
Cómo son los profesores de excelencia: la académica de EEUU que aboga por un cambio profundo en la docencia
La Dra. Francesca Forzani (U. de Michigan), experta en formación docente, asegura que las facultades de educación deben formar profesores altamente capacitados, que comiencen con prácticas simuladas, altamente estructuradas, y luego pasen gradualmente a experiencias más auténticas a medida que crecen las habilidades de los aspirantes a docentes. “El sistema debe garantizar que los estudiantes de pedagogía que no han dominado las habilidades esenciales y el criterio no se gradúen”, afirma.

A lo largo de su carrera, la académica estadounidense Francesca Forzani ha buscado las claves para conseguir la excelencia en la formación de los profesores, llegando a la conclusión de que es necesario dar más importancia a la formación práctica de los futuros educadores, para que estén conectados con la realidad y -una vez que asuman el liderazgo en la sala de clases- se enfoquen en los temas relevantes que impacten en la educación de niños y adolescentes.
Forzani comenzó dando clases de su idioma natal, el inglés, y hoy es una voz autorizada en innovación docente y preparación clínica de educadores en su país. Doctorada en fundamentos y políticas educativas de la U. de Michigan, y hoy ejerce como co-directora de TeachingWorks, una iniciativa que nació en la misma casa de estudios para investigar en profundidad la formación docente, vinculando la teoría con la práctica.
“Creo que conectar la teoría y la práctica en la formación docente es un reto en casi todas partes. La enseñanza en sí misma, es decir, los detalles granulares del trabajo docente, siguen siendo poco conocidos y apreciados en todo el mundo,”, afirmó Forzani en el marco de una reciente visita al país con motivo de la inauguración del Laboratorio de Investigación e Innovación Docente (LIID) de la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián.
Cómo son los profesores de excelencia: los consejos de académica EEUU
En Chile se estima que habrá un gran déficit de docentes, hay una falta de interés por estudiar pedagogía. ¿Qué factores explican este desinterés y qué estrategias podrían ayudar a reposicionar la docencia como una profesión atractiva y prestigiosa?
La enseñanza se ha considerado durante mucho tiempo un “trabajo de mujeres” o un trabajo para personas con bajos ingresos, y los sueldos siguen siendo terriblemente bajos en comparación con otras profesiones en casi todo el mundo. Además, las condiciones de trabajo suelen ser deficientes: los colegios están masificados, los alumnos traen consigo una serie de problemas sociales y emocionales a las aulas y las jornadas son largas. Sin duda, no soy la primera en decir que es absolutamente necesario aumentar los sueldos de los docentes. Los profesores también deberían disponer de tiempo suficiente para realizar el importante trabajo que se lleva a cabo fuera del aula, como planificar las clases, revisar el trabajo de los alumnos y proporcionarles comentarios, reunirse con los padres y cuidadores, y contar con más apoyo por parte de los administradores y los auxiliares docentes para tratar cuestiones que no son de naturaleza educativa. Es mucho, pero es una inversión en nuestro futuro.
Has estudiado cómo diseñar experiencias que fortalezcan la capacidad de los futuros docentes. ¿Cuáles son los elementos esenciales que nunca deben faltar en la preparación de un buen profesor en el siglo XXI?
En el siglo XXI, todos los estudiantes merecen contar con un profesor competente y bien preparado en todo momento. Si bien es cierto que los aspirantes a docentes necesitan aprender en el aula, a partir de la experiencia, su formación clínica debe ser supervisada cuidadosamente y deben tener amplias oportunidades para practicar en entornos simulados antes de comenzar a trabajar como profesores. Un programa de formación docente de excelencia hoy en día debe tener una comprensión clara y detallada de las prácticas docentes que deben aprender sus graduados, un sistema de oportunidades de práctica que comience con experiencias simuladas y altamente estructuradas, y luego pase gradualmente a experiencias más auténticas a medida que crecen las habilidades de los aspirantes a profesores, y un sistema de evaluación que garantice que dichos aspirantes no se gradúen si no han dominado las habilidades esenciales y el criterio para utilizarlas de manera responsable y con atención a la equidad.
¿Qué lecciones se podrían aprender en Chile de la experiencia de Estados Unidos en la formación de profesores?
Estados Unidos lleva décadas experimentando con la reforma de la formación del profesorado, con éxitos y fracasos que ofrecen valiosas lecciones. Chile puede aprender de esta experiencia y adaptar los enfoques a su propio contexto y valores educativos. Algunas de las lecciones son, en primer lugar, los modelos de práctica clínica, que son programas como las residencias docentes, en las que los candidatos pasan todo un año en las aulas con profesores mentores mientras cursan sus estudios. Esto ha dado buenos resultados. Creo que Chile podría adaptar este modelo de experiencia clínica prolongada, tal vez basándose en las estructuras de las prácticas existentes. Otro aprendizaje lo constituyen los métodos basados en la práctica, que es por lo que mi organización, TeachingWorks, es más conocida. Por ejemplo, esto se consigue con el análisis profundo de videos reales de aulas, la práctica de técnicas de enseñanza específicas y el ensayo de lecciones. Este enfoque de “aproximaciones a la práctica” ayuda a tender un puente entre la teoría y la aplicación, que los cursos tradicionales por sí solos no pueden lograr. En tercer lugar, destaco la formación de docentes mentores. Los mentores necesitan habilidades específicas en materia de orientación y retroalimentación.
Una lección general podría ser que una reforma sostenible requiere un cambio sistémico, no solo en las universidades, sino también en las asociaciones con las escuelas y liceos, el desarrollo profesional continuo y la armonización de las políticas. Chile tiene la ventaja de poder aprender tanto de los aciertos como de los errores de EE.UU. Y hemos cometido muchos errores. La enseñanza y la formación docente de calidad son un trabajo en progreso en EE.UU, y recientemente hemos sufrido algunos reveses importantes. La verdad es que pocos países invierten lo suficiente en los niños.
