Nicolás Jarry (98º) regresaba al circuito tras su gran participación en Wimbledon, donde por primera vez alcanzó los octavos de final viniendo desde las clasificaciones. Después de un par de semanas de descanso, la siguiente parada era el ATP 250 de Kitzbühel, donde llegó gracias a una invitación de los organizadores, cuya empresa (Octagon) es la misma que representa al tenista nacional.

En la arcilla de la ciudad austriaca, donde la altitud es similar a la de la zona oriente de Santiago (762 metros), Nico debutó frente al neerlandés Botic van de Zandschulp (103º), en un partido que controló por varios pasajes, especialmente en el tercer set. Sin embargo, tuvo un desenlace terrible para él, pues terminó inclinándose por 6-4, 4-6 y 6-3.

La primera manga fue muy pareja y el número uno chileno tuvo dos puntos de quiebre a su favor en el octavo juego, pero no los supo aprovechar. Por el contrario, el europeo concretó la única que tuvo y se llevó el capítulo inicial.

Jarry no bajó los brazos y en el tercer juego del segundo parcial, logró el ansiado quiebre. Si bien salvó su servicio en el siguiente, luego no pasaría zozobras y con bastante inspiración llevó el encuentro a un set definitivo.

El descalabro

Ese buen momento lo prolongó en el inicio del tercer capítulo. En el primer game logró un quiebre que parecía encaminarlo. Llegó a estar 3-1 en ventaja, pero de ahí en adelante todo fue para el extop 30, quien quebró en el sexto y en el octavo. Los errores no forzados del chileno y algunas decisiones erradas terminaron sepultando sus opciones de avanzar en la arcilla austriaca.

Ahora, Jarry se enfocará en los torneos de cemento de Norteamérica, que serán preparatorios para el Abierto de Estados Unidos, donde ingresó directamente al cuadro principal.

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