Ismael Oddó (26) pone sobre la mesa cifras representativas. "En mi primer álbum, casi todas las líneas de bajo las grabé en un sólo día. Es que ese disco lo hice sólo para poder registrar algo, sin tener tanta conciencia", recuerda el cantautor sobre Déjame dormir (2010), el debut que lo posicionó como una de las mejores apuestas de esa temporada gracias a su pop simple, de fina factura y de carácter juvenil, en paralelo a su rol de bajista de la banda de Francisca Valenzuela y mientras se posicionaba como Oddó, para evitar confusiones con el integrante de Quilapayún bautizado con el mismo nombre.

Una naturalidad que contrasta con su segundo título. Para Démonos el tiempo, que se lanza mañana en el club El ritmo, el músico que partió en el grupo Alamedas se tomó tres años, giró varias veces buscando nuevas direcciones musicales, formó un equipo encabezado por Lego Moustache (Astro) y, sobre todo, se dio el tiempo para materializar el sonido que realmente le interesaba. El resultado son 11 canciones que, sin perder el olfato pop, fusionan electrónica -la gran marca del trabajo-, guitarras y acercamientos al hip hop, timbrando algunos temas casi destinados para la pista de baile (Igual, no es , Contacto, Ahí vas).

"Déjame dormir fue un cierre estilístico, pero este nuevo trabajo es un desarrollo aún más libre, quizás todo lo contrario", cuenta Oddó, quien cita como influencias como Talking Heads y el Cerati más sintético.

Démonos... también presenta duetos con Cecilia Amenábar (el single del mismo nombre del álbum y quien estará en su lanzamiento) y con Liliana Saumet, líder del grupo colombiano Bomba Estéreo (Podría matarte). "Todo se dio muy espontáneo. Además, en esas canciones yo necesitaba dos registros femeninos", sintetiza el músico nacional.