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El régimen castrista, la principal barrera para poner fin al bloqueo a Cuba

Los ojos del mundo están puestos en Cuba. Tras conocerse la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la isla, el apetito de los inversionistas está comenzando a despertar. “Aunque en general nos enfocamos en los mercados emergentes, acá nuestros clientes nos están pidiendo información sobre lo que está pasando en Cuba”, contó a PULSO el economista jefe de Oxford Economics para América Latina, Aryam Vázquez, quien es cubano y vive en Nueva York. Otro ejemplo, el fondo Herzfeld Caribbean Basin Fund, enfocado en Cuba y que cotiza en el Nasdaq, cerró ayer con un avance de 32,94%.

Para algunos, el acercamiento diplomático anunciado sorpresivamente el martes por el gobierno de Barack Obama y de Raúl Castro se explica en gran parte por el interés comercial de empresarios estadounidenses y cubanoamericanos. “Hay sectores que están listos para invertir en Cuba, para establecer negocios allá, incluyendo figuras bastante públicas que han mostrado interés como la familia Bacardi que, en el momento en que puedan volver a fabricar ron en Cuba, lo harán”, sostiene Jorge Duany, director del Cuban Research Institute en la Florida International University.

Pese a no contar con el caudal de visitantes estadounidenses, el turismo es una importante fuente de ingresos para el país. De acuerdo con cifras oficiales, en 2013 el país recibió a 2,8 millones de personas. Canadá, Inglaterra, Alemania y Francia fueron los países que aportaron el mayor número de visitantes.

Pero la industria turística no es el único sector que apuntala a esta economía. Las remesas de cubanos provenientes en su mayoría de Estados Unidos son otra importante fuente de ingresos. Según un informe de The Havana Consulting Group, en 2013 el volumen de remesas hacia la isla alcanzó los US$3.500 millones. De acuerdo con el estudio, el 54,3% del valor total de las remesas que llegó a los cubanos fue a través de los pasajeros y el 42,7% se realizó a través de las agencias. “El gobierno de Raúl Castro calcula una inyección de US$2.500 millones anuales para revitalizar economía y crecer a ritmo saludable. Es difícil que entre esa cantidad de dinero al país a menos que haya un aumento considerable de inversión extranjera directa o de remesas privadas de cubanoamericanos a sus parientes”, dijo Jorge Duany.

Entre las oportunidades de inversión con una eventual apertura, destaca el desarrollo en el área de la salud. “Hay gente muy educada en la isla y se puede desarrollar la medicina, la física y farmacéutica”, afirma Alberto Bernal, de Bulltick Capital Markets.

El experto agrega que otras áreas de interés en el ámbito comercial son la tecnificación en el procesamiento de la caña de azúcar y la producción de combustibles como el etanol. “Cuba va a generar oportunidades de negocios y se convertirá en una de las estrellas latinoamericanas”, asegura Bernal.

Barrera castrista 

El desbloqueo comercial todavía no está sobre la mesa, y los republicanos en el congreso de Estados Unidos ya advirtieron que impedirán el avance de estas medidas. Pero además, las oportunidades reales de negocios que podrían surgir, de materializarse un desbloqueo comercial sobre el país, chocarán con la realidad que hoy vive la isla. A menos de 200 millas de Miami, Cuba se sitúa en una posición estratégica en el Caribe. “Es la segunda isla más grande del Caribe con la mayor población de esa zona, afirmó a PULSO, Walter Molano, economista senior de BCP Securities. “Es un país lleno de recursos agrícolas y una posibilidad inmensa de turismo”, agregó. El analista explica que, antes del bloqueo, Cuba era uno de los sitios más importantes de recreo para los estadounidenses. “Tiempo después empezó a surgir Florida y Las Vegas y los negocios se trasladaron a esos lugares”.

