Pulso

Los dos años de Milei en el poder y su ambiciosa apuesta para el segundo tiempo

El próximo miércoles 10 de diciembre el libertario celebrará su segundo aniversario desde su llegada a la Casa Rosada, en medio de un renovado soporte económico y político tras las favorables elecciones de octubre. Los expertos en Buenos Aires analizan la viabilidad de las reformas laboral y tributaria prometidas por Milei.

Javier Milei. REUTERS LEANDRO BUSTAMANTE GOMEZ

“Los que estuvimos sentados en la silla eléctrica ya les vamos a contar algún día lo que es vivir una temporada en el infierno”. El relato de Javier Milei ante decenas de empresarios en Buenos Aires hace algunas semanas buscaba resumir lo que han sido los dos complejos años del libertario y su equipo económico desde su llegada a la Casa Rosada, el 10 de diciembre 2023.

Ese domingo, un excéntrico político argentino de cabello desordenado y patillas desgreñadas llegaba a la Presidencia argentina bajo la idea de terminar con la crisis social y económica de años de administración peronista. La promesa de romper con décadas de déficits fiscales, un gasto público fuera de control, excesos de regulaciones y burocracia, un deteriorado crecimiento de la actividad y el fantasma de la hiperinflación significaba un duro cruce del Rubicón político que Milei estaba dispuesto a pagar.

“Hoy es un día especial: se cumplen dos años exactos de aquel balotaje (19 de noviembre de 2023) en el cual los argentinos eligieron al primer presidente liberal libertario de la historia (…) Dedicamos los primeros dos años de nuestra gestión a resolver los problemas macro y sacar de terapia intensiva al paciente crónico que era la economía nacional”, dijo Milei ante el mismo círculo empresarial ese día.

Pero el libertario no se detuvo ahí e insistió en su agenda transformadora. “El gobierno de Menem hizo 100 reformas estructurales; nosotros en 20 meses hicimos 10.000 reformas estructurales. Igual queda mucho para hacer “, adelantó el mandatario.

Fueron dos años llenos de tensiones y algunos altibajos, pero los números están del lado del líder de la Libertad Avanza hasta ahora. La última etapa de gobiernos kirchneristas se caracterizaron por el acecho del fantasma de la hiperinflación. Si en diciembre de 2023 la inflación llegaba al 25,5% mensual y más de 200% de alza acumulada anual, el último dato a octubre de este año registró una variación mensual del 2,3% (31,3% anual).

Si bien el crecimiento económico de Argentina cayó un 1,7 % en 2024, año de intenso ajuste fiscal, los expertos creen que 2025 terminará con una expansión de la actividad de entre el 4,5% y el 5%. A su vez, la deteriorada salud fiscal con que Milei recibió la economía también se recuperó: en 2024 se registró un superávit fiscal del 1,8%, el primer saldo positivo luego de 15 años. Sin embargo, uno de los logros más celebrados por el libertario es la baja de la pobreza. Hace un mes, la Unicef reveló que la pobreza en Argentina se ubicó en un 31%, lo que es una fuerte disminución respecto del 48% registrado por la misma institución el año pasado.

Miguel Kiguel

“Mi evaluación de los dos años de Javier Milei es que, en términos macroeconómicos, la Argentina está claramente mejor que hace dos años. Milei recibió una economía disfuncional: con una inflación del 25% mensual, un déficit fiscal del 5% del PBI, una brecha cambiaria del 200% entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, un nivel de actividad estancado y un riesgo país que rondaba los 2.000 puntos. En este período se lograron avances importantes en casi todos esos frentes”, resume desde Buenos Aires el doctor en Economía de la Universidad de Columbia y execonomista principal del Banco Mundial, Miguel Kiguel, quien destaca la caída del riesgo país de Argentina a la zona de los 600 puntos.

Un camino de baches y costos

Sin embargo, la ruta tomada por el libertario también ha estado llena de alta incertidumbre política y costos sociales. Poco antes de las elecciones de medio término del 26 de octubre, la coalición gobernante tambaleaba en medio de denuncias de corrupción, dudas con su política cambiaria y comicios provinciales poco favorables en Buenos Aires, donde el peronismo parecía salir del abismo. Pero las elecciones de hace dos meses cambiaron radicalmente el escenario: la Libertad Avanza obtuvo más del 40% de los votos y dio un nuevo aire a Milei y a su relación con Estados Unidos y Donald Trump.

