El Presidente Donald Trump habla en un acto de su campaña por la reelección. Foto: AP

La derrota de Trump inicia el fin del populismo

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Aunque los liberales y centristas de Europa celebraron el triunfo de Biden en EE.UU., el fenómeno encarnado por Trump estaría lejos de terminar. Los Bolsonaro, Modi, Orbán y Le Pen seguirían siendo poderosos.



Hubo un júbilo manifiesto entre los liberales y centristas de Europa cuando se proyectó que Joe Biden era el ganador de la carrera por la Casa Blanca. “La derrota de (Donald) Trump puede ser el principio del fin del triunfo de los populismos de extrema derecha también en Europa”, tuiteó Donald Tusk, expresidente del Consejo Europeo y ahora jefe del Partido Popular Europeo, el partido político transnacional más grande de Europa formado por cristiano-demócratas y conservadores moderados.

Pero el optimismo de Tusk rápidamente quedó en entredicho. “¿La derrota de Trump en las elecciones estadounidenses marca el inicio del declive del populismo?”, se preguntó The New York Times. “Si bien la derrota de Trump es un duro golpe para sus aliados populistas, sus consecuencias para el populismo como movimiento político global son más ambiguas”, advirtió el diario. El republicano, después de todo, consiguió más votos (73,6 millones) que cualquier candidato presidencial estadounidense en la historia, aparte de los históricos 79,6 millones de sufragios ganados por Biden, lo que pone de manifiesto el atractivo perdurable del mensaje de Trump.

Y es que, como destaca la cadena CNBC, desde el Brexit hasta la elección del Presidente Jair Bolsonaro en Brasil, los políticos y partidos populistas de todo el mundo comparten características comunes con la política de Trump: tienden a inclinarse hacia la derecha y promover políticas nacionalistas, anti-sistema y anti-inmigración, además de compartir un escepticismo (y a menudo un rechazo total) a la globalización. Eso sí, hay también otros gobiernos populistas de izquierda, como el de Andrés Manuel López Obrador en México.

Donald Trump habla durante una reunión con el Presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en la Casa Blanca, el 19 de marzo de 2019. Foto: AP

Pero, a pesar de todos los comentarios sobre una ola populista que se extendió por todo el mundo después de la votación del Brexit en Reino Unido en junio de 2016 y la elección de Trump cinco meses después, los expertos señalan que los movimientos populistas y de extrema derecha en Alemania y otros países europeos siempre tuvieron sus propias raíces, que eran distintos y anteriores a la variedad angloamericana.

Por ello, Timothy Garton Ash, profesor de estudios europeos en la Universidad de Oxford, expresa sus dudas sobre la eventual lápida que la derrota de Trump significaría para el populismo. “Podría decirse que es la elección más trascendente de nuestra vida, pero sería muy cauteloso sobre un cambio de humor hacia la creencia de que el populismo ha terminado”, dijo el intelectual británico al Times.

Los Bolsonaro, Modi, Orbán y Le Pen del mundo seguirán siendo poderosos, con o sin Trump.

Benjamin Moffitt, profesor de la Universidad Católica Australiana

Y otros expertos consultados por La Tercera coinciden en esta evaluación. “La derrota de un líder, sin importar cuán poderoso sea, no es una señal de que un fenómeno político que ahora está arraigado en todo el mundo vaya a decaer. Si bien esta podría ser una buena narrativa, simplemente no resiste la realidad empírica: los Bolsonaro, Modi, Orbán y Le Pen del mundo fueron y seguirán siendo poderosos, con o sin Trump”, señaló Benjamin Moffitt, profesor de la Universidad Católica Australiana y autor de The Global Rise of Populism (2016).

En ese sentido, Anna Grzymala-Busse, profesora de Estudios Internacionales de la Universidad de Stanford, destaca que “el populismo es en gran parte autóctono”. “Muchos de los regímenes populistas autoritarios más establecidos llegaron al poder mucho antes de Trump: Venezuela, Polonia, Hungría o Turquía son ejemplos. No dependen de Trump para su apoyo simbólico o material”, agrega.

