Histórico

Familia Meiss levanta su primer hotel boutique en Casablanca

Con una inversión de US$5 millones, el diseño está a cargo del arquitecto del restaurant Indómita. Además realizarán matrimonios premium all inclusive desde junio. 

Son los segundos operadores de hoteles en Chile -si se considera el número de establecimientos-, después de Diego de Almagro, y por estos días preparan su estreno en un nuevo y exclusivo nicho: el de los hoteles boutique.

La tradición hotelera de la familia Meiss la comenzó Jorge E. Meiss en 1936, cuando ingresó al entonces recién inaugurado Hotel O'Higgins. Hoy, además de administrar dicho recinto, están presente en Arica, Antofagasta, Quintero, Santiago, Temuco y Ancud. Y en un año y medio planean cortar las cintas del octavo hotel de la cadena Panamericana Hoteles, pero primero en la categoría boutique. ¿El lugar escogido? El fundo El Cuadro, a un kilómetro de la estancia del mismo nombre, en pleno valle de Casablanca.

Hoy la estancia cuenta con 4.500 metros cuadrados construidos, que incluye una cava, un museo del vino y un restaurante para 600 personas. Con el hotel llegarán a 6.000 m2.

"Tendrá capacidad para 120 personas y contará con cerca de 70 habitaciones, spa, piscina temperada y sala de juegos. El fundo donde estará emplazado tiene un tranque de 150 hectáreas, con carruajes traídos de Versalles. Somos los primeros en desarrollar algo así", cuenta José Antonio Dávalos, gerente general de El Cuadro y de la cadena Panamericana Hoteles.

La inversión en el hotel es de US$ 5 millones, que se suma a otros US$ 5 millones ya invertidos en el proyecto. "Estamos trabajando con el arquitecto Juan Pablo Escarella -quien diseñó el restaurante Indómita, en Casablanca- para definir el estilo", adelanta Dávalos. Con foco en ejecutivos, la idea es que el hotel albergue reuniones de empresas, directorios, congresos y seminarios.

La construcción del hotel boutique es parte de una apuesta mayor de la familia Meiss: Desde junio realizarán matrimonios premium en El Cuadro. Pensado como un servicio all inclusive, contará con una iglesia para 500 personas y un salón de eventos que doblará esa capacidad. En un futuro, el hotel acogerá también a los invitados de los matrimonios.

Entre marzo y abril, con sólo parte de los servicios operando, las ventas alcanzaron a $ 35 millones mensuales.

EL PULSO DE LA CRISIS
Con inversiones en remodelaciones cercanas a los US$ 3,5 millones, en los últimos cuatro años Panamericana Hoteles venía creciendo en ventas entre 9% y 11%. Pero esa cifra se redujo a 7,6% en el primer cuatrimestre de 2009. "Hemos sorteado la crisis tranquilamente", asegura Dávalos, pues los vaivenes no impactaron de igual manera a la cadena: mientras los hoteles de Arica y Viña del Mar elevaron sus ventas (4,8% y 3,92%, respectivamente), Antofagasta bajó 15%.

Una de las causas es la mayor competencia en Antofagasta y la baja del cobre, que golpeó a las empresas mineras que aportan 62% de los pasajeros, cuenta Dávalos. En Viña del Mar corrieron mejor suerte, debido a la mayor entrada de clientes argentinos. Hoy están trabajando en una propuesta para la próxima licitación del O'Higgins, a cargo del municipio, pero todo dependerá de la inversión y los años de concesión que se determinen. "Cuando salgan las bases, vamos a tomar una decisión", anuncia.

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