Sobre la Ley EAT o ley “Uber”

SEÑOR DIRECTOR:

El año 2014 ingresó al país la primera plataforma tecnológica para realizar viajes y recién en abril de este año se publicó la Ley EAT o Ley “Uber”. Es fundamental diferenciar lo prescrito en la ley -que fue ampliamente discutido y ya está aprobado- y el reglamento, al cual aún se le pueden introducir ajustes.

Un debate que sí compete al reglamento ha girado en torno a la exigencia de cilindrada -criterio que no está incluido en países como Inglaterra, Francia, Alemania, EE.UU, ni Australia -, y antigüedad máxima de siete años. Si con esto se pretende buscar una mayor seguridad, podrían incluirse ciertos requerimientos mínimos en relación con los frenos, airbags, cinturones de seguridad y número de puertas. A su vez, el reglamento presenta importantes avances con respecto a la seguridad en la operación, con un registro de vehículos y conductores, contacto directo con Carabineros, e identificación del conductor con código QR. Estas medidas son muy importantes, pues permiten proteger tanto a conductores como usuarios, y en especial a las mujeres y minorías que usualmente son más afectadas por temas de seguridad.

Por otra parte, la ley permite establecer “condiciones preferentes” para vehículos de cero o bajas emisiones, que permitan trasladar pasajeros con necesidades especiales, o que promuevan la integración con el transporte público o medios no motorizados. Esto está en sintonía con lo que, de forma prácticamente unánime, se considera fundamental para construir una ciudad sostenible por parte de los expertos en transporte y, por lo tanto, creo que podría aprovecharse en el reglamento. Es necesario empezar a debatir los temas de accesibilidad, considerando a todos los actores del sistema y los requerimientos mínimos que, como sociedad, deberíamos exigir.

Camila Balbontín

Presidenta Sociedad Chilena de Ingeniería de Transporte

Profesora Asistente Departamento de Ingeniería de Transporte y Logística, Pontificia Universidad Católica de Chile