Histórico

Amenaza a la economía social de mercado

Ludwig Erhard es conocido como el padre de la economía social de mercado que diera origen al milagro económico alemán, gracias a la radical reducción del Estado que él impulsó. Nada es más antisocial que el Estado de bienestar, que anula la responsabilidad de las personas conduciendo a la reducción del desempeño personal, escribió. En Chile, que también tuvo su propio milagro económico, se busca volver a un modelo históricamente fracasado.<br>

CON EL triunfo de la Nueva Mayoría, Chile ha dado el primer paso en sacrificar su activo más preciado: la economía social de mercado (ESM). Para entender lo que está en juego resulta necesario conocer primero el origen histórico y los fundamentos intelectuales de la ESM.

Desde la época de Bismarck hasta la era nazi, Alemania tuvo una economía fuertemente intervenida por el Estado. Como sabemos, Bismarck, inspirado en las ideas socialistas de la escuela histórica alemana, fundó el primer Estado de bienestar en Occidente. El mismo definiría su sistema benefactor como "socialismo de Estado".

La República de Weimar que siguió a la Primera Guerra Mundial se caracterizó también por una economía intervenida y un Estado de bienestar sobreextendido. Las enormes cargas sociales, las reparaciones de guerra y la Gran Depresión llevaron al colapso total del sistema económico en la década del 20 y al ascenso del nacionalsocialismo. Como partido obrero, el NSDAP (Partido Nacional Socialista Obrero Alemán) tuvo dentro de sus objetivos centrales la fundación de lo que hoy se denomina "Estado social de derechos". En su famoso discurso frente a los trabajadores de la Rheinmetall-Borsing en Berlín, en octubre de 1940, Hitler diría que su programa buscaba "crear un Estado socialmente justo", que "continúe erradicando las barreras sociales". Como todos los socialistas, los nazis rechazaban el capitalismo y la cultura liberal sobre la que descansaba. Según Hitler, sólo la destrucción del capitalismo anglosajón podría liberar a los trabajadores. Siguiendo esa lógica, los nazis ejercieron un control casi total sobre la economía, incluyendo fijación de precios, cartelización forzada de empresas, dirección de la producción e inflación diseñada desde el gobierno.

Más importante aun fue la creación de un Estado de bienestar de generosidad sin precedentes. Según el historiador Götz Aly, la expansión de un masivo sistema de transferencias sociales permitió a Hitler literalmente "comprar" el apoyo del pueblo alemán. Luego de la Segunda Guerra Mundial, los aliados optaron por continuar administrando la economía estatizada de Hitler mientras gran parte de la elite intelectual y política alemana todavía rechazaba el capitalismo. Fue en ese contexto adverso que la genialidad de un hombre absolutamente convencido del libre mercado logró cambiar la suerte del ahora motor de Europa: Ludwig Erhard.

El es conocido como el "padre de la economía social de mercado" que diera origen al milagro económico alemán. Contrario a lo que parecen creer algunos académicos (Eugenio Yáñez, La Tercera, 24/11/2013), Erhard entendía la ESM como un sistema de mercado libre en el cual el Estado se limita a intervenir para garantizar la competencia y ayudar a quienes, por sus medios, no han podido salir adelante. Es más, a Erhard nunca le pareció bien el concepto "social de mercado" acuñado por el economista Alfred Müller-Armack, adoptándolo sólo por razones de estrategia política. El mismo Erhard diría: "Cuando hablo de economía social de mercado, quiero decir que el mercado en sí mismo es social, y no que haya que hacerlo social". Más aún, según Erhard, "el concepto 'libre' y el concepto 'social' se cubren mutuamente. Mientras más libre sea la economía, más social es".

Como bien notó el biógrafo de Erhard, Alfred Mierzejewski, el ex canciller rechazaba el igualitarismo y la idea de justicia social en un sentido redistributivo. Más aún, Erhard pensaba que sólo el mercado podía distribuir la riqueza de manera justa. En su opinión, una sociedad donde "todos tienen su mano en el bolsillo de todos los demás" era abusiva y condenable. En ese contexto, denunció que pocos conceptos se usaban para justificar más abusos que el de "justicia". En su súper ventas Bienestar para todos, sostuvo: "Esforcémonos por no ponerle tan rápido el nombre 'justicia' o 'social' a nuestras demandas del Estado, pues en realidad muchas veces no se trata más que de deseos particulares". Siguiendo esa línea, Erhard insistiría en que "no existe beneficio otorgado por el Estado que no implique una privación para el pueblo".

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Contenido y experiencias todo el año🎁

Promo Día de la MadreDigital + LT Beneficios $3.990/mes por 6 meses SUSCRÍBETE