La moda de los 70 está siendo fuertemente revisitada. La misma década en que los pantalones se instalaron en las referencias de la mujer norteamericana, tuvo a una heroína que encarnó, más que nadie, el poder del pantalón. Esa fue Lauren Hutton (67).

Considerada una uber model (aún más poderosa que una top model) y una de las 10 modelos más influyentes de la historia, ha logrado traspasar el tiempo y encarnar un ideal de belleza en cada década en la que ha transitado. Ya son casi 50 años de carrera en los que con su mirada levemente bizca y sus dientes frontales separados, nos ha dado la refrescante certeza de que, a veces, la belleza con un twist triunfa por sobre la belleza estándar. Actriz, viajera incansable, motociclista fanática, presentadora de televisión y empresaria de su propia firma de maquillaje (www.laurenhutton.com), fue la primera modelo en negociar un contrato millonario –lo hizo en 1973 con la firma Revlon– cambiando para siempre los salarios en la moda publicitaria.

Muy baja para su profesión, la rebelde escorpión escuchó muchas sugerencias, entre ellas la de su propia agente Eielen Ford, de arreglarse los dientes y operarse la nariz. Hutton dijo que lo haría, pero siguió adelante con la impronta que le dio su genética y con su singular y libre estilo de vida: seis meses trabajando, seis meses viajando.

Usualmente sus largas escapadas eran a África, continente que recorrió acompañada del amor de su vida, y quizás quien más influenció su libertario carácter, Bob Williamson. Fue él quien manejó sus finanzas. Pero, tras la separación, cuando revisó los frutos de sus largos y provechosos años de trabajo inéditamente bien pagados, no quedaba nada. Él murió casado con otra mujer y en su testamento solo le dejó bienes a su viuda, nada para Hutton. Ella declararía que quizás perdió mucho, pero lo que le entregó Williamson no tenía precio.

El gigoló americano

El punto más alto en su carrera cinematográfica lo tuvo al protagonizar, junto a Richard Gere, El gigoló americano (1980), cinta de culto para los amantes de la moda. Fiel a sus convicciones, jamás se dejó retratar con pieles de animales salvajes y nunca aceptó contratos como imagen para marcas de cigarrillos, a pesar de ser una fumadora. El legado más interesante de Hutton, y que la hace más vigente que nunca, es su cara que ha envejecido a la par de los años vividos, adquiriendo, al igual que un bello árbol viejo, la robustez que entrega vivir. Sus arrugas se han vuelto bellas marcas que la diferencian frente a tantas de sus pares que, a fuerza de bótox, cirugías y rellenos, más parecen caricaturas de globos con cara de plasta.

Su línea de maquillaje surgió de la necesidad de tener productos para mujeres adultas y mayores, que quitaran edad sin que se notara. Su famoso kit circular en el que viene de todo, sumado a sus instrucciones de cómo maquillarse, ha sido un éxito de ventas en Internet.