
Las “astillas”, invernaderos y el relato de un comprador: Cómo funcionaba el cultivo y venta de marihuana en Temucuicui
La relación entre el tráfico de drogas y la comunidad Temucuicui es un foco investigativo que el Ministerio Público y la PDI vienen siguiendo desde mayo pasado. Ya en septiembre habían teléfonos intervenidos y en diciembre hubo un sobrevuelo en los predios indagados, donde se detectaron plantaciones de cannabis.

Hace cerca de ocho meses que la relación entre venta de droga y comunidades mapuche era un foco investigativo del Ministerio Público y la PDI. Y ayer, lo que sería un allanamiento en la comunidad Temucuicui de Ercilla con 800 detectives para dar cuenta de este vínculo, terminó parcialmente interrumpido por ataques de desconocidos hacia los policías: 11 funcionarios heridos y uno fallecido producto de un disparo, así como la incautación de solo una parte de la droga que se quería requisar, fue el saldo del día. La reconstrucción de los presuntos ilícitos que ocurrirían en este lugar -y que justifican la diligencia- se encuentran plasmados en una serie de documentos e informes que fueron autorizados judicialmente para realiza el operativo final.
El 7 de diciembre del año pasado, el Juzgado de Garantía de Collipulli autorizó una diligencia clave solicitada por la Fiscalía Regional de La Araucanía: el sobrevuelo de la Brigada Antinarcóticos y Crimen Organizado de la PDI sobre la comunidad Temucuicui. El operativo tenía como objetivo verificar la existencia de plantaciones de marihuana en el terreno y donde habían sospechas del cultivo ilegal de cannabis sativa para su comercialización.
El procedimiento se llevó a cabo el 20 de diciembre, en que los investigadores dieron con lo que estaban buscando: 10 invernaderos de marihuana de diferentes dimensiones. Según un documento remitido por el Ministerio Público al tribunal, tras la diligencia se logró observar “a través del nylon transparente que en su interior mantiene gran cantidad de especies vegetales frondosas de color verde, que se visualiza que algunas especies se encuentran tocando el techo. De la misma manera, se observa gran cantidad de humedad evaporada, lo que según informan los investigadores de la Unidad Especializada Antinarcóticos son características propias de las plantación de cannabis”
El operativo tenía su origen en la causa abierta por la Fiscalía Regional de La Araucanía, bajo la Ley de Drogas, contra más de 20 imputados por el cultivo de marihuana, su comercialización, y además, una serie de hechos asociados a violencia rural, entre esos, homicidios frustrados a Carabineros y tráfico de armas.
La investigación comenzó a configurarse en mayo del año pasado, pero comenzó a dar sus primeros frutos en octubre, luego de intervenir una serie de teléfonos en causas asociadas al tráfico de drogas en la Región de La Araucanía. Una de esas -y la que justificó el sobrevuelo en la comunidad Temucuicui- tiene que ver con el seguimiento a un imputado de iniciales J.R.L.T. (la identidad del imputado se mantiene en reserva por las policías y la fiscalía).
El 25 de septiembre, un informe de la PDI de Angol dio cuenta de una comunicación entre este imputado y un tercero, que posteriormente fue identificado como miembro de la comunidad Temucuicui, bajo las iniciales M.O.M.M. (nombre también en reserva por los investigadores, por encontrarse prófugo). El sospechoso le dice al comunero, en la llamada que registraron los detectives, que “tengo un pescado grande. Está bueno”, por lo que acordaron reunirse a las 16.00 de ese día.
Según la investigación de la PDI y el Ministerio Público, el comunero sería proveedor del sospechoso seguido por la policía, algo que ya se presumía en los cuarteles policiales de La Araucanía. Por lo mismo, el 7 de octubre, previa autorización judicial, se intervino el teléfono de M.O.M.M.
Cinco días después, los detectives ya estaban escuchando en el cuartel de Angol las conversaciones del comunero, quien el 12 de octubre se comunicó con el imputado J.A.G.B, quien a su vez también estaba “pinchado”, pues era objeto de otra investigación por tráfico de drogas. Ahí, ambos acordaron la entrega de “500 astillas”. El negocio se cerró días después, por un valor superior al $ 1.350.000.
El 19 de octubre vendría otra compra, y esta vez mayor. Según fuentes del caso, quienes se dedican a la venta de marihuana en la comunidad Temucuicui no venden menos de 500 gramos. Es así que ese día J.A.G.B. acordó con su contacto de Ercilla que compraría más “astillas”: el negocio se cerró, pero el comprador no sabía que la PDI lo estaba esperando a los pocos metros para tomarlo detenido, incautarle la droga y comenzar a deshilachar la trama del caso.
El imputado J.A.G.B, quien actualmente está en prisión preventiva, declaró ante los investigadores el 17 de diciembre. Ese día señaló a detectives y fiscales, y según expuso el Ministerio Público en una solicitud de entrada y registro a la comunidad Temucuicui, cómo fue que llegó a su contacto en la zona y los montos que manejaban.
“Me dijeron que primero hablara del teléfono de Jonathan para que el peñi me agarrara confianza y ahí empezamos a hablar con él. Tuvimos una conversación larga, ahí aclaramos los precios de la marihuana y las cantidades que él vendía, porque no entregaba menos de medio kilo”. Quedaron de hablar por teléfono más adelante y él guardó su número.
El comprador agregó que “le pregunté por ‘astillas’ porque él me dijo que cuando lo llamara para comprar marihuana tenía que preguntarle por ‘astillas’, entonces lo llamé en septiembre, que fue la primer vez que le compré. Le pedí que hiciera una excepción y me vendiera 400 gramos porque yo no tenía más plata, yo tenía $ 1.350.000 y con eso me alcanzaban 400 gramos, y cuando nos pusimos de acuerdo y yo solamente tenía que ir a buscarlos a donde él vive en la comunidad Temucuicui. Me dio las indicaciones de cómo llegar, me dijo que primero tenía que pasar por Collipulli, luego a Ercilla, luego un camino a la derecha y de ahí para adentro había un cruce que va para Temucuicui y el otro para Chacaico. Yo me acuerdo que tomé el camino a Chacaico y que llegué a la segunda garita que es naranja y tiene un ramo de flores, por ese camino, uno se mete a mano derecha y uno llega a una comunidad, donde hay como cinco casas y un galpón”.
El relato continúa con la última compra: “El peñi venía manejando y los otros ocupaban el puesto de copiloto y los tres de atrás y cuando llegaron, el peñi se bajó, me saludó y dijo ‘pásenle las cosas de atrás al joven’ y ahí uno de ellos me pasó las dos bolsas con medio kilo de marihuana por lo que le pagué $ 1.750.000 en efectivo al peñi. Nosotros nos volvimos por el camino a Ercilla y cuando íbamos saliendo de Collipulli, camino a Angol, nos agarraron los PDI y nos registraron la camioneta y me encontraron las dos bolsas de marihuana”.
La PDI hizo un análisis del patrimonio del “peñi” M.O.M.M.. Este cuenta con un predio en la comunidad Temucuicui, donde hay ocho casas destinadas a la “habitación” y otras edificaciones que puede ser consideradas como bodegas e invernaderos. Además, cuenta con siete vehículos inscritos a su nombre, entre ellos dos camionetas Toyota Hilux, una avaluada en $ 15 millones y otra comprada el 28 de agosto en $ 19 millones.
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