Una historia “histéricamente inverosímil” sobre “un gordito al que le hacían bullying”: Hablan los protagonistas de la serie basada en Sergio Jadue

Andrés Parra y Paulina Gaitán en El presidente. Foto: Amazon Prime Video

El colombiano Andrés Parra y la mexicana Paulina Gaitán conversan con La Tercera PM sobre El presidente, la serie inspirada en el FIFA Gate y en el exmandamás de la ANFP que Amazon Prime estrena este viernes. “Llegamos a lugares delirantes, como es la misma historia de Jadue”, señala el actor de Pablo Escobar, El patrón del mal.


“¡Se dejó ver, se dejó ver!”. En abril de 2019, algo como eso le comentó Andrés Parra (42) a su esposa. No se encontró con un viejo amigo ni tampoco creyó ver un fantasma. La celebración respondía a cómo las lecturas, los visionados y los ensayos de meses alcanzaban el resultado que había buscado: el Sergio Jadue que se le había encargado interpretar se dejaba ver en las filmaciones de El presidente en Santiago, muy lejos en distancia del real, en Miami desde mediados de 2015 como testigo encubierto de la investigación del FBI, pero ajustado en gestos y tono a lo que demandaba la ficción.

“Yo puedo tener mucha información y tener muy clara la esencia en mi cabeza y en los libros, el tema es en qué momento eso realmente penetra en uno y se manifiesta”, dice a La Tercera PM Andrés Parra, diez meses después de terminar el rodaje de la serie que Amazon Prime Video estrena este viernes, centrada en el FIFA Gate y el auge y caída del mandamás de la ANFP entre 2011 y 2015.

Como un especialista en su labor, el colombiano tiene lo que denomina “una receta”. La aplicó con Pablo Escobar en El patrón del mal y con Hugo Chávez en El comandante. Devora todos los libros y artículos que encuentra, suma audios y ve abundante material audiovisual incluso si no tiene que ver con el personaje; en este caso agregó a su estudio programas nacionales como matinales para ejercitar el acento.

El actor colombiano como Sergio Jadue en la ficción de ocho episodios.

“Esto es algo que uno solo no lo puede hacer”, afirma el actor, junto con detallar su colaboración con el director general, el argentino Armando Bó, y las chilenas Muriel Parra (diseñadora de vestuario) y Margarita Marchi (jefa de maquillaje y peluquería), además de la búsqueda exhaustiva de la voz del calerano: “Tuve un trabajo con mi coach vocal aquí en Colombia, Magda Miño, para trabajar los resonadores de Jadue, exactamente por dónde habla, dónde tiene colocada la voz. Y ya en Chile, por supuesto un trabajo también muy fuerte con Loreto Araya, nuestra coach de acento chileno”.

Previo a su llegada al país, recuerda que tuvo cuatro meses para preparar al Sergio Jadue que encarnaría, “ingenuo, un poco manipulado por todo el mundo, que no encaja muy bien en ninguna parte, como me pasó a mí, como el gordito pues que hacían bullying en el colegio”, señala Parra.

En ocho episodios, la ficción también dirigida por el chileno Gabriel Díaz y la mexicana Natalia Beristáin ubica al centro el negocio del fútbol y sus “dueños”, los dirigentes, como dice en la historia Julio Grondona, fallecido padrino del fútbol argentino que ejerce como narrador. Pero al mismo tiempo es la historia de un matrimonio, la dupla de Sergio Jadue con María Inés Facuse, “Nené”, su esposa en esos años. “Un matrimonio, un equipo, dos que van en la misma dirección”, define la actriz mexicana Paulina Gaitán (28), con experiencia previa en vínculos complicados: tuvo el rol de la pareja de Pablo Escobar en las dos primeras temporadas de la serie Narcos.

En el perfil Jadue en caída libre del periodista Rodrigo Fluxá, con el que partió la primera idea del proyecto de Fábula, a Facuse se le describe como “activa y frontal” y con un despliegue en la ANFP que respondía a “un papel con aspiraciones de primera dama”. Un punto que la ficción hace propio y que le tocó interpretar a Gaitán.

Nené (Paulina Gaitán) en la sede de la ANFP.

“Creo que se sabe que la que lleva la batuta es ella, se ve, ella es la que mueve a Sergio. Es la manera en la que crecieron, ellos vienen de La Calera, es la manera en la que siempre se comunicaban, su matrimonio funcionaba así. Queda muy claro que la que lleva las riendas en ese matrimonio es ella”, indica la actriz, junto con defender su propia versión: “Yo no soy una imitadora, a mí me gusta que mis personajes tengan algo específico. Este personaje, Nené, a mí me gustó muchísimo, me enseñó mucho, aprendí mucho con ella, esta mujer tan empoderada, tan decidida. Se vuelve un personaje, para uno como actor, muy rico de crear y de disfrutar”.

-¿Cómo describiría el desafío de hacer empáticos dos personajes con los que en el papel es difícil empatizar?

Paulina Gaitán: Creo que la gente siempre quiere hacer el malo-malo, el bueno-bueno, y a mí no me gusta irme a los extremos. Creo que las personas tienen su lado bueno y su lado malo. Es muy interesante como actor buscar esos dos espacios y mostrárselos al público. Los personajes no solamente son el monstruo o el bondadoso, no olvidemos que existen los matices. Siento que Nené los tiene, siento que Sergio los tiene, siento que Harris (la agente del FBI, interpretada por Karla Souza) los tiene. Creo que todos los personajes de esta serie tienen ese arco dramático que hace que la gente quiera verlo.

