Decisión de Sinovac
SEÑOR DIRECTOR:
Hace exactamente dos años (y casi dos meses), el ex ministro de Salud, Enrique Paris, daba a conocer como gran noticia la llegada de Sinovac a nuestro país, empresa que produce vacunas no solo contra el Covid, sino que también para la gripe, hepatitis y otras enfermedades.
Sin embargo, un poco más de mil días después, ese día “maravilloso”, como catalogó Paris, se nubló por completo: la farmacéuticas desistió de instalar un centro de innovación y desarrollo en Antofagasta, ciudad en la que me crié. ¿Qué pasó? ¿Por qué Sinovac desistió de la propuesta inicial?
Si bien la empresa entregó sus razones, argumentando que los terrenos ofrecidos no cumplen con las características para un centro de investigaciones, la decisión deja entrever la incapacidad de manejo que tiene nuestro gobierno, pues no supo reunir argumentos consistentes para sostener este importante acuerdo; líderes con cero capacidad social.
¿Fue la “permisología” o burocracia instalada en nuestro país la que ocasionó la lamentable decisión de la farmacéutica o, peor aún, la idea de que somos un mercado pequeño? Con este último argumento, no deberíamos tener derecho a nada; al contrario de lo que ocurre con decenas de pequeños países con población que no llega ni a la mitad de la que tenemos en Chile y que son foco de trabajo, investigación y tecnología, como Nueva Zelanda, Irlanda, Finlandia, Suecia, Noruega, Singapur, Israel, entre tantos países más.
Toda inversión en minería es bienvenida, genera empleo y divisas, pero en materia de tecnología es hablar y dar un salto importante, por lo que decisiones como esta significan todo un retroceso que lamentar y se convierten en una bofetada a la retórica de que hoy estamos mejor que antes, cuando la realidad es peor de lo que imaginamos.
Héctor Valdés
Cirujano plástico
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