Histórico

Entrevista a Abel Ferrara: "La Nueva York sucia y violenta de los 80 era un mejor lugar para vivir"

El reconocido director de Maldito policía y El rey de Nueva York es una de las figuras del Festival Sanfic y aquí habla de su obra.

Por el teléfono, la voz de Abel Ferrara se escucha exactamente igual a la de Don Corleone en El Padrino. El símil sirve para constatar dos cosas: que Marlon Brando sí sabía lo que  hacía cuando se ponía en los zapatos de un don italoamericano  y que Ferrara habla así porque es un auténtico hijo de Little Italy, el sector de Nueva York retratado por Martin Scorsese en Calles peligrosas (1973).

Ferrara no siente un especial apego por la película de Coppola ("está bien, pero nunca me volví loco por ella"), pero sí por Scorsese, uno de sus ídolos cinematográficos. Barriobajero y descendiente de napolitanos arribados a la Gran Manzana a principios de siglo, el director de Maldito policía (1992) se considera un legítimo heredero del viejo y rudo cine de su mentor, aunque deja entrever que el Scorsese de nuestros días "no es tan bueno" como el de antes. De la misma forma, dice, "la fría y aséptica Nueva York del siglo XXI no me sienta tan bien como la ciudad en que crecí en los 70 y 80".
Buscando nuevas urbes que se acomoden a su espíritu desordenado, llegó a Nápoles en 2009 y de un solo zarpazo rodó el documental Napoli, Napoli, Napoli. Este trabajo se exhibirá en el Festival de Cine de Santiago (Sanfic), que arranca este martes 17 de agosto. El evento, organizado por CorpArtes contará con la presencia de Ferrara, quien por segunda vez pisa tierras suda mericanas. "En el 2006 fui al Festival de Mar del Plata, en Argentina. Bastantes italianos. ¿En Chile son iguales?",  pregunta el cineasta.

Responsable de una filmografía donde caben desde la ciencia ficción a los vampiros, Ferrara es el típico director norteamericano de culto. Su reputación se basa en el amor incondicional de un puñado de fanáticos, en la admiración de la crítica europea y en el retrato despiadado que hace de los submundos urbanos. En los últimos años también ha  dividido a la crítica con títulos como 'R Xmas (2001) y Mary (2008), este último sobre una actriz que interpreta a la Virgen María. El trabajó ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Venecia 2008.

El ADN artístico de Ferrara contiene un buen porcentaje de vida callejera neoyorquina, de clubes nocturnos y de gángsters. Estos tres tópicos se repiten una y otra vez en sus películas, acrecentándose sobre todo en El rey de Nueva York  (1990), Maldito policía (1992) y El funeral (1996), sus cintas  más populares(ver recuadro). Rara vez trabaja para los grandes estudios, por lo que ha buscado fuentes de financiamiento en mil y un lugares, incluyendo varias en Italia. Sin ir demasiado lejos, El rey de Nueva York fue costeada parcialmente por  Silvio Berlusconi.
Egresado de una escuela universitaria neoyorquina a principios de los  70, Ferrara entró al negocio fílmico por la puerta de atrás: la industria del cine porno.

"Si quieres trabajar en cine, tienes que hacer lo que sea y yo comencé con una porno: Nine lives of a wet pussy. Era una oportunidad de aprender y meterme en el oficio", dice, manteniendo un matiz burlón en sus respuestas, a veces respondiendo a regañadientes y otras con su carcajada asmática .

-¿Un filme porno puede ser bueno?
Perfectamente. ¿Por qué no? A mí lo que me gusta es mostrar la realidad y si en esa pasada me toca mostrar sexo, lo haré de la forma más realista posible. Un largometraje de cine arte puede perfectamente ser pornográfico.

-¿Por qué el sexo es parte importante de sus películas?
¿Por qué? Porque es parte de la naturaleza humana ¿no? De la vida. Lo que pasa es que yo lo muestro de una manera diferente a como lo hacen todos: no lo exhibo para que en la sala se rían.

