¿Apropiación cultural? La historia de El Gorro de lana

¿Es realmente Jorge Yáñez el autor de este clásico sinónimo de Chiloé? ¿Es una historia machista o el descalabro de un matrimonio? ¿Acaso se necesitan siete ovejas para un solo gorro como dice la canción? Así se tejió este hit folclórico en plena dictadura.


El Indio Pavez, como llamaban a Héctor, murió sin saber que había motivado un clásico del folclor como El Gorro de lana. El Indio, nacido en el barrio San Eugenio de Santiago en 1932, era un referente de La Nueva Canción Chilena con un pasado artístico que se remontaba al Teatro Experimental de la Universidad de Chile, donde había sido compañero de Delfina Guzmán y Víctor Jara, para interesarse en el folclor tras conocer a Violeta Parra y Margot Loyola. Junto a Gabriela Pizarro, figura clave en la investigación y divulgación de la música criolla, fundaron el grupo Millaray en 1958, además de casarse y formar una familia de cinco hijos. Ambos fueron responsables de dar a conocer la música chilota en el resto de Chile.

El Indio se comprometió a fondo con el gobierno de la Unidad Popular, acompañando a Salvador Allende en giras.

Tras el golpe de 1973, el actor y folclorista Jorge Yáñez -El Loco Arturo en Playa Salvaje, entre numerosos roles en teleseries, teatro y cine-, se preguntaba con preocupación dónde estaba el Indio Pavez, su amigo. “Traté de buscarlo”, cuenta, “y no lo encontré”.

Llegó el invierno de 1974 y Jorge, sin mucho trabajo debido al estrangulamiento de la actividad artística por la represión y el toque de queda, imaginaba ver nuevamente a su amigo que había dado a conocer la música chilota. “Todos nos sentíamos felices con sus recopilaciones”, subraya.

Así como Los Jaivas compusieron Alturas de Macchu Picchu (1981) mirando un afiche del lugar mientras residían en Francia, Yáñez estaba en Maipú aquel invierno cuando empezó a hilar la letra y melodía de El Gorro de lana.

Apenas conocía Chiloé. Había estado brevemente en una caravana artística de apoyo a la UP en 1973, mal recibida por allá.

“Inspirado en esta búsqueda de querer encontrar a mi amigo”, relata, “empecé a pensar en hacerle una broma una vez que lo encontrara. De ahí ambienté esta canción que es un vals popular”.

El artista reconoce que El Gorro de lana tiene algo de creación colectiva con su familia de aquel entonces haciendo aportes. Entre las contribuciones, fue clave su cuñado Jorge Muñoz. De él surgió la idea de que el vals asumiera tintes chilotes con bombo y acordeón.

Otro alcance fue una corrección geográfica a la letra. “En la investigación de Chiloé, me di cuenta que el lugar más lejano de la isla es Quellón”, rememora Jorge Yáñez. “Pero yo le puse Quillón y mi cuñado, me dice ‘no pos, si Quillón está cerca de Chillán. Es Que-llón’”.

“Nunca fue una canción chilota”, subraya el actor y folclorista, sobre la pieza estrenada en su primer álbum en solitario ¡Y qué jue! de 1977, convertida rápidamente en un éxito nacional que simbolizaba a Chiloé, un imperdible en cualquier acto folclórico con referencias a la isla. En la cuasi guerra con Argentina en 1978, los soldados la entonaban para darse ánimo.

Estereotipo chilote

“Hoy les dejamos una lectura cultural de está (sic) popularizada canción de finales de los años setenta creada por Felix Cárdenas (como se nos ha corregido en los comentarios) y popularizada por Jorge Yáñez”.

Este párrafo introductorio de la página Historias de Quellón en Facebook, toma bando por la versión que señala al actor y cantante como usurpador del trabajo de Félix Cárdenas, un músico chilote.

“Ese tema jamás fue escrito por Jorge Yáñez”, denuncia un comentario.

Así, varias opiniones acusan un acto de apropiación cultural.

El texto “El Gorro de Lana”: Una relectura de Chiloé a través de una popular canción de los años 70″, del etnomusicólogo Víctor Contreras, presentado en el Primer Encuentro Intercultural Canarias - Chiloé, en diciembre de 2011 en Puerto Montt y Castro, otorga la autoría de la famosa canción a Jorge Yáñez.

“Señalo que el tema está registrado en el Derecho de propiedad intelectual por Jorge Yáñez”, precisa Contreras, asentado hace 30 años en la isla. “Hice un análisis de la canción y me refiero más a eso que a la autoría”.

“Conociendo la obra de Jorge Yáñez”, continúa, “y conociendo personalmente a Félix Cárdenas, pensé que si hay una discusión pendiente entre ellos, podrían acudir a la justicia y reclamar un peritaje, para definir el asunto”.

El etnomusicólogo cuenta que compartió navegaciones de varios días con Félix Cárdenas, piloto de una lancha en la que acostumbraba desplazarse. Le escuchó cantar y le preguntó por el tema.

“Interpretó El Gorro de lana y nos dijo que la había compuesto”, revela.

Sin embargo, Víctor Contreras considera que el nivel compositivo de la canción es propio del estilo de Jorge Yáñez. “Cárdenas tenía un imaginario distinto y bastante superior a lo que se refleja en El Gorro de lana”, argumenta el especialista. “No necesitaba componer una canción donde hablara de ‘siete ovejas blancas’ para hacer un gorro. Su imaginario es más creativo”.

