Sustentabilidad

Cómo las empresas deben hacer frente al sobregiro ecológico en Chile, el primer país de América Latina en alcanzar el agotamiento de sus recursos naturales en 2025

Por sexta vez consecutiva, el país consume más de lo que su naturaleza puede regenerar. Expertos advierten sobre riesgos económicos, sociales y ambientales, y llaman a un rol más activo por parte del sector privado.

Parque eólico en las regiones mineras de Atacama y Coquimbo, en el norte de Chile xeni4ka

Este sábado 17 de mayo, en coincidencia con el Día Mundial del Reciclaje, Chile se convirtió por sexta vez consecutiva en el primer país de América Latina en entrar en sobregiro ecológico. Esto significa que, en menos de cinco meses, el país ya ha consumido todos los recursos naturales que el planeta puede regenerar en un año dentro del territorio nacional.

Este fenómeno, medido por la organización Global Footprint Network, refleja que desde ahora y hasta fin de año, el país estará consumiendo recursos que pertenecen, en teoría, a las generaciones futuras. A pesar de los avances en políticas medioambientales y en innovación tecnológica, los niveles actuales de consumo y extracción de recursos naturales siguen siendo insostenibles.

En esta línea, Miguel Pinto, subgerente de Asuntos Públicos de Ipsos Chile, advierte que el sobregiro ecológico no es solo una preocupación ambiental, sino que implica riesgos significativos para el modelo económico del país. “Estamos poniendo en riesgo el futuro de nuestro país en distintos aspectos”, afirma, explicando que sectores clave como la agroindustria o la salmonicultura podrían enfrentar impactos severos si los ecosistemas continúan deteriorándose.

“El sobregiro ecológico significa, en pocas palabras, que estamos poniendo en riesgo el futuro de nuestro país en distintos aspectos. Evidentemente en la economía puede haber problemas si afectamos de manera irreversible los ecosistemas que hoy nos permiten un desarrollo a partir de sectores como la agroindustria o la producción de salmón”, advierte Pinto.

En este sentido, Pinto plantea que Chile debe “seguir liderando la transformación energética y acelerando los procesos de restauración y protección de los ecosistemas dañados”, a la vez que se implementen nuevas políticas públicas en esa misma dirección.

El rol del sector privado: responsabilidad y regeneración

Para revertir esta tendencia, el sector privado tiene una tarea importante. Según Pinto, existe una responsabilidad directa en el modo en que las empresas utilizan los recursos naturales. “En el ámbito productivo hay una responsabilidad que las empresas deben enfrentar, aportando con el uso responsable de los recursos”, señala.

Sin embargo, ese esfuerzo no puede ser individual ni aislado. Pinto destaca la necesidad de una colaboración activa entre el sector privado, el Estado y la comunidad científica para avanzar en soluciones regenerativas. A esto se suma un desafío clave en el vínculo con las comunidades locales, “para que de manera conjunta se pueda proteger y dar un uso razonable y compartido a los recursos naturales”.

Los sectores productivos más tradicionales, como la minería, la agroindustria, la pesca, la industria forestal y la salmonicultura, están entre los más interpelados. Pero no son los únicos. Pinto también señala que “otros sectores, de consumo masivo, están llamados también a incorporar a los consumidores en estos desafíos, poniendo productos y servicios responsables a disposición de las personas para que con su preferencia también puedan aportar”.

Desafíos en la comunicación y el acceso a la sostenibilidad

El último informe de Ipsos sobre sostenibilidad empresarial, La Comunicación Eficaz del Impacto – ESG, destaca que las personas esperan una comunicación más clara y comprensible por parte de las empresas. La ciudadanía valora las iniciativas ambientales, pero muchas veces no logra comprenderlas por exceso de tecnicismos.

En ese sentido, se recomienda que el sector privado comunique sus esfuerzos “de manera clara y concisa”, evitando un lenguaje especializado que puede distanciar a los consumidores de sus decisiones de compra.

Además, el informe advierte sobre una brecha de acceso: muchas veces los productos sostenibles están pensados solo para los segmentos de mayores ingresos, lo que convierte a la sostenibilidad en un privilegio y no en una opción universal. “El gran desafío está en que los productos responsables no pueden ser accesibles solo para quienes tienen más recursos”, señalan desde Ipsos.

Una percepción ciudadana preocupada, pero desconectada

Un segundo informe de Ipsos llamado Las personas y el cambio climático, lanzado en abril 2025, revela un panorama complejo. A nivel global, el 74% de las personas está preocupada por los efectos del cambio climático, pero hay una tendencia creciente a sentirse menos responsables individualmente. En América Latina, en cambio, la población está demandando mayor acción por parte de los gobiernos y las empresas, y es menos probable que sientan que están sacrificando demasiado en nombre del medio ambiente.

Sin embargo, también existe una gran desinformación: solo el 26% de las personas encuestadas pudo identificar correctamente el progreso real en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, y una proporción similar tiende a sobreestimarlo.

El sobregiro ecológico no es solo una fecha en el calendario, sino que una señal de alerta que debe provocar una respuesta estructural. Miguel Pinto, sostiene que este fenómeno debe convertirse en “un llamado para que Chile siga liderando la transformación energética” y en una oportunidad para “acelerar los procesos de restauración y protección de los ecosistemas dañados”.

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