“Milei concluye la primera mitad de su mandato fortalecido y sin rivales a la vista, dada la derrota del peronismo y el pobre desempeño de Provincias Unidas en octubre. La principal fuerza opositora está sumida en una larga crisis de liderazgo, agravada por el resultado electoral de octubre”, reflexiona Ignacio Labaqui, profesor de Política Latinoamericana y Teoría de las Relaciones Internacionales en la Universidad Católica Argentina (UCA).

“Partiendo de una debilidad política de origen muy grande, Milei logró armar, a su manera y jugando al fleje, los tres vértices del triángulo necesarios para estabilizar la economía (programa macro, programa micro y gobernabilidad), llegar a la elección de medio término con la inflación contenida en torno al 2% mensual, ganar y aumentar significativamente el caudal político en el Congreso…”, añadió recientemente a Infobae Marina Dal Poggetto, reconocida economista trasandina y directora ejecutiva de Eco Go en Buenos Aires.

Marina Dal Poggetto

Con todo, los costos que han tenido que pagar la economía y la sociedad argentina no son menores frente al vigoroso plan de ajuste del libertario. El plan de reducir el tamaño del Estado ha implicado la salida de más de 60 mil trabajadores en el periodo -especialmente en Correos, la operadora ferroviaria, Banco Nación y Aerolíneas Argentinas- lo que seguirá incrementándose el próximo año, según el plan de Milei.

La fuerte apuesta liberalizadora de la economía, la apertura al comercio exterior y la apreciación del peso frente al dólar han impactado también al tejido industrial trasandino, acostumbrado a políticas proteccionistas. Datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) revelan que en el primer año y medio de Milei cerraron 17.063 empresas más de las que abrieron en el país trasandino, lo que equivale a un saldo de 28 cierres por día. El impacto en el desempleo no se hizo esperar: la tasa de desocupación en Argentina llegó en el primer trimestre del año al 7,9%, su mayor nivel desde el tercer trimestre de 2021. Hoy el guarismo bordea el 7,6%.

Miguel Kiguel profundiza el análisis en torno a las debilidades de la economía. “El primero es el consumo masivo: la mayoría de la población aún no percibe mejoras en su poder adquisitivo. Por el contrario, muchos sienten una caída en el ingreso real debido al aumento de tarifas de energía y otros bienes y servicios que antes estaban subsidiados. El segundo problema es la vulnerabilidad externa: Argentina no ha logrado acumular reservas internacionales de manera sostenida, lo cual generó episodios críticos. El más reciente ocurrió antes de las elecciones del 26 de octubre, cuando el Tesoro de Estados Unidos debió asistir al país; el anterior fue en abril, en medio de una fuerte presión cambiaria que obligó a recurrir al FMI. Todavía no existe una estrategia clara y sólida para reducir esta fragilidad y evitar la dependencia de prestamistas de última instancia”, aclara el economista, quien cree que hay señales de que lo peor para le economía argentina ha quedado atrás.

“Se observa mayor flexibilidad en la política cambiaria, Argentina está cerca de recuperar el acceso al mercado de capitales y se espera que la economía comience a mostrar una reactivación en los próximos meses, sin la necesidad de un nuevo ajuste fiscal. Una política monetaria más predecible y un entorno financiero más estable deberían acompañar ese rebote. En materia inflacionaria, es razonable esperar una consolidación de la baja a partir del segundo trimestre del próximo año. Todo esto sugiere que el período más crítico ya quedó atrás y que, si no hay shocks externos significativos, la economía debería encaminarse hacia una fase más estable, con señales positivas para la actividad y la inversión”, concluye Kiguel.

El segundo tiempo y las reformas

El propio Milei ha sido claro en que sus grandes desafíos la segunda etapa de gobierno están en las reformas de “segunda generación” en el área laboral y tributaria, las que tienen complejidades políticas que ponen incertidumbre su viabilidad.