Contreras establece que Jorge Yáñez, suscrito a formas compositivas más simples, elaboró una veta tras el éxito de El Gorro de lana y pone como ejemplo Vals de Vallenar, repitiendo la fórmula.

Para el etnomusicólogo, canciones como El Curanto de Los de Ramón con su primer verso “levántate hombre flojo / sale a pescar” junto a El Gorro de lana, son un ejemplo de estereotipo chilote.

“La canción se convierte en un icono”, profundiza. “Quellón se identifica con ella, haciendo caso omiso de la carga machista que se ejerce en la letra. Pero si se lee desde el hablante femenino, reconoce una fricción entre modernidad y capitalismo tardío. Ya no quiere ser una tejedora, sino en un acto liberador desata la lancha para que el hombre se vaya a Quellón”.

Se destiñó

La canción está compuesta en tres actos por la formación actoral de Jorge Yáñez en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica, a la cual ingresó en 1962. En el primer episodio, el hombre se queja de entrada. “Planteo el problema”, describe Yáñez.

Un gorro de lana

Te mandé a tejer

Para el duro invierno

Que vino a caer

Tú me lo tejiste

Con poca pasión

Se destiñó, se destiñó

Con la lluvia que cayó

Arriba niño’

Se destiñó, se destiñó

¡Igual que tu cariño!

Luego, “el conflicto” según Yáñez, el verso que a los chilotes les parece irrisorio. Demasiadas ovejas para un solo gorro.

Siete ovejas blancas

Te di pa’ esquilar

Y después la lana

Te mandé a lavar

Tú te descuidaste

En forma fatal

Se la llevó, se la llevó

La corriente del canal

Arriba muchacho’

Se la llevó, se la llevó (igual que tu cariño)

¡Igual que tu cariño!

Finalmente, en el desenlace de esta historia de matrimonio mal avenido, la pareja se separa.

¡Desata la lancha

Que voy pa’ Quellón!

¡Échame la jarra

Y echa el acordeón!

Ya no quiero penas

Ni falsa pasión

Voy pa’ Quellón, voy pa’ Quellón

En busca de un nuevo amor

Arriba niño’

Voy pa’ Quellón, voy pa’ Quellón

¡No quiero tu cariño!

(...)

Voy pa’ Quellón, voy pa’ Quellón

En busca de un nuevo amor

Última

Voy pa’ Quellón, voy pa’ Quellón

¡No quiero tu cariño!

Pue’ su, ju jui

Cara a cara

“Cuando cae el petróleo al mar es muy difícil sacarlo”, dice Jorge Yáñez sobre las acusaciones de haberse apropiado de El Gorro de lana. “Así es la mentira”, reflexiona. “No se puede recoger”.

El actor y músico cree que hubo razones políticas para enlodar su nombre a fines de los 70, dada sus simpatías por la UP. “Este señor (Félix Cárdenas) era primo de Amador Cárdenas, que era jefe de cultura de esos años en Quellón”.

Yáñez cuenta que en 1980 cantores de la zona lo invitaron de manera clandestina para un acto de desagravio. “Me dijeron ‘no queremos que pienses que toda la gente de Quellón cree que eres un badulaque’. Me hicieron un regalo, un bote de madera que todavía tengo”.

Un par de años antes, dado el éxito de la canción, Jorge Yáñez viajó a Punta Arenas para actuar y a la vuelta pasó por Chiloé. En una reunión con artistas, alguien se le acerca y le dice que entre los presentes está el autor de El Gorro de lana.

“‘Qué bueno’, digo yo. ‘¿Y quién es?’. Y me presentan a Félix Cárdenas. ‘Don Félix, (soy) Jorge Yáñez, mucho gusto. Me dicen que usted es el autor de El Gorro de lana’. ‘Si pos’, me dice. ‘¿el mismo Gorro de lana que hice yo?’. ‘Nooo’, respondió, ‘es otro don Jorge’. Nunca le pregunté cuál era ese otro, porque para mí no tenía mayor importancia”.

El etnomusicólogo Víctor Contreras corrobora que Cárdenas, a pesar del talento que subraya en su obra, arrastra conflictos de autorías. “Hay varios que acusan a Cárdenas de que copió una canción de Ramón Yáñez de Achao, y que tuvo otros altercados de este tipo”. Contreras también es testigo de que la versión de El Gorro de lana de Félix Cárdenas contiene diferencias en la letra.

Jorge Yáñez quería mostrarle la canción al Indio Pavez en plan jugarreta para observar su reacción. Si decía reconocerla, Jorge quería reírse por un rato a costa del amigo que había divulgado el folclor chilote, y que también fue acusado desde la isla de hacer pasar canciones de la zona como propias.

“Ese encuentro imaginario nunca se dio”, dice Jorge Yáñez.

Héctor Pavez, el Indio, murió el 14 de julio de 1975 en París por falla cardíaca. Exiliado desde el año anterior, siguió trabajando para difundir el folclor con un grupo bajo su nombre. Lo enterraron en el cementerio Père Lachaise, el mismo donde yacen los restos de Édith Piaf y Jim Morrison.

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