El “comandante Emilio” vuelve a una cárcel chilena: en cuarentena, con custodia directa y lejos de su excompañero del FPMR

Raúl Escobar Poblete, procesado por el crimen al senador UDI Jaime Guzmán, llegó anoche a territorio nacional, desde México. El ministro en visita Guillermo de la Barra lo notificó de sus cargos y su condición de reo, para luego ser trasladado al Área de Salud (ASA) de Santiago 1, donde permanecerá por 14 días y vigilado 24 horas por funcionarios de Gendarmería. No fue interrogado y se espera que esa diligencia se concrete la próxima semana.


Desde hoy ya no será más Ramón Guerra Valencia, sino que volverá a ser Raúl Escobar Poblete. Su primera identidad la obtuvo en 2007, en México, luego de llegar hasta San Miguel de Allende, zona turística que lo vio nacer y caer, cuando en junio de 2017 fue detenido por formar parte de una banda de secuestradores. Ese día comenzó su periplo para volver a ser el “comandante Emilio”. Esa es la “chapa” con la que se le conoce en Chile, luego que a mediados de los 80 formara parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), iniciando una carrera de guerrillero que lo llevó a la primera línea del grupo, al participar en el asesinato del senador UDI Jaime Guzmán, en 1991.

Pasaron casi 30 años desde entonces y hoy deberá conocer las rejas de un recinto penitenciario nacional, tras estar cinco años preso, pero en México. Esta vez, será en Santiago 1, aunque no ingresará de inmediato a las sombrías galerías de esta icónica cárcel chilena, sino que deberá cumplir con una cuarentena obligatoria por la emergencia sanitaria del Covid-19. Serán 14 días que el exguerrillero dormirá en una pieza personal, con baño incluido, en el Área de Salud (ASA) de Gendarmería.

Allí contará con escolta personal, siendo vigilado directamente por un funcionario de Gendarmería por 24 horas y asilado de recibir visitas, por los protocolos de la cuarentena. No tendrá televisión y solo podrá tener acceso a una biblioteca rodante que la institución penitenciaria facilita a los demás internos del lugar.

El recinto -al estar en concesión- cuenta con nutricionista, que determina si alguno necesita alimentación especial, pero como Escobar Poblete no viene con indicaciones médicas, comería lo que llaman en los penales “el plato del día”. Es el ASA el que se preocupa de la salud y alimentación, Gendarmería está preocupado principalmente de la seguridad del interno.

Después de que pasen los 14 días de cuarentena preventiva, Gendarmería echará a andar la otra parte del plan: asignarle un penal para cumplir el proceso judicial que enfrentará en Chile. Eso aún no está definido, dado que depende de lo que disponga el juez Guillermo de la Barra, quien esta mañana ya conversó con “Emilio” para notificarlo de su situación procesal.

Lo que sí está claro es que no estará cerca de Mauricio Hernández Norambuena: el exlíder del FPMR quien está recluido en la Cárcel de Rancagua, a unos 85 kilómetros de distancia de su excompañero de armas. Por razones de seguridad, en Gendarmería tienen descartado que ambos compartan un centro de reclusión.

Según explicaron quienes estuvieron en este procedimiento, Escobar fue notificado de sus cargos y derechos por el magistrado, en el Centro de Justicia. Allí estuvo siempre escoltado por Gendarmería, luego de ser entregado por efectivos de la PDI.

De la Barra -juez de la Corte de Apelaciones de Santiago, que entre otras causas investigó el fraude al interior de Cema Chile- no le tomó declaración a Escobar, solo lo “puso en conocimiento” de las razones de su extradición y otros trámites procesales. Por ahora, no se tiene claro cuándo entregará su testimonio, dado que es algo que tiene que determinar el magistrado, aunque podría concretarse la próxima semana.

Escobar en palabras de Palma

Escobar Poblete y Palma Salamanca fueron muy cercanos. Además de compartir labores en el FPMR, ambos vivieron a sólo metros en San Miguel de Allende, en México, como prófugos de la justicia chilena y bajo identidades falsas.

Fue Escobar quien llegó primero y luego “el Negro”. Los amigos mexicanos de “Emilio”, o de “Ramón Guerra”, nunca sospecharon que ambos traían una amistad desde Chile, nunca ninguno lo mencionó incluso.

Palma en México era “Esteban” y se desempeñaba como fotógrafo en una galería de arte en la ciudad. Allí a veces se veía con Escobar Poblete y compartían un grupo de amigos, y hasta, algunos partidos de fútbol por el equipo “Generación 35″.

“El Negro” -hoy con asilo político en Francia- describió detalladamente a su amigo en su libro El gran Rescate. Allí cuenta cómo se fraguó el escape del grupo desde la CAS -donde “Emilio” habría sido uno de sus organizadores fuera de las rejas- y recordó las características de su compañero de armas.

“Cada vez que tomaba la palabra, era escuchado como si sus frases mantuvieran de alguna forma la coherencia de todo aquello que a primera vista parecía un soberano monumento inalcanzable. Buscaban ardorosamente la mejor forma de hacer las cosas, con celo y cautela, para no dejar siquiera un rastrojo de pista a sus futuros perseguidores. Porque había que ver cómo se iba a poner todo eso después del rescate”, se lee en la publicación.

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