Miedo y Leviatán



SEÑOR DIRECTOR

El Estado es un concepto moderno que encuentra su expresión más espectacular y significativa en el famoso dibujo de Abraham Bosse para la primera edición del “Leviatán” de Thomas Hobbes en 1651. Es un gigante humano con su cuerpo formado por ciudadanos que dan la espalda al lector y enfrentan al Leviatán. Como símbolos de su poder, empuña una espada y un báculo, y sobre su rostro inmutable destaca una corona. Este intimidante Leviatán observa de manera distante e indiferente a una pequeña comarca. Se puede ver que en ese pueblo no hay actividad y circula poca gente. De hecho, si se mira con atención este dibujo que el mismo Hobbes supervisó, se pueden ver las siluetas de dos doctores con sus temibles máscaras. El Leviatán de Hobbes, vaya casualidad, se nos presenta en cuarentena.

Pero vincular esta imagen a una epidemia -algo común en esa época- no parece ser tan casual. También es pertinente y actual. Para Hobbes, el miedo juega un papel central a la hora de establecer el contrato social. Y en medio del coronavirus hemos visto cómo aumenta el miedo y el rol del Estado. En estas circunstancias, la figura del Leviatán emerge con todo su potencial para ayudarnos a sortear la crisis. El estado de excepción le da todavía más poderes. Y el miedo, ese instinto atávico, lo atiza. En fin, pareciera que alimentamos y añoramos esa figura del Leviatán.

No hay que ser un experto en Karl Schmitt para ver los riesgos políticos de este fenómeno. Los estados y los gobiernos de turno siempre quieren más poder. Y el miedo es un caldo de cultivo propicio para someter a las personas. La libertad, ya los sabemos, es frágil. El Estado debe cuidarla y no someterla, protegerla y no ahogarla. Pero si el Leviatán cobra vida propia, con su poder inconmensurable, los ciudadanos perdemos lo más precioso: la libertad.

En esta encrucijada pasajera que hoy vivimos, no debemos olvidar la fragilidad e importancia de la libertad. Y en esta época de juicios livianos y descalificaciones que inundan las redes sociales, tampoco debemos olvidar que la libertad camina junto a la responsabilidad. El Estado debe actuar en esta crisis. Pero, como en la figura del Leviatán de Hobbes, los ciudadanos debemos mantenerlo a raya para cuidar nuestra libertad. Solo así volverá la actividad libre a la comarca.

Leonidas Montes

Director del Centro de Estudios Públicos

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