Empresas: desigualdad de la que no se habla

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En tiempos de reflexión y reestructuración social me queda la duda de si las empresas están a la altura de las circunstancias. Dada la influencia que tienen sobre la vida personal y económica de sus miembros su involucramiento es tanto o más relevante que el de la elite política.

Un reciente artículo publicado en la revista The Guardian analizó los resultados obtenidos por la think thank High Pay Centre, sobre las 100 mejores compañías listadas en el mercado de valores de Londres (FTSE 100). El estudio mostró los ejecutivos de las empresas más prósperas, ganan en 33 horas de trabajo más que un trabajador promedio en un año. Es decir, que para el 6 de enero de 2020 a las 17hs un ejecutivo de las FTSE 100 habrá recibido en sus bolsillos un salario de 29,559 libras esterlinas (aproximadamente 30.000.000 CLP) que supera al salario medio anual de un empleado a jornada completa en Londres.

Ante semejante desigualdad, los sindicatos dijeron que debería ser una "vergüenza nacional" que los "gatos gordos" de las compañías ganen tanto en tan poco tiempo. Los analistas de la think thank concuerdan en que las empresas deberán reportar cada vez más sobre datos salariales y prácticas de premios y bonificaciones por desempeño. Pero, sólo reportar no es suficiente, si no existe una responsabilidad de la elite empresarial por justificar dicha disparidad.

Las empresas establecidas en Chile no reportan en forma sistemática los rangos salariales según el puesto de trabajo. Contamos con poca información, pero aún así es posible aproximar ciertos números para la reflexión. Según la encuesta Casen 2017, a nivel nacional es posible identificar el ingreso autónomo corregido de un empleado de oficinal promedio y de directores y gerentes generales. En promedio, un empleado de oficina recibe una remuneración de 460.047 CLP al mes, y recibe 5.520.564 CLP anuales. Mientras que los directores adquieren un salario de 6.761.112 CLP al mes, lo que equivale a 81.133.344 CLP anuales. Esto indica que un director general gana anualmente 15 veces lo que un empleado de oficina. Dicho de otro modo, para el 4 de febrero de 2020 a las 18hs un ejecutivo en Chile habrá recibido el salario medio anual de un empleado de oficina en Chile. Resta preguntarse que sucede con aquellos ingresos no declarados, o los bonos o premios empresariales que directa o indirectamente quedan camuflados en los reportes de la encuesta Casen.

Los reportes de sustentabilidad de las empresas podrían clarificar el panorama. Codelco Chile reporta solamente la existencia de brechas salariales de género según cargo, responsabilidad y función desempeñada. El reporte anual del banco Santander reporta aumentos salariales según el género, compensaciones otorgadas, bonos de navidad, etc. sin especificar salarios nominales ni brechas o disparidades entre la línea jerárquica. El mismo ejercicio con otras empresas del IPSA arrojó el mismo resultado. No hay datos salariales concluyentes.

La gobernabilidad corporativa implica políticas salariales trasparentes en las empresas; que los trabajadores de bajos rangos puedan formar parte de los directorios de las empresas formando parte del proceso de toma de decisiones; y, por último, que exista más accountability de la elite empresarial para dar cuenta de sus actividades y gestión a sus stakeholders. El famoso artículo de Porter y Kramer de 2007 publicado en Harvard Business Review Strategy & Society resume muy bien la importancia de la responsabilidad corporativa. Las corporaciones influyen profunda y positivamente la sociedad al proveer empleo, invertir capital, comprar bienes, y hacer negocios todos los días. Hoy las empresas tienen una oportunidad única de beneficiar a la sociedad desarrollando políticas trasparentes que reduzcan la desigualdad y fomenten una justa retribución hacia adentro de sus puertas.

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