Johnny Marr, cantante y guitarrista inglés: "Me gustaría que los Smiths fueran amigos, pero pensar en una reunión es absurdo"
El influyente músico habla con La Tercera de su trayectoria, de su primer disco solista y de su show en Lollapalooza Chile.

Johnny Marr (50) recuerda que en ese día de 1987, cuando abandonó para siempre a The Smiths y detonó el desenlace súbito y definitivo de una de las bandas esenciales de los últimos 30 años, sólo se guió por una reflexión: "Sentí que lo único que deseaba era mirar hacia adelante y no quedarme pegado observando lo que había hecho en el pasado. Es la gente la que hasta hoy trata de hacerme mirar hacia esos años", acota el músico, al teléfono con La Tercera desde Manchester.
Tras esa renuncia visceral, Marr se sacudió de su banda madre e inauguró una de las trayectorias más particulares del pop inglés, con un intenso peregrinaje como músico de apoyo de nombres consagrados, como Talking Heads, The Pretenders y Oasis, y también de otros en pleno despegue, como The The, Modest Mouse o Electronic. Ahí ejerció el rol que durante cinco años compartió con Morrissey en los 80: imponer una técnica versátil e inventiva al servicio de vocalistas con un carácter único, lo que en el caso de The Smiths lo llevó a musicalizar las letras del cantante y crear la arquitectura sonora del cuarteto -sensible, melancólica, enérgica-, alzándose como el guitarrista más influyente de esa década.
"Cuando era joven, simplemente quería armar un grupo y que la gente me escuchara. No esperaba el nivel de reputación que vino después o que esta banda se convirtiera en algo tan grande y querido", cuenta el británico. Sólo en 2000, tras 13 años en las sombras, acatando ese papel secundario que tanto le fascina, el instrumentista se decidió a cantar y formó el irregular proyecto The Healers, donde de manera paulatina comenzó a interpretar los hits que siempre fueron propiedad de "Moz". Una resolución potenciada en 2013, cuando lanzó The Messenger, su primer álbum en solitario, el que lo llevó a una gira donde canta un promedio de seis temas de The Smiths -Panic, How soon is now? y There is a light that never goes out, entre otros- y que lo hará debutar por partida doble en Chile, con un show el sábado 29 en la sala Omnium y otro un día después en el festival Lollapalooza.
¿Qué siente al cantar los temas que coescribió en The Smiths? ¿Justicia, catarsis, nostalgia?
Ninguna de esas. No es catarsis, porque no es algo que necesitara, y tampoco nostalgia, porque no es algo que extrañe. Durante estos años sólo me he sentido muy bien cuando me doy cuenta que puedo compartir una canción con tanta gente y enviarles buena vibra en un festival, un teatro o un club. Es hacerlos pasar un buen momento, porque creo que esa es la esencia y la función de un artista. Además, esos temas fueron muy importantes para algunas personas, sobre todo cuando eran jóvenes. Es un privilegio ser parte de la vida de la gente y haber escrito composiciones que aún son importantes.
Usted siempre rechazó el primer plano y valoró el rol de guitarrista por sobre el de vocalista. ¿Debió transar en su debut en solitario?
No mucho, porque llegué a un punto donde tenía la seguridad de hacerlo. En un principio, sólo estaba preocupado de no equivocarme, pero ya en el primer show me sentí muy cómodo. Y no es de arrogante, sino que cuando eres el que está adelante dando la cara tienes mucho más control de todo lo que haces. Además, la gente exagera mucho en esa diferencia entre guitarrista y cantante. Y la respuesta de los fans fue muy buena, por lo que también fue una lección de humildad.
¿Por qué tardó casi 30 años en hacer su propio disco?
Estaba feliz de colaborar con gente como Talking Heads o Modest Mouse, era el mejor empleo del mundo. Pero en 2010, cuando hice la banda sonora para la película El Origen, no quise hacer más colaboraciones por mucho tiempo. Tuve la suerte de trabajar con toda la gente que admiraba, pero ahí tenía muchas ideas para canciones que no quería que cantaran otros. Es primera vez que me pasaba algo así. Y The Messenger condensa todos mis trabajos, si suena como The Smiths o Electronic me siento feliz, porque he sido capaz de imponer un sonido que la gente reconoce.
The Smiths sólo duro cinco años. ¿Por qué aún son tan populares, incluso en lugares como Chile?
Hay algo en esas canciones que hace que la gente sienta amor por ellas. Tal vez suene cursi, pero el público siempre me ha tratado como un hermano, como un familiar perdido al otro lado del océano. Es como si me conocieran de siempre. Espero que también pase en Chile, porque de seguro va a haber gente que me escuchaba cuando estaba en la universidad. Además, muchos amigos me han dicho que The Smiths son muy queridos en Sudamérica, lo que me sorprende. Los Pet Shop Boys y Franz Ferdinand siempre me han dicho que debo ir para allá, porque la gente aún nos recuerda. Haremos un show electrizante y tocaremos The Messenger completo.
¿En eso se explica la obsesión, tanto de la prensa como de la gente, por ver reunido al grupo?
No tengo aún respuestas para eso. No soy periodista, entonces los dejo a ellos para que escriban sobre eso. Lo único que puedo decir es que aún me enorgullece la música que hicimos, cómo la banda trabajaba y la sinceridad que nos movió. Y me siento afortunado que la gente nos siga aplaudiendo. No me molesta si cada cierto tiempo aparece esa obsesión por vernos juntos.
¿Nunca le ha aburrido esa petición?
A momentos sí, porque a veces ya es estúpida, pero tampoco me puedo poner a reclamar por algo que me hizo grande. Igual, nunca fue tema. Quizás se me pasó por la mente hace 10 años, por todos los problemas judiciales que arrastró nuestro fin. Pensando en eso, sería bueno que los Smiths fueran amigos, pero pensar en una reunión es absurdo. Sacaré rápido otro disco solista, en octubre, y eso es lo que me preocupa.
Su postura es distinta a la de Morrissey, quien en una última entrevista dijo que no conocía a nadie interesado en ver juntos a The Smiths.
No sé que quiso decir con eso, porque sí hay mucha gente que quiere que suceda. Pero al menos mis amigos y mis fans están bien con lo que estoy haciendo ahora, parece no preocuparles tanto. Hilando fino, quizás quiso decir que la prensa habla más sobre el tema que la gente común... y por ese lado sí estoy de acuerdo con él.
Su ex compañero lanzó una biografía. ¿Piensa hacer lo mismo?
No lo haré, porque quiero dedicarme a hacer nuevos temas y conciertos, por lo que no quiero pasar un año entero de mi vida sentado en una pieza escribiendo sobre el pasado.
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