Fue durante años uno de los mitos urbanos más populares de Santiago. Tiempo atrás se pensó que el mural que Roberto Matta pintó en la comuna de La Granja junto a los integrantes de la Brigada Ramona Parra y pobladores locales, llamado El último gol del pueblo chileno, había sido destruido en el Gobierno Militar.

Hace algunos años se comprobó que había sobrevivido, pero sus condiciones eran críticas tras 14 capas de pinturas que intentaron taparlo. Recién el 2005 el mural comenzó a ser refaccionado en lo que era la antigua Piscina Municipal de La Granja, al lado de la Municipalidad (Santa Rosa con Américo Vespucio). Y luego de concluir su restauración en marzo del 2007, este fin de semana el sueño de Matta por acercar su arte al pueblo cobró vida, a 37 años de su realización, con su apertura a público.

En la que es la inversión más alta en infraestructura de la populosa comuna, el mural de Matta -de 25 metros de largo por 4 de alto- lidera un proyecto cultural que incluye el Paseo Peatonal Roberto Matta, el muro de exposiciones artísticas, el café literario y el gimnasio municipal. Y la inauguración de la etapa ocurrida durante este fin de semana, es la primera parte del proyecto mayor: la creación del Espacio Matta, un centro cultural consagrado a su obra que pagará la deuda histórica con la obra del más universal de los pintores chilenos, una de las más importantes obras del Bicentenario.

En la entrega de este fin de semana, asistieron el Alcalde de La Granja Claudio Arriagada, el subsecretario de cultura, Arturo Barrios, el escultor Sergio Castillo, y 1.200 vecinos de la comuna. Y en el mes de Octubre comenzarán los trabajos de construcción del Espacio Matta, los cuales finalizan a fines del 2009.

MURAL MITICO
En su última visita a Chile, en 1971, el pintor surrealista chileno tomó contacto con los artistas de la Brigada Ramona Parra para realizar un mural que sería su acercamiento personal con el pueblo de Chile. Con el apoyo de las autoridades de la época de la comuna, comenzó a diseñar con su humor e ironía proverbial, un imaginario partido de futbol que ejemplificaba la polarización política de esos años.

El mural fue inaugurado ese año 1971, y luego del Golpe Militar, fue "tapado" para que no quedaran rastros de él, y esto provocó que se pensara que la monumental obra había sido destruida. Cuando se descubre ciertos rastros que podrían corresponder al mural, al municipio le llegó una oferta de la Universidad de Chile para repintarlo (2003), la que fue rechazada. Recién en 2005, se le encargó al prestigioso restaurador del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), Francisco González Lineros, que hiciera las pruebas necesarias para autenticar la obra.

Después de 20 pruebas científicas tomadas al mural, el restaurador determinó que era el original y que además era factible de restaurar en un porcentaje cercano al 65% del total, donde además se podría recuperar un 30% de restauración cromática. esto hace que en total, el mural pueda tener una visualidad cercana al 95% del original. El valor total del trabajo de restauración alcanzó a los 31 millones de pesos, financiados con fondos de la Munipalidad en una primera etapa, y con ayuda del Gobierno Regional en una segunda.