Artesanía cool
En septiembre el Gran Palais de París recibió a más de 340 expositores del mundo de la artesanía, el arte y el diseño en Rèvèlation. De los 15 países participantes, Chile fue el único latinoamericano presente.
Veintiún piezas chilenas fueron las que dieron forma a “Microcosmos del Pacífico”, la muestra chilena que viajó a París para este encuentro bienal, “Rèvèlation, Le Salon des Métiers d’Art et de la Création”, una de la ferias temáticas más importantes, que reúne lo mejor de la artesanía contemporánea del mundo. “Más que una feria comercial, es la manifestación que confirma la identidad de las artes aplicadas (fine crafts), su rol crucial en nuestras culturas y en la economía global de la creación”, señalaba a la prensa Serge Nicole, presidente de la feria y de Ateliers d’Art de France, que organiza el evento.
Un área superatractiva no solo estéticamente hablando, sino también en lo que concierne a los números, si se considera que en Francia los ‘métiers d’art’, las artes aplicadas, más de 38 mil empresas ligadas al rubro, “generan una facturación de 8 mil millones de euros”, según cifras de la feria. ¿Cuánto generaremos en Chile? O más bien, cuánto podríamos llegar a producir si la artesanía nacional, si las artes aplicadas, se actualizaran, se abrieran a innovar y explorar nuevos territorios e imaginarios?
Más allá de lo utilitario
La participación chilena en Révélation sirve, claro está, para dar a conocer el trabajo de un puñado de artistas de la materia. Como señala el ministro de Cultura, Ernesto Ottone, “esta exposición que enviamos a Francia es una panorámica de Chile y posiciona internacionalmente la artesanía contemporánea local”, pero sobre todo sirve para contextualizar, para abrir los ojos, tener una idea sobre las tendencias, el uso de materiales, las estéticas. En definitiva, qué están haciendo hoy las industrias creativas en el mundo. Una invitación a inspirarse y coger el desafío de crear, a partir de nuestras tradiciones, pero dando un salto cualitativo con la mira puesta en el futuro y las manos en la innovación.
En ese sentido, la curatoría de la muestra chilena, a cargo de Nury González, directora del Museo Arte Popular Americano (MAPA), y Bárbara Velasco, coordinadora del área de Artesanía del Consejo de la Cultura, sintonizó con el espíritu de la feria. “Microcosmos del Pacífico” recoge un imaginario ligado al territorio chileno, y toma como eje principal el trabajo de Juan Carlos Orellana, más una selección de Sellos de Excelencia de los últimos años.
“Hemos elegido una serie de orfebres de primera calidad donde priman las propuestas innovadoras, altamente creativas y muy ligadas al imaginario nacional, las piezas más complejas en cuanto a diseño, que van más allá de su aspecto utilitario, piezas que se transforman en pequeñas obras para admirar. El área de Artesanía del Consejo de la Cultura lo elige a él (Orellana) como figura central de este envío a Révélation, y como tenía que trabajar con la colección de Sellos de Excelencia que tiene el museo, logré una curatoría que era un poco mar/tierra, océano/montaña, y dentro de eso elegí las piezas como las de Walka Studio o Valeria Martínez que de alguna manera responden, ya sea por materialidad o desde la estética, a ese concepto, o como Liselotte Moller, por ejemplo, una gran ceramista y artista, porque de Francia buscaban piezas más contemporáneas”, explica Nury González.
Esculturas marinas
Juan Carlos Orellana es el autor de 6 de los 21 objetos expuestos en París e inspirados en la vida unicelular marina.
“El tipo de piezas que llevé forman parte de una colección de un proyecto Fondart de divulgación científica y educativa, y consistía en representar estos organismos como radiolarios o diatomeas, por ejemplo, en artesanía en cobre y divulgarlos en exposiciones a los colegios y la comunidad”, explica.
Orellana fue el único de los participantes que tuvo la oportunidad de viajar a la feria como parte de la difusión de su premio Maestro Artesano Contemporáneo del 2014 y contrastar in situ qué pasa con los oficios a nivel mundial. “La artesanía se está viendo más como una pieza única, con características más de escultura, de trabajos de artistas más que de artesanos. Están volcados en el tema de usar tecnología para producir piezas. Nosotros estamos más atrás”, dice. Como resultado de la muestra, este orfebre en cobre que también trabaja con piedra de río logró establecer vínculos con el encargado de cultura para “hacer algo en conjunto aquí, con el Instituto Chileno-Francés”.
La oveja negra
Otro de los expositores chilenos en Révélation fue Walka Studio, con sus 4 piezas ganadoras de Sellos de Excelencia. El taller de joyería contemporánea además estuvo presente en Londres y Milán en Latin Trends esa misma semana, con una colección que reinterpreta la tipología tradicional de anillos de compromiso en una propuesta innovadora, fuera de lo común. ¿Resultado de estas vitrinas internacionales? Walka se prepara para en febrero del próximo año dar una lectura en Central Saint Martins, Londres, y exponer el mismo mes en Venecia. Mientras tanto, celebran haber sido escogidos y representados por Not Just a Label -plataforma londinense que difunde la moda de vanguardia- como la ‘oveja negra’, es decir aquellos creadores que revolucionan la industria, “o sea lo más avant garde de lo avant garde, las ovejas negras del mundo”, explican.
Refiriéndose a Révélation y la importancia de este evento, Nano Pulgar comenta que la curatoría chilena optó por esculturas no utilitarias que cuestionaban el concepto de usabilidad normalmente ligado a la artesanía. “Esta curatoría abre la discusión. La exhibición de París es un acercamiento muy crosscultural al fenómeno de la artesanía contemporánea, de la que tenemos mucho que aprender como escena, porque tenemos una artesanía extremadamente conservadora en Chile y toda Latinoamérica con una visión muy paternalista desde el Estado, muy asistencialista -que se agradece en ciertos contextos-, pero pensamos que le hace un muy mal favor al desarrollo más avant garde, lo que realmente empuja los territorios de la disciplina. Toda artesanía tradicional en su emergencia fue contemporánea, quedarnos solo en esa visión protectora limita la posibilidad de sustentabilidad en el tiempo, que no se mueran las disciplinas. No hay otra que contemporaneizarlas”.
Y es esa precisamente la invitación de fondo de esta feria:liberarse del formato único y excluyente de siempre, el chanchito, la palomita o la olla de Pomaire o Quinchamalí, las brujitas de Rari o el canasto de Chimbarongo. Abrirse a nuevas interpretaciones, saltar la brecha que nos separa de la artesanía contemporánea es el desafío planteado; toca a los artistas chilenos de la materia responder con obras acorde a los tiempos, con una artesanía muy cool que rompa los moldes.
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