de terremotos con similar resultado.

Desde el regreso de los talibanes en 2021, la ayuda exterior a Afganistán se ha reducido drásticamente, socavando la capacidad del país, ya empobrecido, para responder a desastres como este último terremoto. Alrededor del 85% de la población afgana vive con menos de un dólar al día, según el programa de desarrollo de la ONU.

Esta foto, tomada el 1 de septiembre de 2025, muestra la zona afectada por el terremoto en el distrito de Nurgal, provincia de Kunar, Afganistán. Foto: Qazafi/Xinhua Qazafi

Ya en 2023 el Middle East Institute publicaba un artículo sobre la reacción del régimen talibán a las catástrofes: “En Afganistán, un país propenso a desastres naturales, la familiaridad oficial con tales calamidades y la confianza en un protocolo de respuesta establecido es lo mínimo que los ciudadanos normalmente esperan de sus gobiernos. Sin embargo, bajo el régimen talibán incluso este mínimo indispensable ha brillado por su ausencia”.

“Un día después del terremoto en Zinda Jan, el viceprimer ministro talibán, mulá (Abdul Ghani) Baradar, junto con funcionarios del Departamento de Desastres, visitó el área afectada para, según se informa, proporcionar ‘asistencia de socorro inmediata’ y garantizar ‘una distribución equitativa y precisa de la ayuda’. La única asistencia real de los talibanes hasta ahora ha sido enviar algunos vehículos para trasladar a los heridos a los hospitales; el resto han sido promesas y promesas de reconstruir casas y proporcionar asistencia en efectivo. Sin embargo, se espera que poco llegue realmente a la gente, ya que el propio gobierno sigue escaso de efectivo, apenas administrando su arquitectura de seguridad de gran tamaño con una política fiscal agresiva”, detalla el citado instituto, en alusión a la respuesta del régimen talibán a los terremotos de magnitud 6,3 registrados en la provincia de Herat en octubre de 2023, que se saldaron con cerca de 1.500 muertos y más de 2.700 heridos.

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