La trama detrás de la adaptación fílmica de Tengo miedo torero, la popular novela que Pedro Lemebel publicó en 2001, no estuvo exenta de tensiones e inconvenientes. Antes incluso de su rodaje, a mediados de 2019, se destapó una disputa por los derechos de la adaptación audiovisual del libro, que involucró en su momento a la familia del fallecido autor, a editorial Planeta y al productor Jorge López, de Zapik Films, quien había adquirido los derechos de dos guiones para llevar la historia a la pantalla: uno escrito por el propio Lemebel y otro por Mateo Iribarren.

Finalmente todas las partes llegaron a un acuerdo formal, Zapik se asoció para el rodaje con la productora local Forastero -que en diciembre de 2019 quedó como titular exclusivo de la licencia para adaptar y explotar cinematográficamente la novela- y pese al cierre de las salas la cinta tuvo un exitoso estreno online para el público chileno en septiembre del año pasado, con elogiosos comentarios en redes sociales y funciones por streaming que, según sus realizadores, alcanzaron entre 170 mil y 200 mil espectadores. De ese hito se desprende la última polémica que envuelve a los realizadores de la película.

Esta semana, Gregorio González Nicolini, socio, gerente y representante legal de Forastero, presentó en el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago una querella criminal por los delitos de estafa y apropiación indebida en contra de Alfredo Troncoso Leone, productor asociado de la cinta, encargado de la música del largometraje y también de la avant premiere telemática del filme. Una polémica que estalla a sólo dos días del estreno de la cinta para diversos países a través de la plataforma Amazon Prime Video, fijado para este viernes 16.

El querellado no es un desconocido en el mundo del audiovisual y menos en el circuito musical chileno, ya que a fines de los años 70 creó Macondo Konzerte, una reconocida productora nacional fonográfica y de conciertos, que además funciona como oficina de representación de agrupaciones como Inti-Illimani Histórico y Quilapayún, además de artistas internacionales como Pedro Aznar y Eva Ayllón (estos dos últimos, parte de la banda sonora de la película Tengo miedo torero).

En concreto, González acusa a Troncoso -que en el documento figura como “tercero asociado de Zapik”- de no haberle cancelado a Forastero los $159 millones que les correspondían a la firma por las ganancias del estreno online, de acuerdo a una escritura pública firmada en agosto de 2020 en la que Zapik y Forastero cerraron un acuerdo de distribución del filme en la plataforma de exhibición de la empresa Puntoticket.

En ese momento se acordó que los ingresos obtenidos por el estreno online “serían repartidos en partes iguales, y especificando que los dineros resultantes de dicho negocio deberían ser depositados por Puntoticket en las cuentas de cada una de las empresas por separado”, según se lee en la querella.

Allí también González especifica que “al momento de suscribirse este último acuerdo, el querellado Alfredo Troncoso Leone, que oficiaba como un tercero asociado de Zapik, ya estaba negociando en representación de Forastero y Zapik los términos del contrato que se debía suscribir con Puntoticket, sin embargo, a espaldas de mi parte, se adelantó a suscribir directamente con esta última compañía un anexo al contrato marco de prestación de venta de boletas, recaudación, y otros, a través de su sociedad Alfredo Troncoso Leone y Compañía Limitada”.

Según el relato del gerente de Forastero, “al tomar conocimiento de esta situación y pedir una explicación, ya que Alfredo Troncoso Leone carecía de todo derecho a firmar un contrato de esa índole, salvo que lo hiciese en representación, y autorizado mediante actuación conjunta de Forastero y Zapik, los representantes de esta última y el querellado nos señalaron que era mejor hacer todo a través de Alfredo Troncoso Leone, porque obtendría mejores condiciones comerciales, y porque éste podría obtener el beneficio de exención de IVA al espectáculo cultural”.

Finalmente, tras varias discusiones entre las partes, el documento establece que se resolvió llegar a un nuevo acuerdo “mediante un contrato de cuentas en participación entre Alfredo Troncoso Leone y Compañía Limitada y Forastero, además de un mandato irrevocable de Alfredo Troncoso Leone y Compañía Limitada a Puntoticket, para que esta última pagase directo a nuestra parte su porcentaje de la recaudación”.

