Entrevista: Los caminos que unen a Australia y a Chile para recuperar la economía post Covid-19

People walk past a cafe after the coronavirus disease (COVID-19) restrictions were eased for the state of Victoria, in Melbourne, Australia, October 28, 2020. REUTERS/Sandra Sanders

Previo a su presentación en el Seminario ProChile-Icare de este 25 de noviembre, conversamos con Stefan Hajkowicz y Ashley Brosnan, autores del informe "Megatendencias del comercio global y las inversiones", el cual relata la ruta que tomarán en Australia para superar la que ellos mismos describen, como la mayor crisis económica global que les ha tocado vivir.



Desde hace un tiempo que el Covid-19 dejó de causar estragos en el territorio australiano. Si bien el país comenzó con restricciones de movimiento en los meses de marzo y abril -como en la mayoría del mundo- hoy la situación está bajo control en todos los estados y territorios. La mayoría de los casos, nos cuentan, vienen de viajeros que ingresan al país a los cuales se les hace un seguimiento para mantener la trazabilidad.

Esto ha permitido que expertos como Stefan Hajkowicz, principal scientist en estrategia y previsión de CSIRO Data 61 (el brazo digital de la Agencia Nacional de Ciencia Australiana) y Ashley Brosnan, Director de Economía y Análisis de la Comisión Australiana de Comercio e Inversión participaran en la elaboración de un gran informe titulado “Megatendencias de comercio e inversión”, el cual detalla las cinco grandes temáticas que marcarán el desarrollo económico en los próximos 10 años.

Ambos estarán presentes en el próximo Seminario Prochile 45 Años, realizado junto a Icare y que se realizará este 25 de noviembre desde las 9:00. Antes de su presentación, conversamos con ellos para abordar sobre cómo los planes que ellos han estado estudiando para su país serían relevantes para ser adaptados en nuestra realidad nacional.

¿Cuáles fueron las principales medidas tomadas por el gobierno para mantener la estabilidad del país?

SH: La pandemia ha tenido un impacto económico severo en nuestro país. Principalmente asociado con la caída del comercio internacional. Las exportaciones han caído debido a que el resto del mundo también está afectado. Y a eso hay que sumarle la caída de la inversión extranjera y también de los turistas internacionales. Pero también hemos visto muchos paquetes de estímulo financiero como parte del presupuesto de la nación, con un gran foco puesto en ciencia y tecnología para ayudarnos a salir de esta situación.

Estamos en la peor situación económica que me ha tocado vivir, con el desempleo más alto que hemos visto y una caída del PIB muy importante. Los negocios en Australia han sido golpeados muy fuertemente, pero también ha habido gran ayuda del gobierno como el Job Seeker Program, que ha ayudado a mantener con empleo a personas que trabajaban en negocios como bares o restoranes para que sigan teniendo ingresos. Pero el presupuesto de la nación está apostando a la ciencia y la tecnología para la reconstrucción y fortalecimiento de la economía.

Y si hay algo en común entre las economías de Australia y Chile es que ambos son países aislados que dependen precisamente del comercio internacional.

SH: Sí, también creo lo mismo. Australia quedó particularmente expuesto. Las exportaciones nos benefician mucho, pero también corremos el riesgo de que no siempre estén allí. Y en estos momentos hay demasiada incertidumbre en el panorama internacional a pesar de estar ya saliendo del Covid-19, esperando que los mercados a los que nosotros les exportábamos también se reorganicen.

Y parte de lo que hablamos en el informe es precisamente eso, la reconstrucción de las redes del intercambio comercial, la posibilidad de hacer nuevos aliados y creo que es particularmente clave tanto para Australia como para Chile entender cómo es que se verá el nuevo panorama de la economía global.

Hablando ya directamente del estudio y las 5 megatendencias que definieron para los años que vienen, la primera es la que denominaron la transformación digital. Si el futuro que se viene es digital ¿podemos asegurar que la brecha entre los usuarios de nuevas tecnologías y los que no no va a seguir creciendo?

SH: Si bien hay un riesgo no menor de aumentar la brecha digital, pero no es necesariamente el único camino para abordar el fenómeno. En los últimos meses hemos vivido cerca de 10 años de cambios digitales, por lo menos en lo que hemos visto en Australia. Alrededor del mundo tuvimos cerca de mil millones de jóvenes estudiando en línea. El teletrabajo, la telemedicina, retail digital, el entretenimiento, todos han explotado. Y en las bolsas alrededor del mundo el sector tecnológico ha sido el que más ha crecido debido a la demanda de esos servicios.

Y también es cosa de ver que los trabajos que si pudieron mantenerse de manera estable este tiempo fueron precisamente los que podían hacerse a distancia. Incluso yo he tenido la suerte de que todo mi trabajo puede trasladarse casi por completo a plataformas digitales para trabajar desde la casa. Pero también hemos visto una transformación en el retail. Muchas tiendas pequeñas están optando a abrir sus versiones digitales.

Si somos inteligentes al respecto y tenemos la capacidad y habilidades para mover a la gente a este mundo y lo hacemos a través de una agenda inclusiva la economía podrá prosperar, pero como dices hay que preocuparse también de quienes han perdido sus trabajos por no poder hacer la transición. La inclusión es parte de una buena agenda digital.

Ashley Brosnan: También quiero agregar que depende mucho del sector en donde se trabaje, ya que muchos jóvenes con conocimientos digitales pero que trabajaban en las industrias de servicios o de turismo también han sufrido los efectos de la pandemia.

Con respecto a la resiliencia de la cadena de suministros, ¿Cómo es posible lograr esa meta en países aislados como Australia y Chile?

