Por lo menos 21 personas murieron en un doble ataque suicida el jueves, el más reciente contra un grupo minoritario en el noroeste de Irak.

La explosión se produjo pasadas las 5 de la tarde cuando dos sujetos hicieron explotar los chalecos que llevaban puestos en un café atestado de jóvenes en Sinjar, una ciudad habitada mayoritariamente por yazidis, un grupo religioso de habla curda concentrado en la frontera con Siria.

Las fuentes, que hablaron bajo la condición de anonimato, dijeron que hubo unos 32 heridos.

Fue el más reciente en una serie de ataques devastadores en la zona en torno de la ciudad de Mosul, que los militares estadounidenses califican como el último bastión urbano de Al Qaeda en Irak.

También ha habido ataques dinamiteros contra otros grupos minoritarios, los turcomanos y los shabak, con más de 120 muertos desde el viernes.

Pero los atacantes en la zona de Mosul se han concentrado principalmente en las minorías étnicas, lo que indica que los insurgentes buscan blancos vulnerables, relativamente desprotegidos, para aumentar el número de bajas mientras el ejército iraquí se concentra en áreas más centrales.

El derramamiento de sangre ha suscitado preocupaciones sobre la capacidad de las fuerzas iraquíes de proteger al pueblo mientras los militares estadounidenses se preparan para retirarse a fines del 2011.

El ataque del jueves se produce casi dos años después que un pueblo cerca de Sinjar fue objeto de uno de los ataques insurgentes más devastadores desde la invasión estadounidense del 2003. Cuatro camiones de atacantes suicidas estallaron casi simultáneamente en Qahataniya en agosto del 2007 y dejaron un tendal de unos 500 yazidis muertos.