20 datos para entender el tema mapuche
El CEP realizó en 2006 una encuesta a 1.487 mapuches para conocer su estilo de vida, escolaridad y problemas. Otros índices están en manos del INE, la ficha Casen y el Observatorio Ciudadano. Aquí, algunas conclusiones de los estudios.

Población. De acuerdo a las cifras del INE de 2002, en el país existen 604.349 personas que se identifican como mapuches. De ellos, el 62% vive en zonas urbanas, el 37% en localidades rurales y 1.672 en el extranjero. Los lugares que concentran el mayor porcentaje de su población son, en orden decreciente, las regiones IX, Metropolitana, Décima y Octava. Las dos primeras aglutinan más del 60%.
Analfabetismo. La tasa llega al 12,6%, cifra que triplica a la del país. En las comunas rurales se concentran los mapuches que no saben leer ni escribir. En ese grupo, por ejemplo, el 19,1% de las mujeres son analfabetas. Según la encuesta Casen de 2006, los mapuches de la IX Región tienen alrededor de 3,5 años menos de escolaridad comparado con el resto del país y dos años menos comparados con otros habitantes de su región. Las cifras del CEP también apuntan a ese problema: el 25% de las personas que viven en el campo sólo estudian tres años y el 51%, entre cuatro y ocho años. En la ciudad las cifras aumentan, aunque sólo el 41% logra llegar a cuarto medio.
Discriminación. Un tercio de los mapuches se sintió discriminado en la escuela debido a su origen. Una situación similar les ocurrió al buscar trabajo, cuando acuden a oficinas públicas o al percibir sus sueldos. Creen que las características que definen a una persona de su etnia son que hable la lengua, los apellidos que tiene y su apariencia física. Más atrás se ubica el que vivan en una comunidad mapuche.
Hablan mejor el castellano. "¿Con qué facilidad diría usted que habla la lengua mapuche?", consultó en 2006 el CEP a las personas que se definen como mapuches.El 56% respondió que "no la hablo ni la entiendo"; el 20% que "la entiendo, pero no la hablo", y sólo el 4% dijo que la comprendía mejor que el castellano. En el caso de los que señalan que sí hablan la lengua mapuche, el 24% dice que no lo hace nunca. En tanto, el 86% de los mapuches habla en castellano con sus hijos, sobrinos y conocidos en el lugar donde vive y el 30% no sabe lo qué es el machitún (ceremonia de sanación típica).
¿Integrados a Chile? La mayoría se considera plenamente integrado en el país. Pese a ello, es equivalente la proporción de quienes se sienten sólo mapuches y no chilenos y quienes se ven como "chilenos y mapuches al mismo tiempo". Los mayores de 55 años se inclinan por la primera opción. Los más jóvenes, de entre 18 y 24 años, sienten más cercanía con el país. Con todo, la mayor parte del pueblo originario cree que las comunidades mapuches deberían integrarse más al país.
Rituales en desuso. Existen marcadas diferencias en el uso de las tradiciones mapuches entre quienes viven en zonas rurales y urbanas. En las primeras, por ejemplo, aún se usa el rapto de la novia o el pago para contraer matrimonio. En las ciudades esos rituales, llamados ngapin y mafün, respectivamente, ya no se utilizan. En términos generales, la mayoría de los mapuches está de acuerdo con que sus hijos o hermanos se casen con personas que no pertenecen a su etnia.
Católicos. El 63,5% se identifica como católico; el 31,1% como evangélico y el 3,5% tiene otra religión.
¿En quiénes confían? Confían más en la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) que en el lonko de su comunidad, sus machis, el Consejo de todas las Tierras y la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), que se ubica en el quinto lugar de sus preferencias. Un tercio de los mapuches ni siquiera conoce a esa organización, que ha participado en delitos contra la propiedad y carabineros.
La tierra como reparación. Creen que el país debe repararlos. Su prioridad son las tierras, muy por encima de la educación, de escucharlos, respetarlos o reconocerlos. Incluso, más que el término de la discriminación. Jóvenes y ancianos coinciden en este factor. ¿Están dispuestos a vender sus tierras a personas no mapuches? En las zonas urbanas existe más flexibilidad, sobre todo si el monto de la oferta es bueno. En la época de la colonia los mapuches perdieron las mejores tierras agrícolas y ganaderas. En 1823 se creó una ley para identificar los pueblos indígenas existentes en cada provincia y resolver los problemas de su propiedad. En 1971, a través de la reforma agraria, se les traspasó 70.000 hectáreas. Pero las tierras no quedaron a nombre de los beneficiados. Desde esos días existen problemas entre los mapuches y las empresas forestales que ocupan los territorios que ellos consideran ancestrales.
Contrastes. Existen contrastes entre las preocupaciones manifestadas por el conjunto del país y la de los mapuches. La delincuencia y los asaltos, por ejemplo, son la quinta prioridad para el pueblo originario, mientras para el resto es la primera. La pobreza y la falta de empleo y educación son de las tres más relevantes para la etnia. Mucho más atrás está la protección de sus conocimientos ancentrales (en el lugar 15).
