Rápidos y Furiosos vuelve con uno de sus títulos más cómicos y extensos

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Dwayne Johnson y Jason Statham.

Dwayne Johnson y Jason Statham protagonizan el primer spin-off de una franquicia cada vez más gigantesca. Debuta mañana con la aspiración de terminar con el reinado de Disney en la taquilla local.


Tal es la confianza en el producto que en el título se alude a dos nombres propios: Hobbs y Shaw. El apellido de dos personajes que los más familiarizados con la saga de seguro conocen, pero que poco dirá a los que no han visto ninguna de las ocho entregas previas. La jugada, desafiante hasta cierto punto, será parte de lo que se pondrá a prueba desde mañana en cines chilenos, cuando debute Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw, el primer spin-off de la franquicia, concentrado en los personajes de Dwayne Johnson y Jason Statham.

La popularidad de "La Roca" es una de las razones de la existencia de la película, pero también a la identidad que alcanzó la saga en la última década, con su pirotecnia destemplada, asumida megalomanía y cero temor al ridículo, con lo que alcanzó el respaldo de parte de la crítica y millones en el mundo. En Chile –así como en el resumen global–, los dos filmes más recientes ocuparon el tercer casillero de las cintas con más público de los años 2015 y 2017, con más de un millón de espectadores por separado. Romance total entre el público y aventuras cada vez más desatadas e irrisorias, que se han dado el lujo de fichar a nombres como Charlize Theron, Kurt Russell y Helen Mirren.

En lo inmediato, al menos en cines chilenos, el objetivo de Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw es romper con la imparable racha de Disney, que acumula 14 semanas consecutivas liderando la taquilla con diferentes filmes, desde Avengers: Endgame a El rey león.

¿Con qué va a la carga esta vez la saga que fundaron Vin Diesel y Paul Walker en 2001? Sobre todo con una dosis poderosa de humor y apelando a la inoxidable lógica de las "buddy movies", que proclama que la química entre dos tipos puede empujar hasta la más floja historia. Johnson y Statham, el agente norteamericano que vive con su hija en Los Angeles y el integrante de las fuerzas especiales británicas que visita a su madre en la cárcel (Helen Mirren), sin buscarlo se van de viaje por el mundo, detestándose y compitiendo por quién golpea más duro a sus contrincantes.

Londres, Rusia, Ucrania y Samoa son testigos del itinerario de puñetazos y bromas de la pareja, obligada a unirse para evitar una catástrofe mayor: Brixton Lore (Idris Elba), un hombre equipado con tecnología cibernética que lidera una organización que busca un letal virus, quiere provocar algo parecido al apocalipsis. Hobbs, como dice en un momento, está decidido a salvar al mundo por cuarta vez, y Shaw tiene comprometidos intereses más personales, porque su hermana, Hattie (Vanessa Kirby), se cruza con el plan del villano de turno.

En un momento el trío protagónico se convierte en blanco de persecución por parte de los servicios de inteligencia británicos, pero de todos modos caminan tranquilos por las calles londinenses. A cambio, segundos antes hay una larga secuencia entre un auto y una moto que corta la respiración (tal vez la mayor virtud del director David Leitch, en su debut en la saga luego de Deadpool 2 y Atómica). Es finalmente el juego que hace rato viene proponiendo la franquicia, de pirotecnia, desvergüenza y carencia de lógica, aunque esta vez quizás con más humor y autoconciencia que nunca; para luego, hacia el final, reforzar sus ya clásicas consignas ligadas a la incondicionalidad de la familia, con aun más acción y un gesto al origen samoense de la madre Johnson. La aventura se empina por los 136 minutos de metraje (incluyendo cameos y una divertida e innecesaria escena postcréditos), duración que la pone entre los títulos más extensos de la franquicia, apenas por debajo de Rápidos y furiosos 7 (137 minutos) y a la par de la octava entrega.

A la espera de ver si rinde en taquilla –y de una novena parte que ya se está filmando–, la saga empieza a echarse al bolsillo nuevamente a buena parte de la crítica. "Hobbs & Shaw funciona como una comedia de la vieja escuela que simplemente gira en torno a dos de las estrellas de acción más grandes que trabajan hoy", señaló IndieWire, que también valoró "el mensaje más amplio: si Hobbs y Shaw pueden aprender a llevarse bien, puede haber esperanza para todos nosotros". The Guardian la tildó de "inesperadamente divertida", y la revista Time, más contenida, reseñó: "En la segunda mitad de la película, las acrobacias se vuelven cada vez más extravagantes. Comienzan a parecerse menos a diversión y más a trabajo, y llevan el ritmo de la película fuera de control".

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