Política

La semana luego del derrumbe: los días de Evelyn Matthei tras no pasar al balotaje

La exalcaldesa de Providencia, tras el duro fracaso electoral, ha buscado procesar la derrota en solitario. Por lo pronto, planea ir a ver a uno de sus hijos a España y aún está pendiente si cumplirá algún rol en la campaña de José Antonio Kast.

La semana luego del derrumbe: los días de Evelyn Matthei tras no pasar al balotaje. MARIO TELLEZ

La jornada del miércoles, Evelyn Matthei llegó hasta Vía Central. Lo hizo en solitario, sin escoltas ni asesores como se le acostumbró a ver en el último año.

A esa hora, la agencia de comunicaciones -donde trabajan los socios directores María Irene Chadwick y Gonzalo Gómez- estaba en plena rutina de mitad de semana. La excandidata presidencial pidió pasar sin mayor aviso. No quería una reunión política ni una asesoría, fue con el objetivo de agradecer la labor de Chadwick y Gómez en su campaña. Un gesto discreto, dirigido a los dos profesionales que en agosto se sumaron a su equipo.

La llegada de los dos periodistas profesionalizó las comunicaciones del comando que, hasta ese momento, descansaban en buena parte en Cristián Torres, asesor de confianza del círculo de Matthei y quien la ha acompañado desde que se desempeñó como ministra del Trabajo en el primer gobierno de Sebastián Piñera.

Con esas incorporaciones, además de la llegada del empresario Juan Sutil como asesor estratégico y del senador Juan Antonio Coloma como coordinador político, la exalcaldesa de Providencia logró apenas remontar la caída libre en las encuestas tras varios errores no forzados.

Sin embargo, ninguno de esos ajustes logró contener un fenómeno más profundo: el desplome de una candidatura que durante meses encabezó los sondeos, que concentró apoyos transversales en Chile Vamos y que era vista como la carta más competitiva para enfrentar a cualquier candidato. El 16-N le dio un golpe casi inimaginable a su carrera política. No solo quedó fuera del balotaje, sino que quedó en quinto lugar de las preferencias.

Ese resultado -imprevisto para ella misma y los dirigentes de Chile Vamos- ha marcado los días posteriores. Según relatan en su entorno, Matthei ha buscado procesar la derrota en solitario, bajando la velocidad de todo lo que durante meses se movió en modo campaña.

En paralelo a la visita a la agencia, la exalcaldesa empezó a contestar algunos mensajes de WhatsApp y llamadas de dirigentes del sector. No todos. Probablemente -estiman- por la cantidad que recibió. Entre quienes sí han hablado con ella está el timonel de la UDI, Guillermo Ramírez, su aliado más cercano dentro del partido y con quien siempre ha mantenido un diálogo casi diario.

Mientras la derecha intenta ordenar el mapa después de una noche electoral que dejó damnificados en todas las colectividades del bloque, Matthei se tomó estos días para descansar. Entre sus planes inmediatos está viajar al extranjero a ver a uno de sus hijos que vive en España, algo que tenía pendiente desde hace meses.

Ese viaje -u otro que decida realizar- contempla a su marido, el economista Jorge Desormeaux. El exconsejero del Banco Central confidenció hace algunos meses en La Tercera que se ha visto afectado por la enfermedad de Parkinson. Un tema que la propia Matthei abordó durante su candidatura, con visible emoción: “Hemos pasado momentos que son duros (...). Empieza a estar entre nosotros la sensación ya de que las cosas no vienen bien”.

La relación con José Antonio Kast quedó en compás de espera. El domingo de la derrota, Matthei fue hasta su comando. Allí, el republicano y su equipo le ofrecieron que el respaldo al candidato fuera en los términos que ella quisiera, de la manera que le resultara más cómoda e incluso, se le propuso una foto -de ambos reunidos- que se pudiera difundir sin necesidad de hacer una aparición en vivo y en directo frente a la prensa.

Matthei se negó. Le dijo a Kast que su idea no era respaldarlo desde las sombras. “Tengo que darte el apoyo como corresponde”, le planteó antes de salir a hablar a su lado, acompañada por el resto de su equipo y Chile Vamos. Ese momento despejó la incógnita que estuvo presente en los días previos, la de la foto de la unidad, pero abrió otra: ¿Hasta dónde llegará su participación en esta segunda vuelta?

En la coalición saben que cualquier decisión tendrá efectos. Y, por eso mismo, nadie se ha querido aventurar ni siquiera con una sugerencia de lo que debería hacer Matthei en segunda vuelta.

Algunos -en privado- señalan que un rol activo en la campaña de Kast, como lo hizo en 2021 junto a Paula Daza, podría verse poco sincero tras las tensiones que cruzaron toda la primera vuelta. Que la disposición de sus equipos programáticos y el despliegue que ha ofrecido Chile Vamos será suficiente.

Sin embargo, en el bloque no dan por cerrado su ciclo político: aseguran que debe ser una articuladora del sector. O, al menos, una voz a considerar. Sobre todo en medio de la discusión sobre qué rumbo debe seguir Chile Vamos como la expresión de la derecha más tradicional y liberal, donde -a diferencia del Partido Republicano- aún cabe el apellido de “centroderecha”.

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