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Llega libro que rescata las voces olvidadas de los 80′: “Son las bandas que no están en los libros”

Emiliano Aguayo publica Las voces de los 80′ vol 2, un libro que reúne las historias de 16 proyectos de la música chilena que se quedaron en el olvido. Entre estas, Contagio, Dúo Top, Rimmel, Jaque Mate, y otras tantas. Acá, el autor se explaya a fondo con la trastienda del trabajo.

Contagio en el programa Éxito

Nunca pensó en una segunda parte. No porque no sean buenas, simplemente no estaba en sus planes. Cuando Emiliano Aguayo publicó Las voces de los 80′ (Ril, 2012), pensó que aquel marcaba su incursión definitiva en la escena ochentera criolla. Pero ahí comenzó a cruzarse con aquellas bandas que no habían entrado en ese libro.

“Yo pensé que Las voces de los 80′ era el definitivo -dice a Culto desde el otro lado de la pantalla-. Nunca se me ocurrió un segundo, pero después empecé a ver más música y había gente que me iba diciendo: oye, ¿tú que hiciste Las Voces de los 80′? ¿No viste esta otra banda?“.

Fue entonces que comenzó a mirar hacia esas otras bandas. Aquellas que no necesariamente fueron underground, pero que no alcanzaron las alturas de nombres como Cinema o Los Prisioneros. Ahí comenzaron a aparecer nombres que estaban en el olvido, como Roca Dura, Dúo Top, Equis, Contagio, Betseler, Jaque Mate, Fuerza Motriz, entre otras.

La banda Equis, junto a Zeta Bosio de Soda Stereo. Cortesía de Emiliano Aguayo

Ese fue el eje que articuló Las Voces de los 80′ Vol. 2. Un libro, que en sus 240 páginas, recorre las historias detrás de 16 proyectos del rock chileno, surgidos en la segunda mitad de los ochenta, cuando ya estaba en activo la primera camada.

“La idea es rescatar la música de los 80, que no está en los libros de historia, que quedó fuera de los rankings, pero que existió, que estuvo ahí. Es rescatar estas bandas olvidadas de la historia del rock chileno”, apunta Aguayo.

El texto se trabajó durante cuatro años, en que Aguayo entrevistó a 40 músicos. Una investigación de largo aliento que debió sortear varias dificultades. “Si bien en estos días hay WhatsApp, redes sociales, no todos están ahí. Entonces yo empecé a buscar, a bucear los nombres. No llegas al tiro, en general llegas por otro. Varios tenían registro, algunos grabaron, otros no. Pero a veces cuesta encontrarlos”.

Y lo explica con un ejemplo, el de Dúo Top, un proyecto que integraron Jorge “Coque” Piracés y Lito Zerené (el mismo que pasó por Valija Diplomática, y años después se integró a las filas de Aleste). Incluso publicaron un disco, Lejos de existir (1988), bajo el sello CBS. Su gran hit fue Doy mi vida por amarte.

“Si tú buscas, pones Dúo Top y te aparece cualquier cosa. Entonces, tienes que buscar Dúo Top, apellido, por ejemplo, Piracés. Además, muchos de ellos son gente que no es conocida ni está haciendo nada en el plano público”, explica Aguayo.

Por lo mismo, hubo una banda que el autor reconoce que fue particularmente difícil pesquisar. Ocurrió con Betseler, una agrupación de Temuco que originalmente se concentraba en tocar covers, y que contaba con músicos competentes, por ello eran requeridos para acompañar a otros artistas, como a Fernando Ubiergo.

La banda Doctor No. Cortesía Emiliano Aguayo

Pero en plena oleada del rock latino, el grupo (que comenzó con el nombre de Best Seller), “chilenizó” su nombre, por sugerencia de Ubiergo, y decidió grabar un disco de canciones originales, titulado Pop Rock.