Bajo ese último acuerdo -asegura el querellante- se estrenó finalmente Tengo miedo torero en septiembre de 2020, a través de la plataforma PuntoPlay (de Puntoticket), “comercializándose en dos funciones de avant premiere y una semana de video en demanda transaccional”.

¿Qué pasó con esos pagos? De acuerdo al testimonio de González, el 24 de noviembre pasado, al consultar por las liquidaciones que le correspondían a Forastero, “Puntoticket nos informa que el monto recaudado, después de los descuentos correspondientes, le había sido pagado en su totalidad a Alfredo Troncoso Leone y Cía Limitada hace largo tiempo, lo que

éste último se había encargado de negar hasta ese momento”. A su vez, la ticketera le notificó en ese instante que “el mandato irrevocable había sido revocado por el querellado”.

En definitiva, según el productor, el pago de los $159.860.304. adeudados a Forastero “no sólo había sido ocultado por Troncoso, sino que además contravenía los claros términos del mandato irrevocable que firmó Troncoso y cuyo texto o borrador había sido enviado por el propio Puntoticket”, lo que “denotaba un actuar doloso” de parte del querellado.

Dos versiones

La historia entre las partes no quedó allí, ya que el gerente de Forastero asegura en su relato que a fines de noviembre pasado finalmente Troncoso “dejó una liquidación en notaría, pero se negó a enviar un borrador de dicha liquidación por correo electrónico. Al ir presencialmente a firmarla y retirar el pago, con gran sorpresa nos percatamos que la liquidación referente a las ventas incluía una comisión no acordada en su favor de un 25%, que era manifiestamente improcedente”.

“Además constatamos que no habían depositado o dejado en Notaría el documento de pago de los valores, sino que se planteaba efectuar la restitución diez días hábiles después de aceptada la liquidación”, agrega la querella.

De acuerdo a González, tras varias conversaciones entre las partes, Forastero incluso se habría abierto a la opción de ceder la “comisión que se auto designó Troncoso”, pero que con el correr de los días se dieron cuenta que “la verdadera intención de este último no era sino quedarse con todo el dinero”. Esto, según el productor, porque “en definitiva, luego de varias condiciones y excusas para dilatar la restitución del dinero, en correo electrónico de 27 de enero de 2021, (Troncoso) terminó diciendo inexplicablemente que entregaría los fondos que pertenecían a Forastero, a Zapik”.

A partir de esto último, la acción judicial por estafa y apropiación indebida también se presentó contra todos quienes resulten responsables en calidad de coautores, cómplices o encubridores de los eventuales ilícitos, ya que según el testimonio de González “cabría presumir que el representante de esta última (Zapik) fue desde un principio parte del engaño descrito destinado apoderarse del dinero”.

Si bien hasta el cierre de esta edición Gregiorio González no estuvo disponible para profundizar en la acción judicial que interpuso, Alfredo Troncoso, consultado por el tema, entrega una versión distinta de los hechos a La Tercera PM y asegura no haber sido notificado de la querella en su contra.

“No tengo ninguna relación con Forastero, mi relación es con Zapik, con quienes hice el contrato de distribución y ya está todo eso liquidado correctamente. Tengo toda la documentación de respaldo. En ese sentido estoy súper tranquilo porque hice todos los pagos pertinentes a la empresa que corresponde y también al director de la película, que eran los compromisos que tenía que pagar”, comenta el productor.

Y sobre los eventuales montos adeudados, especifica: “Mi parte ya terminó. El tema ya es entre Zapik y Forastero. Yo ya cumplí con lo que me correspondía (...) les dejé a ellos (Forastero) una documentación en notaría para que la recibieran. Allí retiraron en esa notaría Zapik, el director Rodrigo Sepúlveda, y Forastero no tengo idea por qué no la retiró. Y cuando pasó el tiempo y no las retiró Forastero yo le liquidé esas platas a Zapik. Porque yo solamente obtuve mi porcentaje como distribuidor y de eso tengo los contratos, las facturas, todo”.