El populismo de Trump marcó profundamente a la sociedad de EE.UU. y no se va a ir pronto.

Nadia Urbinati, profesora de la Universidad de Columbia

Pero a nivel doméstico, el populismo del republicano parece haber dejado huella. “Trump atrajo muchos votos y Estados Unidos está dividido entre su populismo y el programa democrático. Su populismo marcó profundamente a la sociedad estadounidense y no se va a ir pronto”, comentó Nadia Urbinati, profesora de Teoría Política de la Universidad de Columbia y autora de Me the People: How Populism Transforms Democracy (2019).

Lo mismo piensa Daron Acemoglu, autor del libro “Por qué fracasan los países” (2012), quien en una columna publicada en la revista Foreign Affairs vaticinó que “Trump no será el último populista estadounidense”. “El giro autocrático y populista de la presidencia de Trump surgió a partir de profundas fracturas en la política y la sociedad de Estados Unidos, y los estadounidenses deben comprenderlas y abordarlas si quieren evitar que fuerzas similares se apoderen de la nación una vez más”, escribe el economista.

Y Acemoglu ahonda en las razones del fenómeno populista de Trump en ese país. “El populismo de derecha no surgió en Estados Unidos debido al carisma trastornado de Trump. Tampoco empezó con el encaprichamiento de los medios de comunicación con sus declaraciones indignantes, o con la intromisión rusa, o con las redes sociales. Más bien, el populismo de derecha resurgió como una poderosa fuerza política al menos dos décadas antes de que Trump tomara el poder del Partido Republicano, ¿recuerdan a Pat Buchanan? Y tiene análogos en todo el mundo, no solo en las democracias maduras que se tambalean por la pérdida de empleos en el sector manufacturero, sino también en países que se han beneficiado económicamente de la globalización, incluidos Brasil, Hungría, India, Filipinas, Polonia y Turquía”.

Donald Trump saluda a Viktor Orbán en la Oficina Oval de la Casa Blanca, 13 de mayo de 2019. Foto: Reuters

Precisamente, tras la salida del republicano de la Casa Blanca en enero próximo, muchos se preguntan quién tomará ahora el rol de referente populista. “Podría decirse que los mismos líderes populistas que han tenido el mayor éxito antes de Trump: Orbán en Hungría y Modi en India son las figuras políticas dominantes en sus respectivos países y sospecho que continuarán disfrutando de un gran éxito”, afirma Moffitt. Grzymala-Busse, en cambio, no cree que los populistas necesiten un “símbolo internacional”. “La mayoría de sus pedidos, de hecho, tratan de reclamar la soberanía nacional y abordar las preocupaciones internas primero y ante todo. El populismo y el autoritarismo continuarán sin Trump o cualquier otro líder”, sentencia.

Por su parte, para Erin Kristin Jenne, profesora del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Europa Central en Viena y especialista en populismo, “el próximo líder populista destacado realmente podría provenir de cualquier parte. A menudo sucede que los líderes que anteriormente fueron moderados o liberales dan un paso en la dirección populista cuando esperan obtener apoyo político al hacerlo”. “La inestabilidad política engendra populismo”, argumenta.

Con todo, Paul Taylor, columnista de Politico Europe, sostiene que la derrota de Trump, aunque menos rotunda de lo que muchos europeos esperaban, “priva a los demagogos iliberales de Europa de un cheerleader y aliado en Washington”. “Esta es una noticia particularmente mala para el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y el gobernante de facto de Polonia, Jarosław Kaczyński, quienes ya no podrán jugar la ‘carta de Trump’ para reforzar su posición política interna y resistir la presión de las instituciones europeas por su ataque a la independencia judicial, pluralismo mediático y derechos civiles”, escribe.

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