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Cómo fue que Silber pasó a la ofensiva en la trama bielorrusa y rompió relaciones con sus exsocios Vargas y Lagos

El exdiputado tuvo que ver por el canal del Poder Judicial cómo la defensa de uno de sus excompañeros de oficina pedía a la Fiscalía que lo formalizaran. Esa fue la gota que rebasó el vaso y transformó al exparlamentario, al menos por ahora, en un colaborador del Ministerio Público

Las aguas en lo que hasta hace poco era la empresa “Lagos, Vargas & Silber Asesorías Legales Limitada” están lejos de estar calmas.

En medio de la investigación de la denominada trama bielorrusa han surgido una serie de antecedentes que han tensionado la relación entre Mario Vargas, Eduardo Lagos y el exsocio Gabriel Silber. Incluso, la continuidad de lo que queda de la sociedad está en compás de espera.

De acuerdo con antecedentes revisados por este medio, la mencionada sociedad se constituyó el 24 de enero de 2023 ante el notario Eduardo Rodríguez, de la 1° Notaría de Providencia, con el objeto de prestar “todo tipo de asesorías y consultorías legales, jurídicas, tributarias, penales, civiles, comerciales, constitucionales, administrativas, procesales, regulatorias, estatutarias y en general de cualquiera materia legal, así como la elaboración de estudios e informes relativos a las mismas materias”.

Todo se mantuvo tranquilo, aunque en agosto de 2024, como él mismo declaró ante el Ministerio Público, Silber determinó tomar distancia y cedió sus derechos a Lagos.

“Es necesario señalar que en agosto del año 2024 cedí la totalidad de mis derechos sociales en la sociedad a Eduardo Lagos mediante escritura pública, la cual acompaño. Esto atendido a que entendí que debía dar un paso al costado, me tenía que alejar de los señores Lagos y Vargas debido a la explosión del caso Audio, lo que efectué mediante la transacción, ya que sumado a que no tomaba decisiones administrativas mi presencia era más bien accesoria, y también entendí que no podía alejarme del todo por temor a ser involucrado o responsabilizado de hechos que escapaban de mi responsabilidad. Por eso decidí quedarme, a sabiendas de que iba a llegar este momento con toda la información que se toma conocimiento mediante la prensa", sostuvo Silber ante el fiscal Marco Muñoz.

Eso marcó un antes y un después en la sociedad, pero sus efectos no se ventilaron públicamente hasta que la trama bielorrusa llegó a tribunales. Fue en medio de las audiencias de formalización de los tres imputados, de hecho, que se evidenció el claro distanciamiento entre ellos. En buen chileno, comenzaron a tirarse la pelota para explicar las imputaciones.

Dragomir Yankovic/Aton Chile DRAGOMIR YANKOVIC/ATON CHILE

El quiebre

Uno de los primeros en marcar la distancia fue el abogado de Mario Vargas, el defensor Sergio Contreras, quien en varias oportunidades reiteró que su representado nada tenía que ver con transferencias a terceros, y que gran parte de eso recaía en manos de Lagos.

Sostuvo, particularmente, que en lo referente al supuesto tercer soborno pagado por los abogados a la exministra Ángela Vivanco, por $45 millones, él no tenía nada que ver e incluso destacó que a su representado no se le mencionaba en ninguno de los argumentos que entregaron los persecutores.

Asimismo, Contreras le enrostró al Ministerio Público el hecho de que no hayan formalizado en esa misma audiencia a Silber, pese a que él había tenido mayor injerencia que Vargas en la tramitación de las acciones en favor del Consorcio Belaz Movitec (CBM) y que, por lo mismo, recibió una remuneración más alta que su cliente. El defensor, en aquella ocasión, sostuvo que Vargas obtuvo solo $20 millones de CBM, mientras que lo recibido por Silber fueron $85 millones.

Esa reclamación, aseguran quienes conocen del proceso, fue clave para que Silber comenzara a gestionar junto a su abogada Susana Borzutzky su declaración ante los fiscales.

Así fue como decidió renunciar a su derecho a guardar silencio y entregó voluntariamente sus aparatos tecnológicos porque, afirman desde su entorno, consideró que los sus exsocios lo estaban involucrando artificialmente en los hechos.

No fue una decisión fácil, y lo mantuvo en reserva hasta que este medio publicó extractos de sus testimonios. Hasta antes de comparecer en calidad de imputado ante el fiscal Muñoz mantenía cierto contacto con las defensas de los otros imputados, porque tenía antecedentes relativos al proceso, pero no les confirmó que declararía. Se había limitado, según comentaron distintos intervinientes consultados, a sostener que estaba en coordinaciones.

El costo no fue menor y quedó en evidencia la jornada del lunes 24 de noviembre en la audiencia en que la Corte de Apelaciones de Santiago revisó y rechazó los recursos de Vargas, Lagos y Migueles para salir de la cárcel.

En esa instancia el abogado que alegó en representación de la Fiscalía, Gonzalo Bascur, afirmó que incluso Silber requirió medidas de protección respecto del resto de los imputados.

La Tercera contactó tanto a Silber como a su abogada para conocer detalles de la petición, pero no estuvieron disponibles para hacer comentarios.

El quiebre entre los exsocios va a seguir escalando. Tanto así que el distanciamiento llegaría al punto de poner término a la sociedad que compartían. Según comentan desde el círculo de Lagos y Vargas, es cuestión de tiempo para que uno de los dos ceda sus derechos societarios al otro.

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