“Estas son dos reformas claves, ojalá salgan las dos ya que pueden cambiar la perspectiva de Argentina a futuro si esto ocurre. Ojalá se puedan llevar adelante lo más rápido posible”, apuesta Iván Cachanosky, doctor en Economía de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Iván Cachanosky

Para el economista chileno y actual viceministro de Economía de Argentina, José Luis Daza, el plan reformista en materia laboral y tributaria de Milei en lo que resta de su gobierno es muy complejo. No sólo fustigó las altas tasas de informalidad laboral de la economía argentina, sino también el desequilibrado sistema impositivo trasandino. “Argentina tiene 50 millones de habitantes y 8.000 argentinos pagan el 80% de los impuestos”, detalló en el aniversario número 35 de Libertad y Desarrollo, realizado en Santiago la semana pasada.

“No es fácil lo que se viene, pero tienes un presidente con una voluntad… tienes un equipo muy convencido, lo vas a ir haciendo paulatinamente. No podemos arriesgar el superávit fiscal, es absolutamente intransable, y todo va a ser con un foco siempre para ayudar a los más pobres”, afirmó en la oportunidad.

Esta semana, el gobierno trasandino anunció el envío del proyecto de reforma laboral al Congreso, el que debiera empezar a tramitarse en los próximos días en el Poder Legislativo. Para los economistas, este proyecto es la primera gran prueba de Milei en su segundo tiempo y estiman que significará un inevitable enfrentamiento con los poderosos grupos sindicales trasandinos. “Tiene buenas posibilidades de aprobarse, aunque no implicará un giro drástico hacia un régimen totalmente flexible, como el de Estados Unidos. Sí avanzará en reducir litigiosidad, dotar de mayor flexibilidad a ciertos contratos y modernizar algunos aspectos del sistema. Será un cambio relevante, pero no una liberalización completa”, estima Kiguel.

Uno de los grandes objetivos de la reforma también es reducir la desatada informalidad en Argentina, la que supera el 43%, su nivel más elevado desde el año 2008.

Iván Cachanosky va más allá y dice es clave la profundidad de la reforma laboral, en medio de la necesidad de que el sector privado argentino vuelva a contratar trabajadores. Cree que lo importante es que se ataquen los problemas de fondo del mercado laboral argentino, como la excesiva judicialización de las pugnas laborales y la falta de flexibilidad del sector. “Le tengo más fe a la reforma laboral que a la impositiva… Sin embargo, el gobierno ya ha logrado sorprenderme para bien con algunos objetivos, así que ojalá que puedan salir las dos”, proyecta el economista.

La reforma tributaria anunciada por Milei tiene un panorama sutilmente distinto. Milei ha prometido eliminar hasta 20 impuestos, disminuir la evasión y cambiar la lógica del sistema fiscal argentino. Los analistas creen que aprobar una reforma tributaria es más complejo. “Argentina no puede bajar impuestos de manera agresiva porque necesita sostener el equilibrio fiscal y financiar obra pública. Probablemente, haya reordenamiento de tributos más que reducciones netas. El punto crucial será la negociación con las provincias por ingresos brutos, un impuesto altamente distorsivo, pero fundamental para la recaudación provincial. La pregunta es si se podrá compensar esa pérdida o si se optará por una reforma gradual”, concluye Miguel Kiguel.

Si bien el panorama de Milei y la Libertad Avanza para lo que resta de gobierno están en un mejor pie que hace un año, las elecciones presidenciales de 2027 aún están abiertas, según los analistas.

“Es obviamente muy tentador pensar que ante este escenario tan promisorio, la reelección de Milei es casi un hecho. El escenario es sumamente favorable para el gobierno, sin dudas. Pero las elecciones intermedias han sido pobres predictores de la elección presidencial (…) Si algo ha caracterizado a la gestión libertaria ha sido la propensión a cometer errores no forzados, por los cuales ha pagado un precio módico en materia electoral. Pensando en 2027, a diferencia de los primeros dos años de gestión, Milei depende más de sí mismo que de lo que hagan los demás jugadores, que aún siguen bajo el shock generado por la elección de 2023”, concluye el politólogo Ignacio Labaqui.

Más sobre:argentinamileireforma laboralreforma tributariados años

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Plan digital + LT Beneficios por 3 meses

Infórmate para la segunda vuelta y usa tus beneficios 🗳️$3.990/mes SUSCRÍBETE