Las características del régimen cubano, asentadas en la lógica de una economía centralmente planificada y un partido único atentan contra la confianza de posibles inversionistas. “En Cuba existen muchas dificultades para hacer negocios. Todo es difícil”, dijo a PULSO un ingeniero chileno que trabajó en ese país y pidió no ser identificado. “La gente joven estima que esto será potencialmente bueno, pero los cubanos en general no le creen a Raúl, porque dicen que da un paso para adelante y tres para atrás”, agregó.

A juicio de Alberto Bernal, una de las principales trabas es la falta de instituciones. “Hoy no existen garantías institucionales para la inversión de capitales extranjeros. La falta de seguridad jurídica e instituciones confiables son una importante para hacer negocios y la isla no las ofrece”, aseguró el analista. En eso coincide Aryam Vázquez. “El régimen de impuestos y la burocracia siguen en niveles que no permiten tener negocios y comercio en Cuba. El sistema de doble tipo de cambio es otro factor que no ayuda a estimular la economía cubana”, sostuvo, agregando que, de todas maneras, se ven pequeños cambios y eso ha dado la esperanza de que habrá más apertura.

El único organismo internacional que entrega proyecciones para la isla es la Cepal. Según su último informe, dado a conocer este mes, la economía cubana crecería 1,1% este año y 3,0% el próximo. Esta última cifra es superior al promedio de 2,2% que espera el organismo para Latinoamérica en 2015. Y en materia de libertades económicas es mucho lo que le queda por avanzar. Según el Índice 2014 de Libertad Económica elaborado por Heritage Foundation, el país ocupa la penúltima posición mundial, en el puesto 176, con 28,5 puntos, sólo por delante de Corea del Norte.

La política restrictiva del régimen castrista ha tenido como consecuencia débiles indicadores económicos. Según las estimaciones de Moody´s, el PIB per cápita del país alcanzaba los US$6.498 en 2012 (última cifra disponible), mientras la inflación alcanzó un 2,1% en ese mismo año.

En opinión de Bernal, Cuba ha sobrevivido los últimos 50 años gracias a la beneficencia, primero de la Unión Soviética y hoy de Venezuela. “El sistema utópico implantado por la Revolución no sirve para nada, ha sido un completo fracaso”. Bernal agregó que sólo la terquedad del castrismo y  el totalitarismo han permitieron que el país se sostenga hasta hoy.

En la misma línea, el analista Óscar Guillermo Garretón, señaló a PULSO que “el bloqueo norteamericano pudo empobrecer a Cuba pero fue políticamente un fracaso. Por otro lado, Cuba es inviable como país permaneciendo como está”, agregó.

Entre las agencias de clasificación, Fitch Ratings no quiso referirse al tema porque no cubre Cuba, dado que el país no emite bonos soberanos. Por su parte, Moody’s comentó que no está realizando declaraciones sobre el tema en este momento. Sin embargo, la última acción de la firma sobre Cuba fue un recorte de calificación en abril a Caa2 desde Caa1, con perspectiva estable, debido a la vulnerabilidad del país a choques externos y domésticos, basándose principalmente en la insostenibilidad macroeconómica venezolana.

Nuevo modelo

Las posibilidades de desarrollo que abre el nuevo escenario en las relaciones internacionales con Estados Unidos generan dudas respecto a cómo el régimen castrista compatibilizará una eventual apertura comercial con el sostenimiento de las estructuras que dan fundamento al modelo.

Según Walter Molano, de BCP Securities, Cuba ya lleva muchos años estudiando la apertura comercial. “Han estudiado el modelo vietnamita, chino y ruso”, asegura. El analista explica que en términos generales el modelo de apertura permitirá un sistema que inversiones, transacciones y parciales privatizaciones.

Es esa línea cobra sentido la posibilidad de que mediante el financiamiento público-privado, la isla avance en el desarrollo de sectores estratégicos. “Probablemente se va a privatizar el sector eléctrico, telecomunicaciones e infraestructura”, prevé Alberto Bernal.

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