Opinión

Punto de inflexión electoral

16 Mayo 2025 Gente, trabajadores, pensiones, empleo, caminando, mujeres, hombres. Foto: Andres Perez Andres Perez

Se vienen semanas cruciales para la carrera presidencial. Mientras el oficialismo elegirá su candidato único en las primarias del 29 de junio; en la derecha, este será un periodo clave para ver si Kast logra catapultar el momentum político que atraviesa. Las definiciones en ambos frentes configurarán un nuevo juego de posiciones, el que tendrá consecuencias en el tipo de campaña que se desarrollará a partir de agosto.

En el bloque oficialista, una cuestión central es si para las primarias lograrán atraer votantes más allá de sus bases partidarias. Hasta ahora, considerando el desempeño grupal de los precandidatos pareciera que no. En los medios de comunicación, han prevalecido más sus discusiones sobre el pasado y reproches -basta como ejemplo la polémica suscitada por los contenidos de la franja de Winter y la respuesta del Socialismo Democrático indicando que no asistiría al comité político en La Moneda. Eso, ahora y siempre, aleja al votante, desesperanzado ante una elite que se desgasta recriminándose mutuamente. En momentos, solo Jara logra escapar de esa trama. Siendo comunista, no habla en jerga partidaria ni ideológica; utiliza un lenguaje simple y coloquial, alude al sentido común y al tipo de experiencia cotidiana que vive la gran mayoría de los chilenos. Jara no solo recuerda el modo auténtico de Bachelet, sino que lo sabe y lo explota.

En el otro frente, Kast asciende en las encuestas. No sería riguroso atribuir ese repunte solo a una derechización del electorado, sino a una estrategia de comunicaciones, que, en lo suyo, parece que está dando resultados: un candidato -y un equipo- que ha seguido un libreto calculado y una narrativa disciplinada, centrada en entregar propuestas a través de TikTok y en terreno. En el intertanto, Matthei ha dado que hablar por sus fallidas actuaciones comunicacionales y una estrategia doble vinculante que no termina de cuajar, intentando mostrar una “Evelyn” cercana (la que le gusta bordar y tocar el piano) y una “Matthei” más dura contra la delincuencia. Esa dualidad, más bien, pareciera confirmar la indecisión en que se encuentra en materia comunicacional y política.

Muchos apostaban a que esta sería una contienda marcada por la disputa del centro político, teniendo como protagonista a la dupla Matthei y Tohá. Hoy, algunos perciben que toma fuerza la posibilidad de una carrera electoral liderada por candidatos opuestos del arco político: Kast del Partido Republicano vs. Jara del Partido Comunista. ¿Sería esta una señal de polarización ideológica del electorado? No, del todo. Sí habla de la incapacidad política (y, sin duda, comunicacional) de las elites políticas menos extremas, tanto de izquierda como de derecha, de conectar con la ciudadanía. Porque, antes que nada, lo que caracteriza al electorado chileno es una profunda desafección -e incluso aversión- hacia lo político, lo que hace que oscile en sus preferencias con más pragmatismo que antes, entre una y otra elección, de acuerdo con las ofertas del momento.

Por Magdalena Browne, decana de Comunicaciones y Periodismo UAI

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