La muerte de niños por desnutrición y la nula posibilidad de recibir atención médica primaria, agudizan las condiciones de vida en el enclave palestino.

Actualmente, más de 17.000 niños sufren desnutrición aguda, y en muchos lugares, las familias apenas consiguen alimentarse una vez al día.

Los platos que consiguen para alimentarse, casi siempre son muy pobres en nutrientes. La alimentación se basa principalmente en arroz y pan, las verduras, la carne y la leche, son prácticamente inexistentes en su dieta.

La situación es especialmente crítica en el norte de Gaza, donde no hay centros de distribución de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF) y donde los camiones con ayuda humanitaria no están llegando.