La aparición de la inteligencia artificial está cambiando la forma en que los estudiantes aprenden y los profesores enseñan. ¿Cuál cree que es el impacto real de la IA en la enseñanza escolar y universitaria actual, y qué escenarios prevé para el futuro próximo?
Es difícil determinar con exactitud cuál es el impacto real de la IA en este momento, pero está claro que ya está transformando la educación de formas tanto visibles como sutiles. Los estudiantes utilizan herramientas como ChatGPT para escribir e investigar, mientras que los profesores están descubriendo que la IA puede ayudarles a planificar las clases y crear materiales diferenciados. Sin embargo, es probable que el impacto real varíe considerablemente en función del acceso, la formación y el apoyo institucional. Hay al menos tres áreas en las que creo que la IA está teniendo un impacto en la actualidad: el aprendizaje personalizado, en el cual la IA está empezando a ofrecer una enseñanza verdaderamente individualizada a gran escala, algo a lo que llevábamos mucho tiempo aspirando, pero que no podíamos lograr con los métodos tradicionales. Ahora los estudiantes pueden recibir comentarios inmediatos y contenidos adaptados. Otro aspecto es la eficiencia de los docentes: los educadores están descubriendo que la IA es muy útil para tareas administrativas, como generar preguntas para exámenes, crear rúbricas o proporcionar comentarios iniciales sobre los escritos de los alumnos, lo que podría liberar tiempo para actividades docentes de mayor nivel, aunque se desconoce si los docentes realmente utilizan el tiempo ahorrado para otras actividades académicas. Por último, estamos replanteándonos cuestiones fundamentales sobre la evaluación, la integridad académica y las habilidades que los alumnos realmente necesitan desarrollar cuando la IA puede encargarse de ciertas tareas. Preveo que la IA se convertirá en una especie de asistente de enseñanza en todas las aulas, sin sustituir a los profesores, sino amplificando sus capacidades.
En lo que respecta a los programas de preparación de profesores, nuestro reto es formar a educadores que puedan integrar la IA de forma reflexiva, manteniendo al mismo tiempo los elementos humanos que hacen que la educación sea transformadora: la empatía, la creatividad y el pensamiento crítico.
“Prohibir o ignorar la IA nunca funcionará”
¿Cómo pueden las facultades de educación chilenas preparar a los futuros educadores para enfrentarse a un contexto en el que los niños y jóvenes ya aprenden de algoritmos, redes sociales y entornos digitales paralelos a la sala de clases?
Los estudiantes de hoy en día están aprendiendo simultáneamente de múltiples fuentes: videos de TikTok, tutoriales de YouTube, chatbots con IA y redes de compañeros en línea. Los programas de formación del profesorado deben ayudar a los futuros educadores a ver esto no como una competencia, sino como una oportunidad para convertirse en facilitadores del aprendizaje en un ecosistema mucho más complejo. Yo diría que es un ecosistema más rico, porque podría serlo, pero la verdad es que aún no sabemos cómo estas tecnologías van a afectar e interactuar con nuestras vidas. Podría ser más rico, pero también podría ser traicionero y aterrador. Teniendo en cuenta todo esto, ahora es más importante que nunca que los maestros ayuden a los estudiantes a desarrollar habilidades de pensamiento crítico y alfabetización mediática. Debemos capacitar a los maestros para que ayuden a los alumnos a evaluar las fuentes de información, reconocer los sesgos y comprender cómo los algoritmos dan forma a lo que ven. Los futuros docentes deben aprender a guiar a los alumnos para que se pregunten: ¿Quién ha creado este contenido?, ¿cuál es su objetivo?, ¿qué falta?. He oído hablar de algunos profesores que prohíben el uso de la IA y las plataformas relacionadas en las aulas y en todas las tareas escolares, y puede que haya casos en los que eso tenga sentido, por ejemplo, en determinadas materias y tipos de tareas. Sin embargo, en general, sospecho que prohibir o ignorar la IA nunca funcionará. Estas herramientas han llegado para quedarse, y los alumnos lo saben.
Si tuvieras que imaginar la educación ideal del futuro, una que garantice un aprendizaje sólido y al mismo tiempo fomente la empatía humana, ¿cómo la describirías?
La educación ideal del futuro aprovecharía el poder de la tecnología para personalizar y mejorar el aprendizaje, al tiempo que preservaría y fortalecería deliberadamente los elementos profundamente humanos que la tecnología no puede replicar. Sinceramente, no estoy segura de cómo sería eso, pero imagino que incluiría un aprendizaje personalizado. Pienso en salas de clases en las que la inteligencia artificial ayude a cada estudiante a progresar a su ritmo óptimo en sus propias habilidades básicas, liberando a los maestros para que se centren en proyectos colaborativos, debates socráticos y relaciones de mentoría. Los estudiantes tendrían itinerarios de aprendizaje individuales, pero trabajarían juntos en problemas significativos del mundo real. Esta educación produciría graduados que dominan las tecnologías digitales y son profundamente humanos, capaces de aprovechar la tecnología para el bien común, al tiempo que mantienen la sabiduría, la creatividad y la compasión. Estos niños y jóvenes del futuro deberían considerar el aprendizaje como algo permanente y comprenderían su responsabilidad de contribuir a sus comunidades. Quiero dejar claro que es mucho más fácil describir esta visión que llevarla a la práctica. Se trata de una tarea increíblemente compleja, por lo que espero que todos podamos estar a la altura del desafío.
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