Opinión

El futuro de Felipe Schwember

El futuro de Felipe Schwember Mario Tellez / La Tercera Mario Tellez

En las últimas semanas, se le han rendido merecidos homenajes al filósofo e intelectual público Felipe Schwember, quien sorpresivamente falleció el 13 de mayo pasado, a los 48 años de edad. Los homenajes continuarán. Pero yo, contrariamente a lo que podría esperarse de una historiadora, no pienso hoy en el pasado de Felipe, sino en su futuro. No en el futuro que él pueda tener en otra vida, cualesquiera que esta sea, sino en el futuro que él tendrá para nosotros, en esta vida. Esto lo pienso porque, más allá de sus virtudes personales, que continuarán siendo relevadas, el académico y columnista que fue esconde todavía todo un mundo por descubrir.

Me atrevo a predecir que Felipe Schwember será uno de los más importantes pensadores liberales de los últimos cincuenta años en Chile. Incluso diría que su figura intelectual se sumará a la de José Victorino Lastarria, Inés Echeverría, y, más recientemente, a la de Óscar Godoy. Me imagino su futuro siendo reconocido como el mayor especialista hispanohablante en Robert Nozick, quien, como el mismo Felipe, defendía una “utopía de las utopías”, esto es, el derecho a tener la última palabra sobre la vida que queremos vivir. Por lo mismo, me imagino ese futuro como un gran defensor de las minorías, especialmente LGBT, pero desde una perspectiva liberal y no identitaria.

También me imagino a Felipe como un pensador que, de una vez por todas, será leído por algunos dirigentes de la centroderecha, y que, desde esas lecturas, ya no tendrán excusas para carecer de un relato político, al mismo tiempo orientador y diferenciador. Me imagino que este sector político podrá, junto a él, darse cuenta que es necesario defender sin complejos la democracia, la libertad y la subsidiariedad. La democracia formal, sin representación corporativa; la libertad indivisible, como el derecho a identificarse con la propia vida; y la subsidiariedad, como la acción del Estado en favor de las personas vulnerables, pero mediante la cooperación con los privados, incluso con aquellos que persiguen fines de lucro. Precisamente, me imagino en ese futuro a una centroderecha entendiendo el mercado como un sistema de cooperación y no como un juego de suma cero. También me imagino a Felipe como uno de los grandes críticos del libertarianismo, por tender esta doctrina a rechazar el derecho público y la democracia.

Me imagino, en fin, el futuro de Felipe Schwember como un modelo para los intelectuales públicos, que aspiran a hacer justamente un uso público de la razón, y no a escribir columnas partisanas, como hoy ocurre en muchos casos. Pienso también en sus amigos y socios, como yo, a encontrarle un sentido a su repentina partida, continuando el camino que él recorrió, pero teniendo a la vista todo ese mundo por descubrir que nos legó en su vida terrenal, y que podremos aprovechar en el futuro inmenso que, él y nosotros, tendremos por delante.

Por Valentina Verbal, Horizontal

Más sobre:Felipe SchwemberliberalLGBTfilósofo

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

⚡OFERTA ESPECIAL CYBER⚡

PLAN DIGITAL desde $990/mesAccede a todo el contenido SUSCRÍBETE