Arnold Schwarzenegger, Actor: "Siempre digo: no te sientas herido porque alguien se ría de ti"
El actor de Terminator, y ex Gobernador de California, habla en esta entrevista sobre sus comienzos, su determinación y el aprendizaje de vida.
Arnold Schwarzenegger es un tipo que tuvo una visión. Un hombre que abandonó ese pequeño pueblo de su infancia, Thal, en Austria, con la ilusión de convertirse en estrella del culturismo y de Hollywood. Sus sueños se hicieron realidad. Enarbola sin el menor atisbo de apocamiento la retórica del éxito conseguido a base de sacrificio, convirtiendo su periplo vital en un pequeño manual de autoayuda que divulga allá por donde va: no te quedes en la zona de confort, sal y haz lo que debas hacer, no temas al fracaso, desafía tus límites. Su padre, un oficial nazi, quería convertirlo en policía. Y él, se podría decir que, a su manera, le correspondió: dedicó media vida a empuñar un variopinto repertorio de pistolas.
El sol ilumina la madrileña Casa de Campo en esta mañana y una furgoneta con los cristales tintados surca los alrededores del pabellón de cristal, lugar donde se celebra el Arnold Classic, evento del culturismo y el fitness que nació en Columbus, Ohio, y que tiene en Madrid su cita europea. Schwarzenegger desciende del vehículo con paso determinado. Pantalón beige y polera café, con cinco guardaespaldas.
Schwarzenegger se conserva bien. Queda claro que levantarse todos los días a las 5.30 de la mañana para hacer ejercicio permite acercarse a los 70 con buen paso. Al principio de la entrevista, le cuesta establecer contacto visual. Responde a las primeras preguntas mirando a la ventana. A pesar de llevar 47 años viviendo en Estados Unidos, conserva parte de su acento austriaco.
Explíquele a alguien que no tiene ni idea de culturismo cuál es el misterio de esta disciplina, qué es lo que le hizo sentirse atraído.
Lo que a mí me atrajo fue ir a ver de pequeño las películas del hombre más fuerte del mundo, Hércules. Me dije: “Wow, ¿es esto posible? Yo quiero verme así”. Aprendí todo lo que pude de Reg Park, que fue tres veces Mister Universo y consiguió protagonizar las películas de Hércules gracias a su físico. Cuando leí su biografía, sentí que acababa de recibir el manual para mi vida. Practicar cinco horas de ejercicio al día como él, convertirme en campeón del mundo de culturismo; hacerme actor de cine gracias a ese campeonato; llegar a ser una estrella de cine; ganar millones de dólares, ser rico y famoso…
¡¿Tuvo usted esa visión?!
Sí, tuve esa visión a los 15 años. Reg Park descubrió el mundo para mí. Yo era un chico nacido en un pequeño pueblo de Austria. Y todo se fue haciendo realidad poco a poco. Me convertí en el Mister Universo más joven de la historia, gané 13 veces el campeonato, me propusieron entrar en el negocio de las películas. Y cuando lo conseguí sentí que debía llevar la antorcha para inspirar a millones de jóvenes de todo el mundo. Mi cruzada ya no fue solo la del culturismo, sino transmitir que puedes conseguir cualquier cosa que te propongas. Tienes que tener una visión, tienes que creer en ti mismo, tienes que trabajar a destajo, tienes que aprender a no conformarte con los no porque todo el mundo te va a decir que es imposible. Estas son las reglas del éxito, esto es lo que tienes que hacer, puedes hacerlo.
En sus memorias cuenta que, cuando expresaba su deseo de ser actor, se reían de usted por su acento, por su cuerpo…
Me daba igual. Cuando tienes una visión, solo miras al frente: a los lados ves a la gente que se ríe, a los que tienen dudas, pero tienes tu objetivo bien claro. Por eso yo digo: no hagas caso a las personas negativas, no te sientas herido porque alguien se ría de ti.
En su última película, Maggie, interpreta usted el personaje más vulnerable de toda su carrera, un granjero que quiere salvar a su hija, luego de que esta se infecta y se convierte en zombie, ¿resulta ese papel más cercano al auténtico Arnold Schwarzenegger?
Es parte de mí. Todos tenemos una parte vulnerable, una parte victoriosa, una parte dura, una parte dulce, o inocente. Como en Gemelos, donde hice el papel del Arnold inocente. En Comando, Depredador, Terminator, ves al otro Arnold, el Arnold brutal. Ahora tengo hijos. Leí el guión y me dije: “Si esto le ocurriera a mi hija…”.
Contó usted en el festival de Tribeca que lloró al leer el guión.
Es cierto. Empecé a imaginarme en esa situación. Qué frustrante debe de ser para un padre que todo el mundo se quiera deshacer de su hija porque tiene un virus de zombie. Cuando te haces mayor, te das cuenta de muchas cosas. Con 20 años no sabes lo que es ser padre. Pero a los 60 ya has pasado por todos esos retos que plantean los hijos. Esta era una película que no podría haber hecho hace 20 años.
En su libro de memorias, habla de lo duros que fueron aquellos días también como marido (se separó de Maria Shriver, su esposa de los últimos 12 años, al descubrirse que tenía una hija fruto de su relación con una empleada del hogar) y algunos le criticaron por dar tanto detalle. ¿Lamenta alguna de las cosas que hizo o que escribió en sus memorias.
No, no lamento nada de lo que hice. Creo que [silencio]…, cuando fui Gobernador, la economía estaba como estaba y yo intenté hacer todo lo que pude. Siempre es doloroso tener que recortar en educación o en sanidad. En el ámbito personal, por supuesto que lamento los errores que he cometido, pero es fácil ver las cosas mirando al pasado; si hubiera podido viajar en el tiempo, me habría dicho a mí mismo que hay determinadas cosas que no hay que hacer.
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