Viviendo desde hace tantos años en una ciudad que nunca se escandaliza por muestras de afecto entre parejas de cualquier genero, dentro de un país que ya aprobó el matrimonio igualitario, es fácil acostumbrarse y olvidar que no todo el mundo goza esas libertades. Se siente parecido a recordar que hace no tanto las mujeres no podían votar y la gente negra tenía la entrada prohibida a ciertos lugares. El recordatorio más reciente de nuestro retraso llegó a Sebastián Errázuriz como una invitación a participar donando una obra a la subasta de Fundación Iguales. “Me pareció lógico hacer un aporte dentro de nuestro imaginario. Tomar algo que ya existía y lograr que lo viéramos de otra manera: Bernardo O’Higgins y Arturo Prat, dos héroes de la patria; más allá de que hayan estado casados, no podemos saber si secretamente eran gay. Si estadísticamente la población gay corresponde a un 8 o un 10%, muchos de los personajes históricos, que hicieron grandes aportes, podrían haber estado dentro de ese porcentaje”, dice Errázuriz desde Nueva York. Para él hay algo bonito en mezclar estos cuadros que todos hemos visto desde chicos en los textos de historia, en juntarlos de una manera que no es chocante sino tierna. Ambos con sus tenidas extraordinariamente estrafalarias.

Tampoco costó convencer a Felipe Lavín. Primero porque había asistido a una subasta anterior y había visto cómo reúne artistas consagrados y emergentes, cosa que le parece gran idea; pero especialmente porque tiene amigos dentro de Fundación Iguales y sabe lo difícil que es el trabajo que hacen. “Doné una obra que es parte de la serie fotográfica que estoy exponiendo actualmente en Galería La Sala, la misma donde será el remate. Es una extensión de esa serie pero en un formato más reducido y otras tonalidades”, explica Lavín, que cierra su muestra el mismo sábado 8 de agosto de la subasta en Galería La Sala.

Catalina Bu dice que le gusta tomar parte en causas sin fines de lucro que le parezcan sensatas y nobles, que todos los que propongan una pueden contar con ella. Antes había dado un cómic al Museo de la Memoria y había publicado en un homenaje a Charlie Hebdo. Ahora escogió algo íntimo: “Es una impresión giclée en alta calidad de una pintura que hice hace tiempo en acrílico. Es una obra que no había publicado antes, una ilustración autoral y un pedazo de mí”, dice Catalina.

La recaudación de la subasta no solo permite a Fundación Iguales funcionar a lo largo de todo el año, además financia trabajo legislativo, con apoyo de abogados en proyectos como el de unión civil e identidad de género, y mantiene programas educativos de inclusión y diversidad en escuelas que no pueden pagar capacitaciones de este tipo. A pesar de que este es el tercer año del evento, Emilio Maldonado cuenta que habrá muchas cosas ocurriendo por primera vez: “En años anteriores se hizo en el GAM. Nueva Costanera es un barrio de galerías, al que la gente llega buscando arte y objetos de decoración. Pensamos en probar ese tipo de espacios y de día. La Sala nos acogió muy amablemente. También es el primer año en que semanas antes de la subasta ya contamos con alrededor de 70 obras, el número más alto en donaciones que hemos recibido. Este año se verán muchos nombres emergentes junto a los consagrados que nos han apoyado siempre; muchos de ellos los sacamos de FAXXI”.

Habrá, por supuesto, obras que se escapan al presupuesto de la mayoría, pero la invitación de este sábado 8 de agosto es para cualquiera que quiera y pueda comprar arte; con buen ojo podría identificar piezas que seguramente aumentaran su valor y, de paso, apoyar una causa.