
Natalidad en Chile: Cómo las empresas deben construir entornos laborales para la libre decisión de formar familia sin comprometer el desarrollo profesional de sus trabajadores
En un nuevo panel de conversación realizado el lunes 30 de junio desde los estudios de La Tercera, Polo Ramírez y Francisca Jünemann, conversaron con representantes de destacadas empresas como CMPC, CCU y BUK, abordando el rol del sector privado en la creación de entornos laborales seguros que permitan a las personas, tanto hombres como mujeres, decidir libremente formar una familia, sin que afecte su desarrollo profesional.

En un nuevo conversatorio organizado por RedActiva en colaboración con la Fundación ChileMujeres y Pulso, La Tercera, se discutió sobre el rol de las empresas frente a la crisis de natalidad que está afectando a Chile. La conversación fue liderada por la presidenta ejecutiva de ChileMujeres, Francisca Jünemann, y el productor ejecutivo de La Tercera, Polo Ramírez, y contó con la participación de Constanza Arjona, gerente corporativo de Personas y Organización de CMPC; Teresita Morán, country manager de BUK; y Gabriela Ugalde, gerente corporativo de Recursos Humanos de CCU.
Chile está viviendo una caída acelerada en su tasa de natalidad, convirtiéndose en uno de los países con la disminución más pronunciada de la fecundidad en el mundo. Con una tasa de fecundidad de solo 1,16 hijos por mujer, la falta de políticas públicas efectivas en áreas como la coparentalidad, la sala cuna y la flexibilidad laboral está interpelando la las estructuras dentro de las empresas, donde los efectos sobre el talento y la fuerza laboral, principalmente envejecida, son evidentes.
El rol de las empresas: hacer más allá de las políticas públicas
Aunque la responsabilidad directa de las políticas públicas recae en el Estado y los proyectos de ley de los gobiernos de turno, las panelistas coincidieron en que las empresas y el sector privado también tienen un rol protagónico en la baja tasa de natalidad. Para las invitadas, el sector privado tiene la oportunidad de contribuir a cambiar la cultura laboral y facilitar la toma de decisiones sobre formar una familia, especialmente para las mujeres.
Francisca Jünemann de ChileMujeres destacó que, más allá de la falta de apoyo por parte del Estado, las empresas tienen el poder de generar entornos laborales que permitan a sus empleados, especialmente a las mujeres, tomar decisiones de maternidad sin temor a que estas afecten su desarrollo profesional. “El gran aporte de esta conversación es justamente sacar este tema solamente del plano de políticas públicas, porque la verdad es que las personas determinan sus decisiones según su día a día y ese día a día está determinado, a su vez, por las condiciones laborales en las cuales se desenvuelven”, explicó Jünemann.
Constanza Arjona, de CMPC, amplió esta idea, señalando que el rol empresarial debe enfocarse en generar ambientes seguros que permitan a madres y padres, no sólo a las mujeres, desarrollarse profesionalmente y tomar decisiones sobre la maternidad o paternidad sin sentirse culpables o limitados. Desde la empresa, explicó, “creamos entornos seguros donde padres y madres se puedan desarrollar profesionalmente y puedan ser libres de tomar esa decisión. Creo que desde ahí las empresas habilitamos de alguna manera el que esa decisión no tenga una carga, no tenga algo negativo y ahí evidentemente en compañías que vienen”.
Siguiendo la misma línea, Teresita Morán, desde BUK, hizo hincapié en la importancia de que las empresas tomen la iniciativa en la corresponsabilidad. “La empresa puede generar un entorno de mayor flexibilidad, de corresponsabilidad. Liberar ciertos sesgos hacia las madres o los padres que permitan que las personas no se sientan presionadas por tomar decisiones por la empresa en la que están o por el rol que tienen”.
Con esto, agrega también la importancia de entregarle valor en incorporar mujeres en los diferentes niveles de la empresa, “el valor de la diversidad, las diferentes miradas, entender que nuestros consumidores van a ser hombres y mujeres y en quienes quieren ser padres y madres”. Ante esta necesidad, una de las iniciativas internas de BUK ha sido incorporar el postnatal masculino para equiparar la cancha, sin que sea una carga sólo adicional a las mujeres.
Recomendaciones del sector privado
Además de relatar las experiencias e iniciativas dentro de sus propias empresas, las panelistas invitadas entregaron una serie de recomendaciones prácticas que podrían ser adoptadas de manera integral y estructural por otras organizaciones en el corto plazo.
Gabriela Ugalde, desde CCU, destacó la importancia de los beneficios asociados a las familias que las empresas pueden ofrecer. “A veces la decisión de no tener hijos, cuando uno lee los estudios, es una de las razones por el costo, y en ese sentido creo que también la empresa nos tenemos que preguntar acerca de qué beneficios estamos dando, beneficios de la cuna, beneficios de seguros, buenos seguros, que proteja a la familia y que también favorezca en la toma de decisiones”.
Desde ChileMujeres, Jünemann señaló que uno de los mayores problemas que enfrentan las mujeres en el mercado laboral chileno es el costo implícito de ser madre. “En Chile, es más caro contratar a una mujer y eso es una realidad. Las leyes de protección a la maternidad y la falta de medidas compensatorias en términos de paternidad generan un desincentivo para las empresas a la hora de contratar a mujeres. Por eso, las empresas deben ser proactivas y ofrecer beneficios que equilibren esta carga”, advirtió.
Desde BUK, y su experiencia en consultora en gestión laboral, Teresita Morán ofreció finalmente tres recomendaciones clave para las empresas que quieren avanzar en este tema. La primera tiene que ver con la flexibilidad y adaptabilidad. “Según un estudio reciente, más del 47% de las madres en las organizaciones valoran la flexibilidad como el beneficio más importante, y lo mismo ocurre con los padres. Es indispensable crear un entorno flexible que permita a los empleados ajustar su jornada laboral y cumplir con sus responsabilidades familiares”, explicó.
Una segunda recomendación es liberarse de los sesgos. Para Morán, las empresas deben garantizar que tanto madres como padres tengan acceso a los mismos beneficios, sin que uno de los dos géneros sienta que tiene una carga adicional por ser responsable del cuidado de los hijos. “El sesgo de género sigue presente, y es fundamental que las políticas laborales sean inclusivas y no discriminen por razones de género o parentalidad”.
La tercera y última recomendación de Morán tiene que ver con la visibilización de ejemplos, subrayando la importancia de los “role models” dentro de las organizaciones. “Los testimonios visibles de madres y padres que logran equilibrar su vida profesional con su vida familiar son esenciales. Mostrar estos ejemplos dentro y fuera de la empresa ayuda a que otros empleados se sientan apoyados y valientes para tomar decisiones similares”, agregó.
A modo de cierre del conversatorio, si bien las panelistas señalaron que las políticas empresariales son un paso importante, no pueden sustituir la necesidad urgente de reformas estructurales en la legislación chilena. “Esto no es un tema de mujeres, es un tema de personas y de país”, concluyó Jünemann.
Escucha el conversatorio completo aquí:
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