Columna de Pablo Allard: Con-Censo crucial

FOTO: JESÚS MARTÍNEZ / AGENCIAUNO


Entre marzo y junio de este año, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) desplegará a más de 25.000 encuestadores en todo el territorio nacional para llevar a cabo el levantamiento del Censo de Población y Vivienda 2024. Antiguamente asociábamos el censo a un día feriado, en que todos debíamos permanecer en nuestros hogares para ser encuestados y luego esperar a que revelarán la cifra que nos informa sobre nuestra población total. En esta oportunidad el propósito y forma del censo trascienden con creces ese número; y nos permitirá medir, localizar y caracterizar un amplio set de información crucial para afinar y mejorar nuestros programas, planes y políticas públicas.

El Censo no sólo nos permite saber cuántos somos, sino también dónde y cómo vivimos. Son estas últimas dos preguntas las que son especialmente relevantes para el desarrollo del país. Más allá de las encuestas de opinión o la data cada vez más abundante gracias a las nuevas tecnologías, todavía persisten una serie de fenómenos que sólo un censo puede medir con exactitud: desde los cambios en la estructura etaria de la población hasta la identificación de comunidades, a menudo no tan remotas, que carecen de acceso a servicios básicos.

En el ámbito de las políticas de vivienda, desarrollo urbano y transporte, el censo emerge como una herramienta fundamental para el diseño de soluciones integrales a las necesidades de la población, tanto desde el sector público como el privado. El censo proporciona información crucial sobre la distribución geográfica, el déficit habitacional y los patrones de movilidad de las personas, a través de preguntas como: comuna de residencia, comuna del lugar de estudios y comuna del lugar de trabajo. Esta combinación de datos permite generar soluciones integrales que aborden no sólo la escasez de viviendas, sino también las necesidades de servicios, infraestructura vial y transporte.

El Censo 2024 proporcionará además una visión actualizada de la situación de los campamentos en Chile, permitiéndonos comprender los cambios que han ocurrido en estos asentamientos que hoy parecen desbordados comparados con lo que eran hace una década. En este sentido, destaca la labor conjunta del INE con el Minvu y organizaciones como Techo, Déficit Cero, el Hogar de Cristo y otras, para establecer vínculos previos con líderes comunitarios. Esta colaboración asegurará una recolección de datos exhaustiva y efectiva en los campamentos, garantizando una representación precisa de sus necesidades en el Censo.

Resulta evidente la necesidad de actuar con responsabilidad y proteger este valioso activo nacional, cuya planificación se viene gestando desde el gobierno anterior y que se implementa bajo estrictas normas de confidencialidad. Tanto la metodología como el cuestionario han sido validados en base a un amplio consenso técnico, donde se corrigieron las fallas de la versión 2012 y se ajustaron criterios del 2017. Por ello, hago un llamado especial a informarse en https://censo2024.ine.gob.cl/ y participar, sin miedo ni sospechas, evitando difundir teorías conspirativas que no sólo carecen de veracidad, sino que también causan un gran daño a este crucial instrumento para enfrentar las urgentes necesidades de desarrollo de nuestro país.

Por Pablo Allard, decano Facultad de Arquitectura UDD

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