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Ser un mejor papá

Además de dar clases en New Jersey City University y la Universidad de Pensilvania, escribir para la revista Psychology Today y ser considerado un erudito en depresión, el sicólogo Daniel J. Tomasulo es especialista en relaciones familiares. Uno de sus libros –Confessions of a former child: A Therapist's Memoirs– es un referente para los padres norteamericanos. Aquí, una entrevista con sus recomendaciones.

Paula 1175. Sábado 6 de junio de 2015.

Además de dar clases en New Jersey City University y la Universidad de Pensilvania, escribir para la revista Psychology Today y ser considerado un erudito en depresión, el sicólogo Daniel J. Tomasulo es especialista en relaciones familiares. Uno de sus libros –Confessions of a former child: A Therapist's Memoirs– es un referente para los padres norteamericanos. Aquí, una entrevista con sus recomendaciones.

¿Cuál es la clave para tener una relación sana entre padre e hijo?

Estar presente y disponible en la vida de tu hijo es el don más preciado que un padre pueda entregar. Involucrarse e interesarse en lo que hacen les da el apoyo que necesitan para poder desarrollarse. Es fundamental estar ahí para entregar amor, entender, poner límites y también para apoyar a la mamá. Esto tiene que ser constante, porque los niños responden frente a la constancia.

¿Qué diferencia a un buen padre?

Un buen padre es el que está consciente de sus responsabilidades y el que entiende que es un proveedor, pero también una persona que tiene que estar emocionalmente disponible. Esto es clave para que el hijo sienta que puede recurrir a él, en caso de necesitarlo.

¿Es importante que estén presentes en los primeros meses del recién nacido?

Los sicólogos plantean que en ese periodo se forman los primeros lazos, es un periodo de acercamiento, nosotros le decimos "attachment process". En los últimos años hemos aprendido que los recién nacidos no solo se conectan con las madres, sino que también necesitan crear lazos con los padres, para que la relación a futuro sea saludable. Agarrar al hijo/a en brazos, cambiarle los pañales y hablarle puede fomentar a que este proceso de acercamiento parta bien y de manera sólida.

¿Qué tienen que saber los padres primerizos?

Tienen que confiar, entrenarse y aprender. Confiar en que van a poder ser buenos padres y que tienen lo que se requiere para ser una influencia positiva en la vida de sus hijos. Aprender a ser buena pareja, además de decirle que no al hijo de una forma saludable y útil para su crecimiento, no de manera dañina. Tienen que saber que van a hacer cosas que nunca antes han hecho. Este nuevo rol cambia tus prioridades y hay que permitir que eso pase. Y en las etapas más tardías, tienen que saber que llega un punto donde hay que dejar ir, y que el hijo vaya forjando su propio camino.

Tres consejos para ser mejor padre

1) Ama a tu hijo como te hubiese gustado ser amado por tus padres. Piensa en las cosas que tus padres hicieron bien, pero también en las cosas que podrían haber mejorado. Recurrir a la experiencia personal sirve mucho.

2) No prometas lo que no puedas cumplir. Si no estás seguro de poder ir al parque el sábado en la mañana mejor no te comprometas. Es mejor prometer y cumplir tres veces, que prometer diez y solamente cumplir con cinco.

3) Hay que tener en cuenta que los hijos son como esponjas y absorben todo, incluyendo los comportamientos que detectan en su entorno. Por eso, hay que asegurarse de que el padre y la madre se respeten y apoyen. Así estarán aprendiendo, además, lo que significa estar en una relación y tener un hijo.

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