Para Aguayo, esa historia le significó una pesquisa pista a pista. “Yo vi la portada de un casete de Betseler de Temuco y empiezo a investigar, me aparecía una banda de cumbia como en la versión gringa del nombre. Hasta que me di cuenta que era la misma, esta banda se llama Best Seller en inglés, hacía cumbias y era banda de acompañamiento. Incluso estuvieron en el Festival de la Una, y de repente se deciden por esta onda del rock latino, porque era la tendencia del momento”.

Además de entrevistas, Aguayo reunió, cassette a cassette, una colección de música de aquellas bandas. También recorrió galpones de ferias persas, pesquisó en tiendas de internet y en donde fuera, en busca de ejemplares de revistas de la época como Súper Rock. Ello le permitió calibrar el efectivo alcance que tenían los grupos en ese momento.

“Alguien me decía, ‘oye pero estas bandas no las conozco porque eran under’. No, no eran under. Tuvieron apariciones en tele, tuvieron radio y hasta menciones y portadas en revistas. Yo me preocupé que las bandas o los proyectos no solo me pasaran fotos, sino también recortes de apariciones en prensa”, explica Aguayo.

Incluso, el autor detalla que algunas de estas bandas, como Jaque Mate, Rimmel y 93 Octanos fueron parte de las láminas del Álbum Rock Latino, editado en 1987. Solo que hasta hoy, eran nombres olvidados.

Emiliano Aguayo

Asimismo, en algunos de estos proyectos se puede pesquisar la presencia de nombres relevantes de la música popular chilena. Por ejemplo, Cristián Cuturrufo y Kyuge Hayashida, en la banda Roca Dura, de Coquimbo; Toño Silva y Carlos González, también parte los “chilenos de Charly”, tocaban en la banda 93 Octanos y en Plástico, respectivamente. Incluso, el caso de Alejandro Miranda, quien había sido integrante de Cinema, y tras el fin de esa banda se sumó a las filas de Contagio, de Valparaíso.

Ese grupo de alguna forma resume a otros. Varios eran proyectos afincados en regiones y no se trasladaron en la capital, donde estaba el centro de la industria musical chilena. “Contagio es una banda que si tú le nombras a la gente, no se acuerda, pero tienen un exitazo, que es Chica de la noche, que sonó en la radio. De hecho, firmaron con Alerce, se vinieron a Santiago, pero la cosa no estaba resultando económicamente y se volvieron”.

Según Aguayo, ese fue un factor decisivo en que muchas de esas bandas se quedaran en el camino. “Al ser de provincia, no habían salido de algún colegio X de Santiago, entonces hay un tema que no tenían la red de contactos. No era solo una cosa musical, especialmente en una época en que todo era presencial. Hoy día una banda puede funcionar digitalmente, sin conocerla. Pero en ese tiempo tú tenías que saber a quién tenías que golpear la puerta, saber a cuál estudio ir, etc”.

El autor propone, asimismo, que la coyuntura no les resultó favorable. “Muchos empezaron relativamente tarde, ya en la medianía de los 80’. Entonces cuando van a sacar el primer disco, o sacan el primer disco y están empezando a sonar, justo se cae la cortina del rock latino en el inicio de los 90′. Y hasta ahí llegaron".

También propone un factor relacionado a la industria. “El canon de EMI, donde estaba vinculado Carlos Fonseca, tenía mucho más peso. Entonces, todo lo que era RCA, todo lo que era Star Sound, no tuvo la misma preponderancia. En el fondo, llegaron tarde a la repartición”.

El libro Las Voces de los 80′ Vol. 2 se lanzará este domingo 1 de junio, a las 11.00 de la mañana, en el marco de La Furia del Libro. Un evento para el que Aguayo lucirá una valiosa prenda, una chaqueta Ellus, que Jorge Piracés usaba en los shows de Dúo Top. “Es una chaqueta pintada por él y con todas las cosas que le puso para salir a tocar al escenario”. Un recuerdo de una era.

El autor también adelanta otra novedad. “Ya tengo la parte tres lista” asegura. Esta tomará a nombres que comenzaron en los ochenta, pero que acabaron por despegar en los noventa, como Mauricio Redolés o Javiera Parra, entre otros.

Escucha acá una playlist que reúne lo mejor de las bandas compiladas en el libro.

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