Está condenado a cadena perpetua por tres homicidios, pena que cumple desde 2011. José Ruz, el sicario pagado por María del Pilar Pérez para asesinar a Diego Schmidt-Hebbel, Francisco Zamorano y Héctor Arévalo ha tenido un 2015 problemático en la Cárcel de Alta Seguridad. Esto luego de que, según revelan documentos de Gendarmería, estuvo bajo huelga de hambre seca en enero y a mediados de año fue sancionado por esconder un celular y tres chips en un basurero con doble fondo.

El primero de los episodios ocurrió en el 8 de enero. Con una carta escrita de puño y letra, José Ruz les notificó a los gendarmes del recinto penal que iniciaba una huelga de hambre seca. La razón: un traslado de celda desde el segundo al tercer piso de la unidad especial de la cárcel.

“Vengo a notificar que de este momento realizaré una huelga de hambre seca. Motivo de esa determinación, cambio de módulo sin ningún motivo ni castigo”, señala el documento elaborado por el condenado al que tuvo acceso La Tercera.

Sin embargo, su decisión no duró mucho. 24 horas más tarde, tras ser trasladado a la enfermería. “José Ruz Rodríguez, habitante del módulo cinco, vengo a desistir de la huelga. Sin otro motivo, me despido”, indica la notificación.

SANCIÓN

El segundo episodio que protagonizó el triple homicida en la Cárcel de Alta Seguridad se remonta al 22 de abril. Durante un operativo de seguridad realizado en la celda 316, en la que habitaba Ruz junto a Carlos Valdovino Alarcón,  se encontró “en el tacho de basura de cartón reciclado con doble fondo  un teléfono celular marca Samsung rosado con tres chips u una tarjeta micro SD de 4 gb. Una vez consultados los internos, José Ruz reconoce ser el propietario, pero se niega a hacerlo por escrito”, da cuenta un informe de Gendarmería.

Es por esto que la institución lo sancionó con 15 días de privación de visitas familiares, medida que fue informada al tribunal y comunicadas a su abogado defensor.