
Emprender para descarbonizar: la clave hacia la transición climática

Chile se ha propuesto alcanzar la carbono neutralidad al 2050, un desafío que exige transformaciones profundas en sectores clave como transporte, energía e industria. En este escenario, los emprendimientos climáticos deben jugar un rol central, no solo para cumplir con los compromisos ambientales, sino como impulsores de un modelo económico más sostenible, justo y competitivo.
Sin embargo, el ecosistema nacional de innovación y emprendimiento aún está en vías de desarrollar la madurez necesaria para garantizar las condiciones que se requieren para que estos emprendimientos prosperen. Si bien la inversión de impacto en Chile ha crecido de forma sostenida, pasando de US$ 138,2 millones en 2018 a US$ 442,5 millones en 2024, según datos de la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos de Inversión (ACAFI), el capital disponible para soluciones climáticas sigue siendo escaso con relación a la magnitud del desafío.
A esto, se suma la aún limitada oferta de fondos de impacto destinados a financiar el crecimiento de este tipo de emprendimientos. Si bien han surgido iniciativas relevantes que representan avances importantes, tales como Green Hub Chile, fondo de deuda de USD $400.000 orientado a startups que desarrollen soluciones tecnológicas para el cambio climático, y StartupLab.01, primer hub de emprendimiento con laboratorios para el desarrollo de ciencia y tecnología, el capital disponible aún sigue siendo insuficiente.
Pero el desafío se extiende más allá del financiamiento. Muchos de estos emprendimientos son liderados por profesionales con perfiles altamente técnicos, provenientes del mundo científico y académico, lo cual plantea un desafío central: cómo entregar capacidades de negocio a estos equipos, que les permitan traducir los resultados de sus soluciones en beneficios ambientales y retornos económicos concretos para sus clientes.
Los programas de aceleración han demostrado ser efectivos en el desarrollo de startups en Chile. Por ejemplo, Start-Up Chile, una de las aceleradoras más reconocidas del país, ha apoyado a más de 2.000 emprendimientos de 85 países desde su creación en 2010. Estos emprendimientos han generado ventas globales por más de US$ 2.000 millones, ventas locales por US$ 715 millones y han creado más de 26.000 empleos.
Chile ha definido una estrategia climática de largo plazo con metas ambiciosas, como alcanzar una matriz energética 100% limpia y reducir en un 70% las emisiones del sector industrial. Para concretarlas, es clave movilizar inversión pública y privada hacia soluciones impulsadas por la innovación. La transformación que el país necesita requiere articular capacidades, capital y talento en torno a iniciativas que aceleren la transición hacia una economía baja en carbono, resiliente y preparada para enfrentar los desafíos del futuro.
Si aspiramos a que Chile lidere la transición hacia una economía baja en carbono, es urgente dejar de considerar estas iniciativas como apuestas marginales y comenzar a reconocerlas como lo que verdaderamente son: el núcleo de una nueva economía, más justa, resiliente y preparada para enfrentar los desafíos del futuro.
Por Cristián Montoya, Portfolio Manager de ChileGlobal Ventures, Fundación Chile
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