SH: Si bien hemos visto el interés en traer los procesos productivos de vuelta a nuestro país, lo cierto es que ni para Australia ni para Chile existe la posibilidad de dejar de importar bienes, al menos en el corto plazo. Lo que si creo que puede hacerse es reconstruir las cadenas de suministros, las cuales tienen que ser más confiables, explorar nuevos aliados comerciales que pueden comenzar a emerger.

Pero el reshoring también es una estrategia que podremos empezar a ver, especialmente en compañías más grandes porque significa un menor riesgo. Muchas empresas distribuidoras quedaron al borde de la quiebra porque no podían obtener lo que necesitaban a través de las importaciones, así que probablemente comiencen a apostar por los operadores locales.

AB: Es necesario evaluar qué cosas podemos comenzar a elaborar de manera interna, pero también en Australia hemos comenzado a expandir nuestras redes comerciales para diversificar la cadena. Hemos firmado nuevos acuerdos con países como India, también Indonesia, Singapur, Tailandia para tener una base más diversa.

Contar con más opciones de mercados nos permite tener más flexibilidad para nuestras importaciones. Hemos visto también una preocupación sobre los envíos por aviones, que son esenciales para los bienes perecibles, así que tenemos que pensar muy bien como es que vamos a ayudar a nuestros exportadores para llegar a los mercados grandes.

Se habla también de que la vida y el comercio en general tenderán a centrarse lo que esté cercano a nuestras casas. ¿Será la seguridad un valor que permanecerá con el tiempo o será olvidado luego de que acabe la pandemia?

SH: El turismo internacional es económicamente muy importante para Australia y obviamente ha tenido un mal impacto durante el Covid-19. La seguridad siempre es muy importante para los turistas y uno de los efectos de la pandemia es que la seguridad importará aun más a quienes viajen de un país a otro.

Si los estudios colocaban a la seguridad como una de las 5 principales prioridades a la hora de elegir un destino, seguramente ahora estará muy cercana al primer puesto, sobre todo cuando vemos imágenes de personas quedándose varadas en otros países, lejos de su casa, eso va a quedar en nuestra memoria por mucho tiempo.

AB: Y en ese sentido, la respuesta de Australia frente al Covid se ha convertido en un bien para el país, el buen manejo de la pandemia que hemos tenido será un gran punto de venta de nuestro país para el futuro, en términos de mostrarnos como un lugar seguro para vacacionar.

El informe señala que los próximos 10 años serán principalmente para reconstruir y recuperarse. ¿Es este el momento para hacer grandes cambios o es mejor enfocarse en la estabilidad?

AB: Obviamente la estabilidad social es importante sobre todo para mostrarse como un lugar atractivo para las inversiones, peor también creo que, como dijo Winston Churchill, nunca hay que desperdiciar un momento de crisis. Creo que es muy importante usar este tiempo para hacer reformas fundamentales y enfocarse en las ganancias productivas de la economía.

La productividad se ha estancado a lo largo de todo el mundo desde la crisis del 2008, por lo que es un gran momento para introducir mejoras que aumenten la competencia, realizar cambios tributarios para fomentar la creación de nuevos negocios y atraer inversionistas, y en definitiva darle un mayor grado de flexibilidad a la economía.

SH: Tenemos un dicho en Australia: “Si no está roto, no lo arregles” así que no es necesario cambiar solo por el hecho de cambiar. Sin embargo, como dice Ashley, el mundo alrededor de nosotros ha cambiado debido al Covid-19, no creo que todo simplemente vuelva a ser como era antes.

Y no solo hablo del Covid, también hay otras fuerzas de cambio como el Cambio Climático, el constante movimiento geopolítico, y los mercados también están migrando hacia lo tecnológico. Las cosas están cambiando alrededor de nosotros y por lo mismo tenemos que tomar decisiones sabias sobre cómo enfrentar esos cambios.

Y sobre todo ahora que estamos en un mundo con una crisis económica sin precedentes, por lo que necesitamos poder adaptarnos de la mejor manera para salir de ella. Lo que nos hizo ricos en el pasado no necesariamente será lo que nos haga ricos en el futuro.

¿Qué tan importante será la preparación para una nueva pandemia dentro de lo que ustedes llaman la nueva normalidad?

SH: Será muy importante. Lo que vivimos hoy no es una anomalía. Piensa en todas las epidemias que surgieron solo en los últimos 20 años: la gripe porcina, el SArS, Ebola, H1N1, Covid19. Todas tuvieron que ver con la creciente interacción entre seres humanos y animales, principalmente el ganado que está creciendo a través de la zona del Asia-Pacífico.

El aumento en la densidad de las ciudades de este sector también aumenta la rapidez de los contagios, así como también el aumento de viajes en avión alrededor del mundo. Todo esto aumenta el riesgo de que surja una nueva enfermedad infecciosa.

La esperanza es que el mundo haya aprendido de esto, que se invierta en la producción de vacunas, detectar los patógenos que aparecen en los animales antes de que se transmitan a los humanos y tener además mejores sistemas de respuesta. Y la idea es que para cuando llegue el siguiente Covid-19, lo superemos rápidamente.

Pero la nueva normalidad también tiene otros riesgos. El cambio climático sigue acelerándose, a pesar de que durante el Covid se redujeron en un 26 las emisiones de gases, pero estas volverán cuando el mundo se recupere y las últimas proyecciones no son muy alentadoras al respecto: los eventos más extremos relacionados al calentamiento global se verán recién a partir del 2030.

AB: Y la clave en ese sentido es la importancia de la cooperación global. Esta pandemia nos ha demostrado que esto no es un juego de suma cero, y que de nada sirve actuar de manera individual en los nuevos tiempos.

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