-También suele trabajar en géneros bien definidos...
Me encantan los géneros. Te dan una estructura a la que puedes apegarte fácilmente y también guían al espectador: una de gángsters, una de horror, una de piratas, etcétera. Muchos años antes de Crepúsculo y esas cosas yo hice una cinta de  vampiros que se  llamó The addiction (1995). Y precisamente la gracia de este subgénero, el de los vampiros, es que impacta con eficacia: mezcla la fábula de quien es capaz de alimentarse de la sangre de otros y el hecho de que alguien muera siendo joven y hermoso. Claro que la saga de Crepúsculo ni siquiera da miedo, no hay gargantas ni sangre ni nada. Está hecha para niños... y tal vez para adolescentes.

NOSTALGIA DE LA SUCIEDAD
El cineasta de 59 años  vive  en Mulberry Street, el último bastión de la comunidad italiana en el sector de Nueva York conocido como Little Italy. Sin embargo, en el propio edificio donde Ferrara habita junto a su novia actriz  no hay ni un solo italiano. "Los tiempos han cambiado. Salgo a la calle y los únicos extranjeros que encuentro son ecuatorianos. Muchos ecuatorianos", dice sobre el barrio que ha ido reemplazando la emblemática comunidad de italoamericanos por otras etnias.

-¿Por qué algunos de sus trabajos, como los documentales Mulberry Street y Chelsea on the rocks, son retratos de Nueva York?  
Porque trato de rescatar remanentes de una ciudad que que ya no existe más. Nueva York ahora está lleno de corporaciones internacionales, de empresarios. El otro día vi un documental, Jean-Michel Basquiat: the radiant child, que trata sobre este muchacho pintor que vivió y murió en la Nueva York de los años 80. Claro, era una ciudad fea, pero a mí me gustaba.

-¿Prefería Nueva York antes que llegara Giuliani en 1994?
Yo, por lo menos, la pasaba mejor. Era un sitio más interesante para vivir, más creativo.  Tal vez había más violencia y más sangre, pero lo prefería.

-¿Hay otra ciudad hoy en EEUU tan violenta como la Nueva York en los 70 y 80?
Sí, Los Angeles. Un lugar muy extraño. No se parece a ninguna otra ciudad de EEUU y está totalmente gobernada por los autos y las carreteras. Nadie camina. Yo he vivido ahí y me atrae porque gira totalmente en torno al cine. En Nueva York, en cambio, las películas son sólo una pequeña parte del negocio.

-¿Siente que sus películas gustan más fuera que dentro de EEUU?

Absolutamente. Mientras más me alejo de mi país, encuentro más seguidores. No me preguntes por qué, pero así es la dura realidad.
 
-¿Todavía está enojado con Werner Herzog por el remake de Maldito policía?  
En realidad, el problema que tuvimos no fue con Werner Herzog, sino con el tipo que produjo la película. Fue él quien llegó, tomó nuestra historia y la transformó en otra cosa sin siquiera preguntarnos. Nunca se contactaron conmigo ni con Harvey Keitel, el protagonista del Maldito policía original.Lo más curioso es que ahora me están pidiendo que haga Maldito policía 3 con Mickey Rourke (risas). Aún no lo decido, pero la oferta está ahí. Lo estoy pensando. Tú eres el primero en saber esta noticia.

-¿Sigue en pie el proyecto de hacer película Doctor Jekyll y Mr. Hyde?

Es una cosa difícil, pero está ahí, créeme. Nos ha costado mucho, sobre todo porque yo no quiero hacer la clásica versión con un mismo actor, la habitual de Hollywood. Lo que quiero es ser fiel al espíritu original de la novela de Robert Louis Stevenson, donde Jekyll y Hyde son dos tipos absolutamente distintos. Por eso necesito dos actores. Pero nos falta parte del dinero. Quizás haya algún interesado en financiarla en Chile. ¿Conoces a alguien?

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