Uso de la violencia. En forma mayoritaria, tanto entre los más jóvenes como en los ancianos, la justifican en algunas circunstancias para reclamar sus tierras. Los mayores de 55 años tienen las posturas más duras. Creen que las personas y sus familias deben ser los dueños de la tierra y no las comunidades, y que éstas no deberían poder venderse a personas que no son mapuches.
Pobreza. La IX Región, donde vive la mayor cantidad de mapuches del país, es el lugar con mayores índices de pobreza. Su tasa llegó a 27,1%, aumentando más de siete puntos respecto de 2006. Los mapuches no perciben las políticas de gobierno como un factor decisivo en su situación económica. La Moneda, sin embargo, elaboró el Plan de La Araucanía. Uno de sus objetivos es otorgar trabajo a 15 mil mapuches e inyectar inversión extranjera a la región: en los últimos 12 años la región ha estado en el peor lugar de los rankings de competitividad. Piñera cree que la pobreza es uno de los factores claves del conflicto.
En Fonasa. El 71% de los mapuches de la IX Region utilizaba hasta 2006 el grupo A de salud pública (dirigido a personas sin recursos o indigentes). El 93% está afiliado a algún grupo de Fonasa.
Emigración a la ciudad. Entre 1996 y 2003 se reforzó el proceso de emigración desde las zonas rurales a las urbanas, principalmente por razones laborales. Pasaron de 49 mil a alrededor de 82 mil mapuches a residir en ciudadaes. En la urbe se desempeñan mayoritariamente en el sector de la construcción y de servicios. Sus contratos de trabajo generalmente son informales. Hasta hace cuatro años, sólo el 26% de los mapuches con empleo contaba con un contrato de trabajo. Sus jornadas no suelen ser a tiempo completo.
Subsidios. Cada año, la Conadi realiza un subsidio de tierras que privilegia a las familias o comunidades mapuches de las regiones VIII, IX, X y XII sin tierras o con una superficie insuficiente para trabajarlas. Desde 1995 a la fecha, este subsidio ha beneficiado a 3.285 familias, repartiendo 27.240 hectáreas. Todos los años su presupuesto bordea los $ 6 mil millones.
Menos endeudados. Los mapuches de la IX Región muestran menos endeudamiento que el resto del país. De acuerdo a Rodrigo Cerda, académico del CEP, ese fenómeno guarda una explicación: las tierras no pueden servir como garantías para hipotecas si no cuentan con el permiso del gobierno. En las zonas rurales existe una fuerte resistencia a esa medida.
AFP. Debido a los trabajos informales y a las bajas tasas de ocupación, las cifras de no cotización/no afiliación en una AFP en los mapuches de la IX Región llegó al 58,7% en 2006. Buena parte de los mapuches recibirá pensiones diferentes a las estipuladas por la reforma previsional.
División territorial. De acuerdo al Observatorio Ciudadano, los mapuches se dividen dependiendo de la zona en la que viven y la identidad de sus comunidadades. Los lafkenche viven cerca del mar, desde Tirúa hasta Chiloé; los pehuenches se ubican en el sector cordillerano, desde Alto Biobío a Curarrehue; los huilliches están repartidos por el territorio del sur del país, partiendo desde el río San Pedro al sur. En la zona de Malleco están los nagche y en Temuco, en la zona del valle, se sitúan los wenteche. En su cultura, la únidad básica es el lof. Cada uno de ellos tiene un lonko o líder. Debido a la división territorial y los intereses cruzados de las comunidades, al gobierno le ha sido difícil llegar a un acuerdo en la huelga de hambre de 33 comuneros.
Celulares y alcantarillado. Casi dos tercios de los mapuches de las urbes cuentan con teléfonos celulares. Sólo la mitad de ellos los pueden adquirir en el campo. En la urbes la mayoría tiene lavadoras y refrigerador. En los pueblos las cifras son distintas: menos del 5% tiene cálefont en sus hogares. Hasta 2006, en tanto, el 99% de los mapuches urbanos contaban con electricidad; el 97% con agua potable dentro de su hogar; el 93% con alcantarillado y el 92% con baño al interior de sus viviendas. Las cifras, otra vez, contrastan con las del campo. Sólo el 9% de esa población, por ejemplo, cuenta con alcantarillado.
Jóvenes v/s ancianos. A diferencia de los mayores de 55 años, los mapuches de entre 18 y 24 años tienen una menor participación en ceremonias mapuches y actualmente usan en menor medida el atuendo caracteristico de la etnia. La distancia de sus tradiciones la grafica un dato: el 0% de los jóvenes entiende mejor el mapudungún que el español. En tanto, el 40% de los mapuches cree que los jóvenes que aún viven en comunidades tarde o temprano se van a ir a otros lugares.
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