La comedia negra de Jadue

Antes que el thriller o el suspenso, el registro que domina El presidente es una marcada sátira, conducida por la narración de un Grondona que desnuda los secretos del mundo del fútbol y la danza de millones alrededor de la organización de un Mundial o el nacimiento de una nueva promesa del balompié. Es el énfasis que terminó alcanzando la producción comandada por Armando Bó, guionista y ganador del Oscar por Birdman, para asombro de sus protagonistas.

“Yo creo que la comedia fue una sorpresa que nos dio la serie yo creo que a todos, esa es mi teoría de los hechos. Creo que todos quisimos entrarle a la serie de una manera muy seria, pero cuando nos encontramos con esto tan absolutamente sarcástico, que es la misma historia, la historia es histéricamente inverosímil, empieza a aparecer un tono que obedece más a las circunstancias que al personaje, yo creo. Las circunstancias es lo que es absolutamente cínico, irónico y sarcástico”, opina Parra. “Llegamos a lugares delirantes, como es la misma historia de Jadue”.

La pareja protagónica en el segundo capítulo de la serie.

"Yo estaba filmando y juraba que estábamos haciendo un drama. Jurábamos que estábamos en el drama total. Fue que empezamos a ver lo que se estaba haciendo y dijimos: claro, esto tiene tintes de comedia. Se vuelve mucho más interesante porque creo que la serie no es el dramonón de la corrupción”, apunta Gaitán, quien además celebra el tipo de relato latinoamericano que ofrece: “(Luego de) tanta historia tan violenta, con tantos narcos, con tanta droga, con tanto tema de prostitución, de violaciones, que Amazon Prime Video traiga una serie de fútbol, hablando de otro tema, yo creo que enriquece y el público también lo aprecia”.

-¿La definición de este Sergio Jadue más ingenuo, en cuánto se asemeja al Sergio Jadue de por ejemplo de los últimos años, que era un tipo que quizás a través de los medios se veía más soberbio?

Andrés Parra: Sí, no tiene nada que ver. Eso lo hace maravilloso también, porque ya uno puede empezar a dibujar la curva. Es un personaje que muta, se transforma, eso es maravilloso para uno. Es un personaje que en medio de la presión de la esposa y en medio de su propia ambición y en medio de llegar a esta cloaca a la que llega, donde todo el mundo está untado y el que no se unta se tiene que ir… Pues empieza esa transformación. Y es muy bonito, porque es muy lindo también poder abandonar ese Jadue un poco víctima, ¿verdad? Y poderle dar paso a la soberbia, a la antipatía, al gusto por el poder, y cómo ese mismo poder lo va llevando al abismo, lo va llevando al despeñadero, que también es un momento fabuloso del personaje, ese momento en que ya sabe que en cualquier momento el mundo entero se va a enterar de su gran mentira, pues eso es delirante. Yo a veces me pongo en los zapatos y digo: tuvo que ser muy fuerte eso, eso tiene que ser muy fuerte, muy fuerte en la vida, eso tiene que generar unos niveles de estrés y de ansiedad y de desasosiego… Uno tendrá hasta ganas de matarse, de pensar que lo van a pillar, y ya es un hecho que lo van a pillar. Entonces también ese final del personaje es maravilloso. La caída libre es exquisita. Entonces transitamos por un montón de lugares, donde uno dice: todos los géneros tenían cabida, aquí hay suspenso, misterio, acción, terror, comedia, todos los géneros los tenemos en determinado momento.

Sergio Jadue (Andrés Parra) junto al trofeo de la Copa América.

-A diferencia de otros personajes que ha interpretado, Sergio Jadue está vivo, en Miami. ¿En algún momento le intrigó poder contactarse con él, tener algún tipo de acercamiento?

AP: Es la segunda vez que me pasa que interpreto un personaje conocido y vivo. La primera vez que tuve esa oportunidad, por suerte de la vida terminé encontrándomelo y tuvimos una conversación casi de ocho horas, y fue muy enriquecedora para mí. Esta vez lo pensé. Dije: ¿será que lo hago, será que no lo hago? Pero obviamente la circunstancia actual de Jadue… Era un arma d doble filo para mí reunirme con él. Pero sobre todo porque yo después de Escobar también entendí que cuando son personajes que existieron y tienes la posibilidad de acercarte a ellos o a la familia, de alguna manera la información que te llega tiene un vicio. Es imposible que sean cien por ciento honestos contigo. Ahí yo prefiero más bien echar mano del periodismo. Entonces sí, seguramente lo pensé, pero nunca lo hice. Y ya tampoco creo que lo haría, ya no tendría ningún sentido. Pero siempre está el morbo de uno buscarse el teléfono. Pero también digo, uno lo llama y ¿qué le dice? ¿De qué hablo yo con Jadue? (se ríe).

-¿Qué le diría?

AP: No, es que no tengo idea qué le diría, no tengo idea. Le diría: venga, ¿ya se inscribió a Amazon? ¿La va a ver? Me va a decir que sí, que obviamente sí ya está inscrito. ¿Y cómo le pareció? Me va a decir: todo es mentira, eso no fue así, los voy a demandar. No sé, algo así me imagino yo, una locura.

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